2 sept 2013

Ana Frank

Diarios de Guerra


Un día como hoy  2 de septiembre, pero del año 1944 Annelies Marie Frank, conocida como Ana Frank fue enviada al campo de concentración nazi de Auschwitz. Esta niña judía alemana llegó al corazón de todos a través de sus anotaciones en su diario que después serían publicadas como “El Diario de Ana Frank”. En él narra el tiempo que permaneció oculta, junto con su familia y algunas otras personas en la ciudad de Amserdam durante la segunda guerra mundial. Ella y los miembros de su familia fueron capturados y llevados a distintos campos de concentración. El único superviviente de los ocho escondidos fue Otto Frank, su padre.

Después de estar en Auschwitz  la trasladaron al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murió de tifus el 12 de marzo de 1945, a tan sólo unos días antes de la liberación de éste campo de concentración. Cuando la guerra terminó su padre se dedicó a la tarea de publicar las palabras de su hija bajo el título “La casa de atrás”.

"A pesar de todo, continúo creyendo en la bondad íntima del hombre", afirma Ana en el Diario; estas palabras constituyen la moral de este libro que, nacido como de una necesidad personal, tiene la honestidad genuina e inmediata de un desahogo espontáneo nunca dirigido a la publicación.

No hay vida que merezca sufrimientos así, bueno, tal vez si las hay, pero yo no me atrevería a señalarlas. Sin embargo cuando se trata de niños, todo toma una dimensión diferente. Los sufrimientos parecen magnificarse cuando se trata de niños y es algo que creo que cualquiera puede entender.

Este fue el primer "diario" de este tipo que leí y en su momento me llenó de tristeza, pero se me hacía tan lejano a mí, como si fuera algo que sencillamente ocurrió en otro planeta. Tal vez porque yo también era muy joven en ese momento, si mal no recuerdo estaba cursando la secundaria cuando comencé a leer y  leía, casi obsesivamente todo lo que se me atravesaba relacionado con la segunda guerra mundial.

Mi papá había vivido algunos años en Alemania y trajo varios libros con él, mismos que yo me dedicaba a hojear, dado que todos estaban en alemán, por las fotografías podía entender, según yo, lo que había pasado durante la guerra en ese país. Fue entonces que comencé a buscar literatura en español sobre el tema. El diario de Ana Frank, Los hornos de Hitler, bueno hasta Mi Lucha, escrito por el mismísimo Hitler pasó por mis manos antes de cumplir los 15 años.

En su momento no supe darle el valor que merecía, con mucha vergüenza debo reconocer que había algo de morbo en mi motivación para leer sobre el tema. Varios años más tarde, estando ya en la universidad estalla  el conflicto armado en Bosnia y Herzegovina en 1992. Poco entendía de este conflicto y la verdad, poco me interesaba saber, hasta que se publica el libro de “El diario de  Zlata” que era una niña que vivía en Sarajevo durante esta guerra. Y que inspirada en el diario que había escrito Ana Frank comienza a escribir el suyo. Cuando lo publican claro que llamó mi atención y comencé a leerlo. Al ir relacionando las fechas, ahora sí que de su diario con el mío, caí en la cuenta de que  mientras su casa era bombardeada yo andaba de fiesta, yo andaba de novia y muy feliz, yo me estaba graduado de la universidad y la guerra que se debatía en ese momento me venía valiendo un soberano cacahuate.

Muchas veces nuestras desgracias parecen enormes, muchas otras veces criticamos y maldecimos al país que nos acoge, al gobierno, y a cualquiera que sea capaz de retrasarnos en el tráfico o que nos signifique un abuso sobre nuestros derechos como mexicanos que pagamos impuestos, que dicho sea de paso son los menos, pero somos incapaces de valorar las cosas que no hemos sufrido.


Es cierto que la inseguridad en México es alarmante, y que vivimos ya en muchas ciudades tomando precauciones para mantenernos a salvo,  pero no creo que todo esto pueda ser comparado con el hecho de vivir en un país en guerra. No es mi intención minimizar los problemas que tenemos como país, pero puedo decir con seguridad, que estamos mucho mejor que muchos. Valoremos eso y trabajemos por mejorar lo demás, ¿las cosas no se van a arreglar solas verdad?



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