5 ago 2015

Edén. La NO película de Daft Punk

Edén
Mia Hansen-Løve

Antes que otra cosa suceda, quiero aclarar que Edén NO es una película sobre Daft Punk, aunque no hay manera de hablar de ella sin mencionarlos en repetidas ocasiones. Se puede decir que es una película que cuenta la historia de la música electrónica en Francia en las últimas dos décadas, país que ha dado excelentes exponentes, pero más que centrarse en quienes lograron la atención mundial, se trata de esos artistas que nunca despegaron del todo. No alcanzaron grandes luminarias, ni generosas legiones de fans, sino que se perdieron en el camino.

Mia Hansen-Løve se ha ganado el reconocimiento internacional, sus trabajos previos han logrado buenas críticas: Todo está perdonado (Quincena de los Realizadores de 2007), El padre de mis hijos (Premio especial del jurado en  Certain Regard Cannes 2009) y Primer amor (Mención especial en Locarno  2011). Con estos antecedentes sentimos que no apostamos en vano por ella.

Para su cuarto largometraje decide llevar a la pantalla las memorias de su hermano el DJ  Sven Hansen-Løve, quien junto con su amigo Greg Gauthier participaron en la escena de la fiesta parisina a principios de los años noventa. A la esposa de Oliver Assayas (también director de cine)  le gusta mezclar el presente con el pasado, Edén es la más ferviente prueba de ello porque la historia abarca 20 años en la vida de su personaje.

Paul (Félix de Givry) y su amigo Stan (Hugo Conzelmann) dan sus pininos en el mundo de la música electrónica formando un duo llamado “Cheers”. En sus inicios van compartiendo tornamesas con otros Dj’s del momento como Guy-Manuel de Homem-Christo (Arnaud Azoulay) y Thomas Bangalter (Vincent Lacoste), mejor conocidos como Daft Punk. La historia se centra en la vida sentimental de Paul pasando por Julia (Greta Gerwig), Louise (Pauline Etienne), Margot (Laura Smet) y Yasmin (Golshifteh Farahani); así como en su relación con sus amigos y su adicción a la cocaína.

Mia Hansen-Løve va armando los pedazos de la vida de su hermano, se nota que toma cierta distancia personal, tal vez con la intención de verla de una manera neutra, desgraciadamente es así como se siente la película, neutra. No hay un evidente ascenso vertiginoso, ni una caída libre. La euforia misma de las fiestas Rave no se muestra en su apogeo.

El protagonista es un actor novato y sale bien librado, nada glorioso tampoco. En general las actuaciones se mantienen en la misma línea, tal vez la de Pauline Etienne sea la más convincente. La naturalidad se mantiene porque la mayoría de ellos son muy jóvenes y encajan con los tiempos de la película.

Una cosa que me llamó la atención, es que no se nota el paso del tiempo de una manera franca. No se nota mucho en la fisionomía de los personajes y menos en el ambiente que los rodea. La música es la protagonista principal y es la que marca los tiempos y sostiene el guion. Con Edén seremos testigos de la evolución de la música electrónica, desde el garaje a la irrupción del french-house o french grove, de los que Daft Punk es un claro ejemplo.

La película ha causado mucha expectación en primer lugar por el manejo de los derechos de la música por parte de Daft Punk y en segundo lugar porque Sven Hansen-Løve hermano de la directora y personaje central de la película participa en el guion. Mia es buena contando historias, nunca había contado una tan personal; me parece que al final el resultado es una reflexión sobre el fenómeno 24HParty para los jóvenes, o el cuestionamiento “renovarse o morir” para los artistas.

Edén es el registro cinematográfico de un fenómeno musical con toque francés, si usted es amante de ese género le resulta una película obligada. La cinta es y se siente larga, recuerde que son 20 años comprimidos en 2 horas 20 minutos. Tiene uno que otro toque de humor, pero sobre todo, está llena de íconos de esos momentos que se siguen viviendo tan actuales como las ilustraciones de Cyril o la música de Kings of Tomorrow, Joey Beltram, Paul Johnson, Frankie Knuckles y Octave One.

En cuanto a Daft Punk resulta divertido verlos brincar por la película, porque casi pasan inadvertidos, no es fácil reconocerlos sin el casco porque no son lo que se dice una cara famosa. Están presentes en las actuaciones de  Arnaud Azoulay y Vincent Lacoste, pero también como ellos mismos, así que ponga atención porque se le pierden.

Paul se convirtió en un espectador, viendo pasar la vida, el triunfo de otros y las mujeres sin encontrar un verdadero amor. ¿A qué hora se le escurrió todo ese tiempo?, precisamente en el momento en que Daft Punk crecía y  él los miraba cada vez más lejos. Haciéndose mayor, viendo que la fiesta termina, la resaca sigue y el edén no aparece. El poema de Robert Creely se los definirá mucho mejor.






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