Los Dineros
¿Quién
mejor que tu santa madre para salvaguardar la economía familiar? Si bien,
todavía te tocó que el hombre de la casa era quien traía el pan con el sudor de
su frente, era ella, la soberana guardiana de las arcas familiares. Cuando de
cumplir promesas se trataba, las cosas se toman muy en serio, así que cuando
dijo: “yo vigilaré que todo se aproveche en nuestro hogar”, creo que así va más
o menos, lo dijo en serio.
Si
sabes de lo que estoy hablando más de alguna vez te tocó comer más de la cuenta
por aquello de: “de que se desperdicie a que nos haga daño…”, o el “quítale ese
pedacito que todavía está bueno”, ¿cuál quemado? “Está doradito nada más”,
porque “es pecado desperdiciar la comida”, seguramente este mandamiento estaba
en la tabla perdida de Moisés porque
estoy segura de no haberlo visto en algún otro lugar.
Y
la cosa no termina en los perecederos, también nos tocaron, las medias suelas,
los parches en los pantalones, aún nuevos ya traían los parches para los
futuros hoyos, los zapatos con suela de goma que jamás se terminaban, el
reciclaje de la ropa de tus hermanos o tus primos. El tener que usar ropa más
grande de tu talla “pa’ que te dure”, o más chica “todavía aguanta”.
La
precursora del “hágalo usted mismo” logró ahorrase unos cuantos pesos haciendo
chambitas de fontanería, electricidad, costuras y remiendos… claro que todo
esto no tendría sentido si tú no te enteras de las cosas, y ¿cómo te vas a
enterar de las cosas? Sencillo, ella te lo va a decir, ¡y de qué forma!
¡Como
a ti no te cuesta!
¿Crees
que soy banco?
¡No
estoy barriendo dinero!
¡No
compro nada!
¡No
tengo dinero!
¡El
dinero no sale de los árboles!
¡Todavía
aguanta!
¡Pa’
que te dure!
¡No
tienes llenadera!
¡A
tu bolsillo le avisarás!
¿Es
lo menos?
¡Échalo
a perder, al cabo a ti no te cuesta!
Tirándose
al drama
Cual
Kamikaze a la yugular, Libertad La Marque está babosa al lado de tu santa y
sacrificada madre. Quien todo lo aguanta y todo lo sufre por ti, y ¿para qué?
¿Para qué le pagues así?
Pocas
cosas más trascendentales que el chantaje materno, y ¡cómo no! Si es tan
efectivo, por más veces que te lo aplican, por más consciente que seas de él
siempre será capaz de dejarte al menos con la duda de que en realidad la puedes
matar de un coraje; porque entre tu padre y tú no hay a quien irle.
Si
la maternidad fuera una carrera universitaria el chantaje estaría registrado
como: Técnicas de Tortura Mental I, II, III, IV y Masters Level, pero como
carrera universitaria no es y eso de la escuela para padres es una falsedad
pues no me explico de dónde sacaron tan diestra maestría en su aplicación, tal
vez cuando logren descifrar el ADN en su totalidad lo sabremos a ciencia
cierta.
Mientras
tanto permíteme refrescarte la memoria con las siguientes frases. ¡Música de
violines por favor!
¡Eres
igualito que tu padre!
¡Tu
hija va a ser peor que tú!
¡Mal
agradecido!
¿Para
esto trae uno hijos al mundo?
¿Quién
más que yo que soy tu madre y te quiero tanto?
¡Vete…Déjame!
¡Haz
lo que se te dé la gana… total!
¡Dios
me haga una santa!
¡Esta
es la cruz que me tocó cargar!
¡Mira
como me pongo por tu culpa!
¡Ya
se acordarán de mí!
¿Qué
pecado habré cometido…?
¡Te
vas a arrepentir!
¡Como
yo no cuento!
¡Ah
pero cuando yo me muera…!
¡Cuando
tengas tus hijos entenderás y entonces dirás “Que razón tenía mi santa madre”!
Continuará...
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