18 oct 2016

District Zero

¿Qué se esconde dentro del teléfono de una persona refugiada?
Zaatari, Jordania. Segundo campo de refugiados  más grande del mundo, ubicado a 10 Km al este de Mafraq. Desde que estalló la Guerra Civil en Siria miles de personas, con todo su pesar, abandonan sus hogares para buscar refugio en alguna parte del mundo. En Zaatari viven más de 180 mil prófugos de la guerra.

El documental “District Zero” nació de una iniciativa de “EUsaveLIVES-You save lives”, una campaña de ayuda humanitaria de la Comisión Europea y Oxfam Intermón, en un intento por concientizar a la población mundial sobre la vida de los refugiados.  La cinta tuvo su estreno mundial en el Festival de San Sebastián y para México en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG30).

Maamun Al-Wadi tiene un negocio de telefonía celular en  Zaatari, pasa sus días reparando teléfonos, vendiendo tarjetas de memoria y refacciones.  Se da cuenta que sus clientes comienzan a tener problemas de almacenamiento en sus equipos, porque se niegan a borrar las fotografías que tienen en ellos, por lo que  decide comprar una impresora fotográfica para dar otra opción de archivo a sus clientes.

Los españoles Pablo Iraburu, Jorge Fernández Mayoral y Pablo Tosco se dieron a la tarea de filmar entre los tres este documental del que poco entendían, se puede decir que lo filmaron a más que a ciegas, en silencio, por la limitada ayuda del traductor en un idioma que desconocen.

Los directores del documental, básicamente retratan la rutina y la vida cotidiana de aquellos que se sienten atrapados en lo que parece ser  un sueño monocromático en donde apenas se distingue el color arena del desierto del blanco de los miles de contenedores que albergan sus vidas. Confiesan haber insertado una que otra línea de diálogo entre Maamun Al-Wadi y su amigo Karim para dar un poco de dirección a la historia, pero el alma de la cinta la brindan las imágenes que los refugiados guardan en su celular.

En muchos de ellos hay escenas de la guerra, para algunos existe la fotografía de un montón de escombros de lo que alguna vez fue su hogar, pero los verdaderos tesoros que guardan sus dispositivos son las fotografías de sus familiares y los recuerdos que los mantienen unidos a la tierra que aman y de la  se vieron forzados a salir.

La noticia de la impresora fotográfica corrió rápido dentro del campo,  Maamun Al-Wadi imprime una foto y después otra, hasta que el sol vuelve a caer en el horizonte. En Zaatari no hay árboles, ni vegetación, no hay color más allá de las largas túnicas de los que ahí habitan, pero ahora sus muros rompen el blanco mostrando las caras de los que no están ahí. Las caras de los familiares que se quedaron en su amada Siria o los que murieron en esa guerra que ya les parece eterna.

La sencillez extrema del documental hace más evidente las emociones que despierta. Tal vez desde nuestra trinchera a distancia no podemos ver más que tragedia, pero para el pueblo sirio contenido es ese espacio, tener las fotografías  de sus celulares a la vista, los han venido a sacar de ese trance en el que no saben si están vivos o muertos. Las imágenes se instalan en sus pequeñas casas para recordarles que ellos tienen una identidad y que pertenecen a la tierra que los vio nacer y a la que sueñan volver aunque sea para morir.




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