DÍA MUNDIAL SIN TABACO
Mucho se ha hablado del tabaquismo y seguramente mucho se va a hablar, yo me atrevería a decir que el tabaquismo es la adicción más fuerte de todas, la más difícil de vencer, es legal y es socialmente aceptado, porque si bien es cierto que empezamos a tener una legislación al respecto, también es cierto que la comercialización inicial del tabaco fue brutal y brillante al mismo tiempo. No solamente difundía las bondades curativas del cigarro, sino que también era un estilo de vida, una cuestión de virilidad para el hombre y de emancipación para las mujeres. Tenía que ver con clase, con nivel cultural y con la moda. En los años 50’s y 60’s la publicidad de los cigarrillos era encabezada por médicos, dentistas, amas de casa, soldados y hasta niños.
Si nos vamos mucho más atrás hasta la época precolombina, en todo el continente americano los indígenas consumían el tabaco durante sus rituales o con fines terapéuticos. Lo enrollaban en forma de puro, lo envolvían en hojas de maíz a manera de cigarrillo o lo fumaban en pipa. También solían incluirlo en jarabes para beberlo. El tabaco era una planta mágica para los pueblos prehispánicos de México porque "hace visible el aliento". Era su manera de hablar con los dioses, alguna de las tantas otras que incluían otro tipo alucinógenos.
Con la llegada de los españoles comienza la difusión del uso del tabaco en Europa, aunque esto metiera en problemas a los primeros en importarlo como a Rodrigo de Jerez y Luis de la Torre, dos compañeros de Cristóbal Colón, que fueron los primeros occidentales que vieron a los indios fumando tabaco. Rodrigo de Jerez los imitó en seguida, sin sospechar que a su regreso sería encarcelado por la Santa Inquisición acusado de brujería puesto que "sólo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca". Después de que pasó el susto los europeos lo incorporaron “legalmente” a sus costumbres en el siglo XVII gracias a la milagrosa cura de las migrañas de Catalina de Médicis atribuída al tabaco; es aquí en donde el tabaco deja de ser diabólico para ser llamado “Hierba Santa” o “Hierba para todos los males”, o sea, un mártir más de la Santa Inquisición, que ahora era indiscriminadamente recomendado para todo tipo de padecimientos…la panacea.
Según el Instituto
Nacional de Cancerología de México el
tabaquismo es una de las principales causas relacionadas, no sólo con el cáncer, sino también con
enfermedades cardíacas, bronquitis, enfisema y derrame cerebral; además de
contribuir con la severidad de los resfriados y neumonía. El tabaco tiene un
efecto perjudicial en la salud relacionada con la capacidad reproductora de la
mujer y está asociado con un mayor riesgo de aborto espontáneo, parto
prematuro, parto de feto muerto y muerte del bebé, además de ser una causa de
que los bebés presenten bajo peso a la hora de sus nacimientos. Igualmente, el
humo del cigarrillo tiene un efecto nocivo en la salud de las personas no
fumadoras.
Existen cientos de sustancias que los
fabricantes agregan a los cigarrillos para intensificar el sabor o para hacer
más agradable la experiencia al fumar. Algunas de las sustancias más comunes
incluyen el amoníaco, el alquitrán y el monóxido de carbono. Se han llevado a
cabo investigaciones para determinar la cantidad de compuestos que se agregan a
los cigarrillos, en más de 60 marcas de cigarros diferentes se encontró que el 68% contenía
por lo menos 12 compuestos causantes de cáncer. No existe evidencia de que al
reducir el contenido de alquitrán o
nicotina de un cigarrillo signifique un menor riesgo para la salud. Los fabricantes no
proveen información al público sobre la cantidad exacta de aditivos que se
utilizan en los cigarros.
En los últimos años se han dado pasos importantes en
México en el control del tabaquismo. Se han creado espacios públicos 100%
libres de cigarro en convenio con la Organización Mundial de la Salud. La
publicidad ha cambiado, en las cajetillas de cigarros, horrible por cierto, y se aumentaron los impuestos. Hasta el momento los
resultados son parciales porque para variar en nuestro país las leyes no están bien hechas, lo que se
presta a que las adecuen o a que los establecimientos se amparen resultando en
un cumplimiento inadecuado, mismo que cambia de una entidad federativa a otra.
De cualquier manera se puede decir que se ha creado un poco de conciencia en la población, los no fumadores se defienden y bueno, ¡los fumadores también! Porque resulta que también tienen su derecho a consumir un producto que es legal. No hablemos de su derecho a morir como les de la gana porque creo que la Constitución anda un poco perdida en ese asunto.
Está científicamente comprobado que el tabaquismo tiene un alto porcentaje de riesgo de provocar:
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Los fumadores conocen los riesgos, dicen
aceptarlos y estar dispuestos a morir por este placer. Me ha tocado ver
pacientes con cáncer retirándose la mascarilla de oxígeno para fumar, fumando a
través de una traqueotomía, o pelear con sus familiares por un cigarrillo más.
No hay razón para negar un cigarrillo a un moribundo, un cigarro menos no lo
salva, son conscientes de estar muriendo por esa decisión. El problema está
en que la gran mayoría no morirán conscientes de eso, más que muerte por
asfixia (una de las peores que existen) son las muertes por metástasis
cerebrales que a los que más lastiman
son a los familiares.
El tabaco mata o al menos, ayuda a morir
antes de tiempo. Esa es una realidad incuestionable.
Digamos que hay una razón
suicida en quien lo consume, pero, ¿y los demás? No me refiero a los no fumadores
afectados, sino a quién los va a acompañar en el vía crucis que puede ser una muerte por
causa del tabaquismo.
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