Pedofilia en el Cine
Con anterioridad ya me he
declarado amante del cine, del cine en todas sus modalidades, pero
particularmente del tipo de películas que te despiertan un sentimiento, aunque
ese sentimiento no siempre sea agradable. Aprovecho la 56 Muestra Internacional de Cine para ver este tipo de películas, porque es difícil verlas fuera de estos festivales.
La mayoría de las personas van al
cine para distraerse, para salir un poco de la realidad, de la monotonía o de
la crueldad del mundo real. Como digna representante de los nacidos bajo el
signo de Piscis soy una experta en evadirme de la realidad, me gusta que mi mundo sea color de rosa, sin embargo, y con
plena conciencia, de repente me da por nadar en esa realidad que de rosa no tiene nada.
En un corto periodo de
tiempo me tocó ver dos películas que tratan sobre el tema de la Pedofilia. Una
de ellas fue la película mexicana muy esperada y muy decepcionante para algunos,
Obediencia Perfecta de Luis Urquiza un filme
"inspirado" en la vida del sacerdote Marcial Maciel, fundador de Los
Legionarios de Cristo, quien fue acusado por cometer abusos contra menores. No
hubo nada nuevo en ella, tal vez mucha expectación y mucho morbo, lo cual fue
suficiente para abarrotar las salas de cine. Las actuaciones nada
extraordinarias, tal vez la de Juan Manuel Bernal, pero en este caso en
particular no creo que fue el papel que sacó lo mejor de su capacidad actoral.
Un punto a su favor,
es como describen la manera en que los niños son engañados, la manipulación que
por años aplican a los niños que son abusados en este medio, con la Iglesia de
por medio las críticas son incendiarias, pero lo cierto es que la Pedofilia
abarca al mundo entero, del primer al tercer mundo, a todas las profesiones
(obviamente más a las que involucran niños), no es una cuestión de cultura o de
ignorancia. La pedofilia nace en casa, con las personas que se supone más aman
a sus hijos, con los familiares más allegados, con las personas más “seguras”.
Esto es descrito
perfectamente en la película Polisse de
la joven directora francesa Maïwenn, que muestra el interior de la Brigada de Protección de
Menores (BPM) del Departamento de Policía parisino responsable de las
infracciones cometidas a víctimas menores de 18 años. Este departamento
investiga desde oscuros casos de
pedofilia escolar hasta el allanamiento de una extensa red de explotación
laboral infantil.
La película es un
conglomerado de pequeñas historias basadas en casos reales, que requirió ardua
investigación, Maïwenn selecciona los casos más frecuentes, algunos más atípicos,
sorprendentes y escandalosos. Alguna vez leí que: una escena impactante llega
más al alma; bueno, esta película te mete al alma muchas escenas, y no porque
sean necesariamente brutales, eso no fue necesario, la sugestión es llevada
magistralmente.
Cuando salí de la sala de
cine, mi primer comentario fue “me partió la película” y cuando dije esto no
sólo pensaba en los niños, sino en las personas que trabajan manejando casos
como estos, porque la película realmente está manejando los dos temas, no hace
un desfile de atrocidades, me parece que refleja mejor los problemas profesionales
y personales de los integrantes de esta brigada. No hay conclusión sólo un
desarrollo que te deja abierto un largo camino. Polisse es una gran película,
muy dura, con actuaciones brillantes… ¡todas! Hasta el punto de darse cuenta
que hubo actores que sacrificaron sus capacidades histriónicas sólo por ser
parte de ella, la directora actúa en la película como una observadora más.
París es México, México es
Suecia, Suecia es Estados Unidos y Estados Unidos es Irak, que dicho sea de
paso, está a punto de legalizar la Pedofilia. El abuso infantil es universal en
cualquiera de sus versiones, a través de cualquier ventana se puede ver y bajo
cualquier profesión, uniforme o hábito.
No puedo transmitir todo lo
que la película movió en mí, situándome en los dos lados, en el bando de los
niños abusados y en de los profesionales que viven con esto todos los días, no sólo porque dejan
todo su ser en una profesión, sino también por el hecho de enfrentarse a la
tensión, al malhumor y a todas aquellas cosas que irremediablemente afectan el
desempeño de los hombres y mujeres que laboran en ella y de la cual depende el
destino de otros seres humanos… los niños.
Aunque no lo menciona
textualmente en la película, inmediatamente la relacioné con el Síndrome de Burnout:
Tensión al interactuar con
otras personas, una fase avanzada de estrés laboral, desgano, frustración,
desilusión, agotamiento emocional, falta de realización personal,
deshumanización, consistente en el desarrollo de actitudes negativas, de
insensibilidad y de cinismo hacia las personas. Falta de realización personal,
con tendencias a evaluar el propio trabajo de forma negativa, siente
insuficiencia profesional.
Yo sabía de este Síndrome
porque he sido evaluada en este sentido por mi profesión. El “Burnout”
(quemados) es muy común el personal de salud que trata con enfermedades catastróficas
o con enfermos terminales, en donde pareciera que por bien que realicen su
trabajo no viene acompañado de una satisfacción o sensación de triunfo.
Revisando un poco el tema encontré un listado de las profesiones que son más
propensas a padecer este síndrome y curiosamente los agentes de policía ya no
figuran en esta lista, aunque fue precisamente con una brigada de policía con
quien se comenzó a utilizar este término.
¿Mi opinión? la película es muy buena, muy fuerte y muy dura; podríamos ser capaces de sentarnos a juzgar la manera en que éstas personas se desenvuelven en su trabajo y en su vida personal, pareciera que son una comunidad aparte, que no tienen opción a una vida "normal" fuera de su ambiente de trabajo; pero al final nos daremos cuenta que "Nadie sabe lo que pesa el muerto, mas que el que lo está cargando". Y en cuanto a la Pedofilia nos encontraremos en un callejón sin salida, porque en muchos casos ni siquiera el agresor es consciente del daño que está causando.
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