Todo está aquí
Memoria Migrante
El Festival de La Apabullante Minoría en su primera
edición me regaló un grato momento con la obra Todo está aquí, la verdad es
que iba con mucha curiosidad, el concepto de este nuevo festival no lo había
asimilado del todo y esta obra me llamó la atención por el tema de los
Migrantes que está en boca de todos en este momento en particular. Muchas
historias desgarradoras tienen que contar esos migrantes así que yo me iba
preparando para “hacer de tripas
corazón” con lo que iba a ver. Desde que llegué a la taquilla a recoger mi
boleto, la chica (una extranjera) me dijo: te va a gustar, es muy emotiva. Y en
efecto, emotiva es una palabra que la describe a la perfección.
En este asunto de dar mi
opinión no hay manera de separar mi historia, no hay manera de quitar a
Patricia y hacer algo imparcial, me resulta imposible ser neutral y dar una
opinión objetiva de las cosas, pero bueno, me consuelo pensando que nadie está
leyendo esto a la fuerza y yo puedo decir lo que yo quiera. Así, con ese
antecedente les digo que esas cuatro mujeres que salieron a escena me llevaron
a recordar a las grandes mujeres de mi vida, mi bisabuela, mi abuela y mis tías abuelas,
algunas de ellas vivieron esa migración por las que pasaron estas mujeres pero
eso no tiene nada que ver; esa vida, esas historias, esas edades y esas
costumbres son algo que acompaña a las mujeres de esas épocas en América
Latina.
Perfectamente pude ver a
Rebeca ante su enorme mesa preparando quesos y cuanta cosa pudiera vender,
podía ver a Petra bailar y levantando su copa mientras compartía la felicidad
que la inundaba, podía ver a María bañándose junto a pila a jicarazos con el
camisón puesto, pude ver a Chabela dejando todo atrás por ir a buscar una vida
mejor.
Había tristes historias detrás
de cada una de esas mujeres, algunas dejaron El Salvador, otras dejaron
Honduras o Colombia intentando llegar a Estados Unidos para que finalmente el
destino las naturalizara mexicanas. Estas mujeres optaron por vivir una
fantasía, optaron por cambiar su realidad por una mejor y aceptaron finalmente
lo que estaba deparado para ellas. Su voz no refleja dolor, al contrario, hay
una gratitud a la patria que las ha adoptado cuando las circunstancias las
obligaron a abandonar su tierra. Coincidieron en una Casa de Refugiados y
transformaron en una catarsis artística sus experiencias.
Este festival no ha
terminado, ya no tendrán más presentaciones pero todavía hay talleres y
conferencias. Para las protagonistas de Todo está aquí la vida sigue, esta no
es la primera vez que se presentan ni será la última, su historia seguirá
llegando a las personas que quieren escucharla, espero que pronto nos den otra
oportunidad de hacerlo.
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