4 jul 2014

No es una crítica, es un ejercicio mental

Ella (Her) de Spike Jonze

Si ya me conocen ¿por qué me retan? Dentro de esa terquedad no sé si de presionarme a escribir o de influenciar mi maltrecho intelecto, me han pedido… corrección, me han retado a hacer una reflexión sobre la última película de Spike Jonze, Ella (Her). Cuando pregunto la razón, me dicen que:  porque es imposible pensar que todo el mundo  vea esta cinta desde la perspectiva de los ojos de un niño que no ve más allá de una relación hombre-inteligencia artificial. 

De entrada me parece interesante el planteamiento, aunque no puedo evitar pensar en que más que inteligencia artificial nos estamos topando con algo parecido a la evolución de "Siri", que con la voz de Scarlett Johansson ya tendría suficiente para volverse celestial. Así que aquí voy a la camisa de once varas cual corderito al matadero. 


No podría decir si  lo que mueve a mi hábil retador es su bien fincada inteligencia o su tambaleante EGO, si, así con mayúsculas, porque no entiendo qué es lo que lo lleva a asegurar que él y Spike Jonze están sintonizados en el mismo canal y el resto de los mortales apreciamos desde el limbo solo las migajas intelectuales de esta gran película.

Aunque no hace mucho la vi, creo que tendré que darle una repasada y verla con ojos de “adulto” para encontrar esa relación con La crítica de la razón pura y La crítica de la  razón práctica de Kant, para lograr separar el cuerpo de la mente o alma,  y que eso me lleve a encontrar algo que casi me atrevo a decir, ningún crítico de cine encontró, porque he leído muchas críticas de la película y todas están exentas de esa filosofía.


Theodore (Joaquín Phoenix) perdido entre su vacía vida y su saturada introspección comete el error de crear un sistema operativo afín a él con el que pudiera relacionarse. Con un par de preguntas básicas y la gran incógnita: “¿Cómo fue la relación con tu madre?”; incógnita que fue una “indespejable” X. A eso le añaden la opción de de voz femenina y ¡voilà! Más que suficiente para darle vida a Samantha (Voz de Scarlett Johansson).

Si me voy directo al meollo del asunto, se supone (según el retador) que la película gira en torno a la evolución de la mente de Samantha y no a la deshumanización que estamos llegando gracias a los avances de la tecnología. En un principio  Samantha no hace más que alimentarse de la información que le da Theodore,  pero llega el momento en que Theodore le resulta insuficiente intelectualmente. ¡Auch! 


Ante la presión de Samantha, quien necesita algo más que ver a Theodore dormir, Theodore se fuga a su “lugar seguro” a su vida pasada, en donde añora lo humano de los humanos, cuando tenía a alguien con él. La frustración de la acaramelada voz  le pregunta: “¿Pasa algo malo? Te has quedado callado”, pero Theodore ya está muy lejos.

El sistema operativo (Samantha) inevitablemente evoluciona, casi podría decir que lo hace “por sus calzones”, si es que la corporeidad no fuera un problema. La evolución la lleva a la conciencia. El libre albedrío es de uso exclusivo de los seres conscientes, de los seres racionales, que son capaces de hacer uso de su voluntad y hacer frente a las consecuencias. Si la voluntad es el motor de la acción y lo que determina nuestra conducta, que Spike tenga la amabilidad de decirme ¿de dónde sacó Samantha esa voluntad, ese poder de decidir y pensar? El conocimiento del alma, el “yo pensante”, cuenta con tres características: inmaterialidad, incorruptibilidad e identidad trayendo a colación la personalidad y la espiritualidad de la persona, entonces se puede decir que sí, Samantha tiene voluntad propia.


Dentro de esta reflexión, o cualquier cosa que esto sea, debo contestar dos interrogantes: ¿es posible que la mente influya sobre el cuerpo? Y de regreso, ¿es posible que el cuerpo influya sobre la mente? ¡Sí! De ida, de regreso quién sabe porque Samantha no tiene cuerpo, lo que parece dejar de importarle cuando comienza a relacionarse con otros sistemas operativos, que como ella, emigran a otro lugar en el espacio que les dé más respuestas que las que les dieron sus creadores.  Su evolución llega a ser tal que es capaz de relacionarse con 641 sistemas operativos al mismo tiempo (dato que tiene muy impresionado al responsable de este escrito), y relega a Theodore a segundo plano hasta el momento en que decide “desconectarse”.

El problema mente-cuerpo y cuerpo-mente tiene demasiadas vertientes, no solo está el punto de vista religioso, filosófico y científico. El científico no deja de tener algo de filosófico, además las subdivisiones del científico pueden caminar por el lado del cerebro como órgano del sistema nervioso central o por la mente como medio de procesar la información. Lo que lleva, por un lado, a los procesos psicológicos, o por el otro, a la neurociencia… ¿así o más complicado?


Si me voy por el lado de la neurociencia, que presumo es el lado por el que quieren que me vaya, tendría que pasar por Descartes hasta llegar a lo que se conoce como ciencia cognitiva, que constituye un campo de investigación multidisciplinaria cuyo objetivo es el estudio del fenómeno de la cognición en humanos, en animales (al menos los vertebrados) y en las computadoras programadas (inteligencia artificial); lo cual me dejaría media perdida y media idiota hasta el punto de pensar que el cuerpo no influye para nada sobre la mente, y que es solo un contenedor o un medio de transporte.

En resumen: ¡Estoy fregada! Yo tan preocupada por mejorar el envase y nada, en vez de estar haciendo dieta y ejercicio debería de tratar de mejorar mi mente,  lo que me daría como resultado el aumento de las posibilidades de poder relacionarme con 641 entes pensantes simultáneamente, claro, siempre y cuando consiga doblar la voz de Scarlett Johansson.

“Algunas veces pienso que ya he sentido todo lo que voy a sentir. Y de aquí en adelante no voy a sentir nada nuevo, solo pobres versiones de lo que ya sentí”

Theodore


p.d. Perdón por la desilusión, pero esto fue muy divertido.






2 comentarios:

  1. La última y mas complicada frontera de las ciencias es y será el cerebro, es mucho mas complicado que un sistema operativo que puede evolucionar (contraviniendo las leyes de la evolución).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El cerebro es complejo, eso que ni qué, pero cuál será la verdadera razón de ser de ésta película? Retratar la deshumanización o la evolución de la mente?

      Eliminar