Ninfomanía de Lars von Trier

Ninfomanía Vol. 2

Llegó la segunda parte de Ninfomanía y el cierre de la Trilogía de la Depresión de Lars von Trier (Anticristo, Melancolía y Ninfomanía). Debo de reconocer que el impacto visual fue definitivamente menor, porque ya había tenido tiempo de digerir la primera parte,  no me puedo imaginar qué fue exactamente lo que editaron de la película y si eso pudiera darle más sentido a la historia, la verdad, lo dudo, tal parece que lo único que intentaron hacer fue “suavizarla” un poco quitando escenas de sexo explícito y genitales hechas por dobles o con piezas artificiales, dicho sea de paso; pero que definitivamente no le quita el título de ser la película con mayor contenido sexual en la historia de la cinematografía comercial.

Esta segunda parte es un poco más lenta, pero también más filosófica o de más análisis. Seligman (Stellan Skarsgård) se vuelve más participativo en esta parte, dándole un por qué a cada capítulo que Joe (Charlotte Gainsbourg) va describiendo. La película en sí es un compendio de referencias culturales, que van desde la psicología, hasta la religión, pasando por el impacto social, ante el que parece se quiere justificar. La hipersexualidad, al igual que otras adicciones, es incurable, lo más parecido a una cura es la abstinencia y Joe se pelea entre aceptarse tal cual es “Ninfomaníaca y orgullosa” o aceptar la abstinencia como último recurso a su decadencia.

Ahora sí que para hacer análisis es una película muy buena. Un mundo de perversiones en busca de su justificación, hasta pareciera que habría que dar una medalla a quienes se reprimen de externarlas por esa labor titánica que están haciendo al suprimir sus deseos sexuales...su naturaleza. Supongo que es un punto de vista que Lars von Trier es capaz de entender.

Según el actor Stellan Skargärd  “‘Ninfomanía’ no es una película para masturbarse” y estoy totalmente de acuerdo con él, Ninfomanía no es pornografía, así que el que vaya a verla esperando una excitación sexual se topará con una película porno muy mala. Porque si algo es notorio en la película es el sufrimiento y la soledad, personajes tristes con vidas vacías que viven en un inframundo que no me gustaría visitar. 

En resumen creo que se creó demasiada expectación alrededor de esta película y el usar el morbo para promocionarla fue precisamente lo que nos alejó de visualizarla de manera diferente. Von Trier es un personaje de contrastes, o lo amas o lo odias, así que algunos lo verán como un cineasta virtuoso, un genio y para otros será simplemente un loco, un perturbado. Trabajar al borde del bien y el mal de una manera tan caótica debe requerir de un poco de las dos partes.

Las actuaciones en general son muy buenas, particularmente las de Charlotte Gainsbourg (asumiendo que en verdad está acutando), Jamie Bell y Uma Thurman están magníficos. Skarsgaard desespera por momentos pero parece que es la intención del personaje. Williem Dafoe pasó sin pena ni gloria y mira que es el personaje ideal para este tipo de películas y a Shia Le Bouf le quedó grande el papel.

La música es muy buena, en este punto se quedó ahora si que con los clásicos: Bach, Beethoven y Mozart, es obvio que necesitaba con que contrastar la decadencia con la belleza y lo logró.

En mi caso puedo decir que es una película que me gustó ver y tal vez me atreva a ver la película completa sin editar, si es que  logro conseguirla, pero si lo tuyo es pasar un rato agradable en el cine, lo mejor es que te abstengas, definitivamente no es una película para una sala comercial.