8 ago 2016

Sexismo en el Lenguaje

Lenguaje Políticamente Correcto
Vs
Comportamiento Políticamente Correcto
Ligado a lo que es el feminismo radical, nos llega como un efecto colateral la monserga que está resultando  lo que es “Políticamente Correcto”. El pleito de las feministas, y no se diga de las feministas radicales, tiene que ver con el sexismo en el lenguaje, aunque lo políticamente correcto abarca muchas cosas más. Así que vamos a desmenuzar, al menos de manera parcial, este problema social que nace de una noble intención, pero que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza… y de oídos.

    Comencemos con la definición, en esto de los debates siempre es de vital importancia unificar los conceptos para asegurarnos de estar hablando de la misma cosa, por aquello de que no nos vayan a linchar. Y aquí, justo en la definición, nos topamos con el primer problema.
   La definición al concepto no existe en el diccionario de la RAE, existe políticamente,  y correcto por separado, cosa que no nos sirve de mucho para este fin; pero cuando nos enteramos que Darío Villanueva, director del Diccionario de la Real Academia Española, ha dejado muy claro que la RAE nunca hará un diccionario políticamente correcto, una luz brilla en el horizonte. Aunque sabemos que la RAE no está libre de todo pecado, me complace saber que Don Darío Villanueva y yo estamos de acuerdo en algo: "las palabras sirven para requebrar, seducir, honrar, pero sirven también para insultar, ser injustos y canallas". "No tiene sentido un diccionario sólo con las palabras bonitas; deben estar todas las que existen"

   Cuando una lógica de este tamaño  te aplasta, lo mejor es quedarse calladito y sin moverse, pero prometí una definición y se las voy a dar. Para Wikipedia, “Políticamente Correcto” es un concepto utilizado para describir lenguaje, ideas políticas o comportamientos con los que se procura MINIMIZAR la posibilidad de ofensa hacia grupos étnicos, culturales o religiosos. Minimizar la posibilidad de ofensa,  no se refiere a la eliminación de la ofensa en sí.  ¿Estamos?

   Cambiar nuestro lenguaje no significa cambiar de ideas, de actitud y mucho menos de comportamiento. Dígame usted, ¿para qué carambas queremos un racista, pederasta, asesino, terrorista, violador, machista, o el imbécil (o “imbécila”) que guste,  siendo políticamente correcto? ¡Para nada! No necesitamos recibir el veneno envuelto en algodones rosas, o un puñal, o una bomba con un toque de poesía.

   La corrección política promueve la igualdad sin hacer reparos en razas, cultura, sexo, religión, orientación sexual y muchos etcéteras más, lo cual es magnífico. Estoy en total acuerdo con PROMOVER la igualdad, pero condeno el hecho de que promover la igualdad se convierta en una cacería de brujas (o brujos).

   Como bien dice mi madre, y mi abuela, y mi bisabuela antes que ella, “el que busca encuentra”. Si alguien quiere encontrar sexismo en el fondo del mar, en el fondo del mar estaremos plagados de él. Yo ya no sé qué es lo peor que vive en nuestro subconsciente, si el sexismo  o el fantasma de él. Volviendo a mi filosofía genética, le diré: no busque moros con tranchete, tal vez usted es más sexista o más políticamente incorrecto que la persona que está señalando como tal, asegúrese de que no sea así antes de señalar a alguien.

   Algunos movimientos feministas de unas cuantas décadas atrás, consideraron que los títulos reflejaban discriminación contra la mujer. Es por eso que hoy somos torturados fonéticamente con palabras como: presidenta, estudianta, jueza, médica, ministra y hasta el infinito. Lo admito, estoy exagerando; estoy siendo irónica y sarcástica, pero es con buenas intenciones.


   Tal vez hay un poco, o un mucho de inseguridad en mí, tal vez soy más sumisa o más ciega a la discriminación que  los títulos  puedan ejercer en mi persona. Por otro lado, estoy convencida de que puedo tener la capacidad de insultar y hacer notar mi odio hacia la humanidad utilizando palabras políticamente correctas, como sexoservidora en lugar de puta, con capacidades diferentes, en lugar de inválida o discapacitada, afroamericana en lugar de negra. Recordemos que la intención no cambia, lo que nos están forzando a cambiar son las palabras, no la actitud.

   Si vemos las cosas, o si al menos intentamos verlas de una manera justa, nos saltaría a la vista quiénes son más sexistas, y siento decirle que somos nosotras, las mujeres, las que tenemos ese problema. Apenas uno que otro hombre comienza a renegar por los nuevos roles de los sexos, y lo hacen por el impacto mediático que todo esto ha tenido, porque de otra manera ni se enteran. Es algo que los tiene muy sin pendiente.

   Le voy a poner un ejemplo muy reciente, ¿recuerda usted el escándalo desatado por el espectacular que hacía promoción a la película X Men Apocalypse?  ¿Recuerda si algún hombre antes de eso se quejó de la violencia contra los hombres que transmitía el personaje de Mystique? ¡Claro que no! La 20th Century Fox, ni ninguna otra compañía cinematográfica, se tuvo que disculpar antes porque alguno de sus personajes femeninos incitara a la violencia de género, y mire que cada vez son más las mujeres que patean traseros masculinos en la pantalla. 

   Ningún hombre, macho, masculino ha  iniciando  una protesta porque no pudo acceder a un trabajo en donde sólo contrataban mujeres, tampoco han manifestado  indignación porque no existe el masculino de alguna palabra. Y con esto no quiero desvirtuar el movimiento que pretende dotarnos de un lenguaje no sexista, sólo quiero hacer hincapié en que estamos rayando en lo absurdo. 


   La equidad de género tiene dos sentidos. Si vamos a abogar por ella, debemos incluir a los dos géneros. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a llevar esa equidad? Chicas, esto es un arma de doble filo y estamos a punto de apuñalarnos con ella.

   “Ten cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad”. Y conste que no estoy negando todo lo bueno que puede venir si todos nos comportamos y expresamos de una manara políticamente correcta. Con todo y que añoro ese característico humor de los mexicanos, que sí, lo reconozco, era muy cruel, más no era mal intencionado. Reconozco también que existe el sexismo en muchos sectores culturales, pero recordemos que hombres y mujeres somos diferentes y nos gustan cosas diferentes. Aceptemos el hecho de que veremos películas sexistas, leeremos libros sexistas, tendremos esculturas, o cualquier manifestación artística que se le ocurra con una inclinación sexista; y sexista puede ser femenino o masculino. Eso es parte de la libertad de expresión.


   Si yo puedo babear y tener sueños eróticos con cada escena que Chris Hemsworth,  Jason Statham o Hugh Jackman se quitan la camisa en una película, ¿por qué los caballeros no pueden hacer lo propio con Charlize Theron, Margot Robbie y Alicia Vikander? ¿Se imaginan al nuevo Tarzan, Alexander Skarsgård,  hablando del sexismo en Hollywood al igual que Jenifer Aniston? ¿Lo pueden imaginar ofendido por ser visto como un objeto sexual? Ya quisiera yo que fuera MI objeto sexual. La vida es tan injusta.

   Hay una delgada línea que divide lo políticamente incorrecto de una broma, lo políticamente incorrecto de la libertad de expresión, lo políticamente incorrecto de la hipersensibilidad, la intolerancia y el prejuicio cultural. Confundirse es muy fácil.  Estamos intentando corregir un daño ancestral, pero lo estamos convirtiendo en un nuevo maniqueísmo. Estamos siendo no sólo absurdos (as), sino injustos (as), porque resulta que el mal siempre está en otros (as) y no en mí. Yo te señalo. Yo estoy bien. "El infierno son los otros", decía Jean Paul Sartre. ¿Están listos (as) para ser señalados (as)? ¿Están todos y todas libres de pecado?

   No conviertan la expresión verbal en un autoengaño, y les repito, no busquen problemas en donde no los hay. Están despertando una conciencia que quiere hacer daño, una conciencia que se pone en guardia porque un adjetivo no tiene una “a” al final, están en guerra porque existen palabras asexuadas.

   El lenguaje nos condujo a la evolución, el lenguaje tiene una parte importantísima en nuestro funcionamiento cerebral, es lo que nos separa de las razas animales. Nos da conocimiento y nos permite trasmitirlo.  El lenguaje abarca todas las cosas buenas y malas del mundo, porque es necesario nombrar y comprender cada una de ellas, el lenguaje tiene un gran poder. Encaminemos ese poder por el buen camino.





3 comentarios:

  1. Felicidades por tal claridad mental.

    Atte.

    Alguien que odia lo políticamente idiota.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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