13 sept 2017

Los Niños Héroes

Y el martirio heroico de
 un Batallón

Creo que nunca había revisado tantos documentos como el día de hoy para publicar esta historia, y pese a eso, seguro tengo más de algún dato incorrecto, pero creo que esa es buena excusa para un debate, o una excelente invitación para seguir investigando y aprendiendo. 

La historia de los "Niños Héroes" ha sido manipulada por diferentes razones, hoy en día hay muchos que sencillamente la repudian, incluidos algunos intelectuales destacados, pero lejos de lo que se pudo haber utilizado para formar un mito, creo que, al igual que yo, encontrarán muchas cosas rescatables; ya que a mi parecer no es el hecho de que si los niños eran héroes o rufianes, el error más grande de la historia que nos vendieron a todos en la escuela, fue hacer a un lado el valor de todos los que defendieron y murieron por México ese día, no solamente a los seis no tan niños que celebramos hoy. La historia no debe ser retirada de los libros, porque todos tuvieron su valor en ella, sólo debe ser escrita de manera diferente.

Un día como hoy pero de 1847 se libró en México la "Batalla de Chapultepec". Dentro de este episodio se ubica el evento conocido en México como: "El Martirio Heroico de los Niños Héroes". Ese día el  General Mariano Monterde, Director del Colegio Militar, pidió a los cadetes que se fueran a sus casas, pues el colegio se utilizaría como baluarte de defensa. Algunos alumnos le solicitaron permiso para permanecer acuartelados y defender al país de los invasores. Las edades de los cadetes oscilaban entre los 14 y 20 años.


Durante la batalla se solicita permiso al General Nicolás Bravo para huir con los cadetes, pero el general no quiso o no pudo decidir un curso de acción, principalmente por el estado tan crítico en que se encontraba la defensa después de la deserción en masa de la mitad de los efectivos de línea. Sin órdenes que cumplir y viendo al enemigo avanzar, los cadetes líderes trataron de decidir el curso a seguir intentando salir todos por el lado del jardín botánico. Los cadetes Juan de la Barrera, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca, prefirieron quedarse a pelear con los otros soldados del Batallón de San Blas,quienes se colocaron al lado del jardín botánico para proteger la salida de los cadetes más jóvenes, entre ellos Francisco Márquez y Miguel Miramón, lo que provocó que los estadounidenses pudieran disparar fácilmente contra ellos. No obstante las muertes de Juan de la Barrera, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca, los cadetes supervivientes lograron huir siendo protegidos en la retaguardia por Francisco Márquez que a sus 14 años logró mantener a raya al enemigo hasta perecer.

La historia oficial mexicana recuerda en particular a seis de esos jóvenes que perdieron la vida en el combate. Sus nombres: Agustín Melgar (había sido expulsado del colegio por faltar a una revisión, lo aceptaron de vuelta unos días antes de la batalla), Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez (el más joven de los cadetes, tenía solo unos meses en el colegio), Juan de la Barrera (estaba en el colegio pero ya no era cadete), Vicente Suárez y Juan Escutia (que no era cadete del colegio, sino parte del Batallón de San Blas). 

Quizá el mayor mito que rodea a los “Niños Héroes” es la conmovedora escena en la cual Juan Escutia toma la bandera tricolor y decide arrojarse desde lo alto del Castillo de Chapultepec antes que verla mancillada por los invasores. Escutia no murió por un salto ni envuelto en una bandera, cayó abatido a tiros junto con Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca cuando intentaban huir hacia el jardín botánico. La bandera mexicana fue capturada por los estadounidenses y fue devuelta a México hasta el sexenio de José López Portillo. 

El Batallón de San Blas, del cual fallecieron casi todos sus soldados al pie del cerro defendiéndolo contra el ejército estadounidense, luchó hasta desaparecer casi por completo. Sólo 20 soldados sobrevivieron, sin jefe, sin oficiales y sin municiones. El coronel Xicoténcatl fue herido por 14 balas cuando se dirigía a salvar la bandera de su batallón; después fue recogido por algunos soldados. Hasta hoy se conserva el lábaro impregnado con su sangre.

Se dice que la historia es leyenda y mito, que en realidad nunca sucedió, fue manipulada para resaltar los valores de la mexicanidad sobre la amenaza exterior, pero negó su lugar a otros personajes que también participaron en el año 1847. Al término de la jornada las cifras eran escalofriantes, cerca de 400 soldados desertaron; alrededor de 600 murieron junto con  los seis “Niños Héroes”.


Se dice que los "Niños Héroes": “ni eran niños, ni eran héroes”. Ésta es una verdad a medias. Indudablemente no eran niños: en septiembre de 1847, Francisco Márquez y Vicente Suárez andaban por los 14 años de edad; Agustín Melgar y Fernando Montes de Oca tenían 18; Juan de la Barrera 19 y Juan Escutia 20. Hoy sabemos que los seis cadetes que cayeron combatiendo no eran los únicos que tomaron las armas para defender a la patria. Había otros, particularmente uno, que resultó herido y logró sobrevivir.

Ese otro “Niño Héroe” tuvo la fortuna de salir con vida de la batalla, no obstante que se mantuvo firme en su posición defensiva. Nuestro todavía desconocido “Niño Héroe” se convirtió en la mejor espada del partido conservador y en acérrimo enemigo de los liberales y de Benito Juárez, quien lo mandó fusilar años después.  Este cadete ocupó la primera magistratura del país a los 27 años de edad, pero se equivocó de bando y por consiguiente fue condenado al infierno cívico. Su nombre: Miguel Miramón, el presidente más joven que ha tenido México.


Sea cual sea la fuente que se utilice para la reconstrucción de los hechos, los personajes y circunstancias, los defensores de Chapultepec ganaron su derecho de piso en la historia nacional. Tal vez en ese momento, en un intento de restaurar el orgullo nacional, quisieron destacar la hazaña de estos jóvenes cadetes, y no los culpo, debido al momento que estaba sufriendo el país, pero lo cierto es que todos nuestros "Héroes Patrios" han sido maquillados para volverlos honorables. En una historia llena de traiciones como la nuestra, y más en un momento en que el nacionalismo agoniza y prácticamente nadie esta dispuesto a dar la vida por su país, sería bueno recordar que somos seres humanos imperfectos, y pese a eso podemos encontrar el valor de encarar al enemigo de la Patria, sea propio o extraño.








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