14 oct 2014

La Apabullante Minoría tiene memoria migrante

Todo está aquí 

Memoria Migrante




El Festival de La Apabullante Minoría en su primera edición me regaló un grato momento con la obra Todo está aquí, la verdad es que iba con mucha curiosidad, el concepto de este nuevo festival no lo había asimilado del todo y esta obra me llamó la atención por el tema de los Migrantes que está en boca de todos en este momento en particular. Muchas historias desgarradoras tienen que contar esos migrantes así que yo me iba preparando para  “hacer de tripas corazón” con lo que iba a ver. Desde que llegué a la taquilla a recoger mi boleto, la chica (una extranjera) me dijo: te va a gustar, es muy emotiva. Y en efecto, emotiva es una palabra que la describe a la perfección.

En este asunto de dar mi opinión no hay manera de separar mi historia, no hay manera de quitar a Patricia y hacer algo imparcial, me resulta imposible ser neutral y dar una opinión objetiva de las cosas, pero bueno, me consuelo pensando que nadie está leyendo esto a la fuerza y yo puedo decir lo que yo quiera. Así, con ese antecedente les digo que esas cuatro mujeres que salieron a escena me llevaron a recordar a las grandes mujeres de mi vida, mi bisabuela, mi abuela y mis tías abuelas, algunas de ellas vivieron esa migración por las que pasaron estas mujeres pero eso no tiene nada que ver; esa vida, esas historias, esas edades y esas costumbres son algo que acompaña a las mujeres de esas épocas en América Latina.

Perfectamente pude ver a Rebeca ante su enorme mesa preparando quesos y cuanta cosa pudiera vender, podía ver a Petra bailar y levantando su copa mientras compartía la felicidad que la inundaba, podía ver a María bañándose junto a pila a jicarazos con el camisón puesto, pude ver a Chabela dejando todo atrás por ir a buscar una vida mejor.

Había tristes historias detrás de cada una de esas mujeres, algunas dejaron El Salvador, otras dejaron Honduras o Colombia intentando llegar a Estados Unidos para que finalmente el destino las naturalizara mexicanas. Estas mujeres optaron por vivir una fantasía, optaron por cambiar su realidad por una mejor y aceptaron finalmente lo que estaba deparado para ellas. Su voz no refleja dolor, al contrario, hay una gratitud a la patria que las ha adoptado cuando las circunstancias las obligaron a abandonar su tierra. Coincidieron en una Casa de Refugiados y transformaron en una catarsis artística sus experiencias.


Este festival no ha terminado, ya no tendrán más presentaciones pero todavía hay talleres y conferencias. Para las protagonistas de Todo está aquí la vida sigue, esta no es la primera vez que se presentan ni será la última, su historia seguirá llegando a las personas que quieren escucharla, espero que pronto nos den otra oportunidad de hacerlo.


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