19 abr 2016

Las Elegidas

Belleza en el horror de la explotación sexual
Del mundo del cine me gusta todo. No tengo un género de preferencia, disfruto de todo tipo de cine y trato de encontrar algo bueno en cada película, negándome a aceptar que los grandes genios del cine ya llegaron y ya se fueron. Desde cine comercial y totalmente dominguero, hasta el cine de arte y documentales, no le digo que no a nada; sin embrago, creo que he encontrado un especial gusto por el cine comprometido. Por ese cine que demanda y que propone.

Cuando me toca ver una película así, de ese género que algunos llaman “Cine de Conciencia”, muchas veces me olvido de valorar técnicas cinematográficas, actuaciones y todo lo demás, porque me dejo llevar por el tema. En el caso de “Las Elegidas” del director David Pablos (La vida después), puedo decir que no se sacrificó la calidad cinematográfica, y que además cumple perfecto con señalar actos de explotación que deben detenerse.

David Pablos hace una nueva versión de la novela homónima del escritor Jorge Volpi, basado en entrevistas con jovencitas víctimas de la explotación sexual. Para dar vida a estos personajes, el director se apoyó en adolescentes sin experiencia en la actuación, pero que compartían rasgos físicos con los verdaderos protagonistas.

Pablos nos cuenta la historia de Ulises (Óscar Torres), un adolescente que se enamora de Sofía (Nancy Talamantes), una jovencita que se deja llevar por el primer amor y entrega su inocencia a Ulises. Por desgracia el negocio familiar obliga a Ulises a entregar a Sofía a Marcos (Edward Coward), su padre, quien maneja una red de prostitución en Tijuana.

Nada habla mejor de “Las Elegidas” que la actuación de su protagonista, Nancy Talamantes es capaz de desatar la indignación y la rabia en los espectadores a través de gruesas lágrimas que corren el rímel de sus expresivos ojos y el carmesí subido de sus labios. Un maquillaje forzado que convierte a las niñas en carne para los depredadores, aunque el  maquillaje sea incapaz de cubrir su dolor.

La cinta logra cimbrar las emociones sin mostrar apenas nada, ecos que estremecen porque sabemos de dónde nacen, no hay necesidad de llegar a una escena que nos pudiera hacer abandonar la sala. La fotografía de Carolina Costa embellece lo que debería resultar aterrador, sutiles imágenes que pueden estremecernos sin llegar al escándalo, pero sí a la conciencia.

Tal vez lo más doloroso de ser una víctima de la explotación sexual no es el miedo, ni las amenazas con las que son sometidas estas niñas. Lo que más duele es el amor involucrado. El primer amor para muchas, la pérdida de la inocencia ante aquel al que adoraban, y todo en beneficio de un “negocio familiar”, de esos que, por desgracia, no son exclusivos de México, sino de todo el mundo.

La cinta es del año 2014, tuvo su recorrido por los festivales el año pasado, Festival de Cannes: Selección oficial (Un Certain Regard), y  Festival de San Sebastián: Sección oficial competitiva ("Horizontes Latinos"), en donde recibió muy buenas críticas. En el  2016 cuenta con 13 nominaciones a los premios Ariel, incluyendo mejor película, mejor guion, mejor fotografía y director. Está próxima a estrenarse en salas comerciales, más no tendrá un estreno nacional, se irá estrenando por regiones.

Ojalá el público se dé la oportunidad de dejarse estremecer por “Las Elegidas”. El horror es real, tan real y tan doloroso como puede ser el primer amor. Es imperativo detener el tráfico de blancas en nuestro país, hacer conciencia sobre este tema es dar un primer paso.






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