15 abr 2016

Frankenstein hijo de madre feminista

Mary Shelley
En el año 2016 el libro de “Frankenstein” o “El moderno Prometeo” escrito por Mary Shelley, fue seleccionado para conmemorar el Día Mundial del Libro. El 23 de abril, miles de personas se dieron cita para la lectura pública de esta obra maravillosa, sin embargo, pocas personas conocen el legado literario de la escritora inglesa, ya que sin duda Frankenstein es su obra más famosa, más no es la única.

Mary Wollstonecraft Godwin mejor conocida como Mary Shelley, nació en Londres el 30 de agosto de 1797. Hija de la escritora y filósofa Mary Wollstonecraft, y del escritor y político, William Godwin. Esta pareja de intelectuales dejaron en su pequeña Mary mucho más que una herencia genética. Su madre, quien murió al dar a luz a la famosa escritora, fue una de las creadoras de la filosofía feminista, el matrimonio se mostró en todo momento, defensor del amor libre y de los derechos individuales. 

Mary Wollstonecraft 
William Godwin






















William Godwin crió a su hija en los altos de su librería, no vivieron en la opulencia económica, pero sí en la opulencia literaria. En esa misma librería Mary, siendo apenas una adolescente, conoce a su futuro marido, Percy Bysshe Shelley, quien era discípulo de su padre. El joven aristócrata, escritor, poeta y ensayista, estaba separado de su mujer, con la que tuvo dos hijos, hecho que no lo detuvo para huir con Mary cuando ella apenas tenía 16 años.



Mary Shelley
Percy Bysshe Shelley









                                             









Los jóvenes amantes viajaron a Suiza junto con la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, a la casa de campo de su amante, George Gordon Byron, en el verano del 1816. En la Villa Diodati, cerca del Lago Leman, también estaba el médico de cabecera de Lord Byron, el doctor John William Polidori. La noche del 16 de junio, como entretenimiento nocturno y arropados por una fuerte tormenta, los jóvenes se dieron a la tarea de leer Fantasmagoriana. Con base en esta lectura, Byron desafió a sus invitados a escribir una historia de terror.



John William Polidori
Lord Byron






















Percy escribió “Los asesinos”, basada en experiencias de su juventud; Byron apuntó un fragmento de “El entierro”, Polidori dio inicio a “El Vampiro” (1819), y Mary Shelley comenzó a fraguar su novela “Frankestein”, la que completaría un año después. En diciembre mismo año, a pocas semanas del suicidio de Harriet, la esposa de Shelley, Percy y Mary se casaron.

Después de la publicación de “Frankenstein” en 1818, los Shelley se mudaron a Italia, en donde su dos de sus hijos murieron antes de que Mary Shelley diese a luz a Percy Florence, su último hijo, el único que sobrevivió. En 1822 Mary pierde a su esposo al hundirse durante una tormenta el velero en el que viajaba. Ella regresa a Inglaterra en donde se dedicó a educar a su hijo y a escribir, aunque nunca pudo publicar algo que superara, a los ojos de los críticos de entonces, su primera obra. Murió a los 53 años mientras dormía, víctima de un tumor cerebral.

“Te juro que hubiera preferido permanecer siempre en la ignorancia. Antes eso que descubrir la ingratitud y la depravación de una persona tan querida por mí”.

Mary Shelley fue la primera mujer en escribir ciencia ficción. La jovencita de menos de veinte años plantea en el cuento que se convirtió en novela, el poder de crear vida, entrando en un contexto moral, científico y religioso. Lo que pocos saben es que la finalmente célebre escritora gótica, tiene una faceta feminista. Siempre alejada de los convencionalismos gracias a la educación de su padre, se mostró como una mujer rebelde. Se fugó con un hombre casado y escribió novelas con fuertes tintes políticos o con temas como la educación o el rol social de las mujeres.

“La guerra es el juego del estadista, la dicha del sacerdote, la burla del abogado y la profesión del asesino mercenario”.

La madre de “El moderno Prometeo” utilizó la novela histórica para recrear las relaciones entre hombres y mujeres. A través de sus personajes femeninos, Shelley cuestiona a las instituciones políticas y a la iglesia. Describe al protagonista masculino como compulsivo y sanguinario, mientras que las mujeres personifican la razón y la sensibilidad. Los valores femeninos propuestos por la autora llegaron a triunfar frente la violencia masculina.

“No deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas”.

Sacó a las mujeres del segundo plano para hacerlas protagonistas, desafiando así al prototipo de novela vigente de aquellos tiempos, tal cual como la sociedad se comportaba. Mary Shelley afirmaba que los hombres, para ser mejores, debían tener comprensión, generosidad y compasión. Se negó a dar nombre propio al personaje por el que será siempre recordada. Mientras el Dr. Victor Frankenstein intenta desentrañar el alma del hombre, crea un cuerpo formado de partes de cadáveres. Su creación atroz será nombrada de diferentes maneras: monstruo, ser demoníaco, engendro, horrendo huésped, la criatura. Un personaje muy masculino, más nunca realmente humano.

“¿Cómo es posible contemplar a un ser tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?”.

Mary Poovey, historiadora y crítica literaria, considera que la primera edición de “Frankenstein” marca el estilo presente en todas las obras de la autora, el cual se caracteriza por las autorreferencias y por la narrativa feminista convencional, “Shelley puede mostrarse y pasar desapercibida al mismo tiempo”. El miedo a ser descubierta mediante sus trabajos, se refleja en la perdida de todos los seres queridos del Dr. Víctor Frankenstein. Poovey también asegura que Shelley no quería promoverse a sí misma como escritora, “esta vergüenza contribuyó a la creación de imágenes ficticias de la anormalidad, la perversión y la destrucción”.

Su talento y la importancia de la obra de Shelley se han visto mermadas por sus seres queridos. Tuvo el “mérito” de ser hija de grandes figuras, en su tiempo vivió a la sombra de su marido, quien en repetidas ocasiones fue elogiado a expensas de Mary por otros escritores. Su hijo y su nuera en un afán por “Victorianizar” su memoria, censuraron documentos biográficos y contribuyeron a crear una imagen más ad hoc a la época, convirtiéndola en una mujer convencional, menos reformista.

En las últimas décadas, la reedición de sus obras ha permitido estudiarla más a detalle y conocer su nivel de estudios reflejado en sus trabajos, los cuales ahora son más apreciados. Para muchos su carrera desapareció junto con Percy y es por eso nadie más le prestó mucha atención, pero fue en ese momento que describió sus ambiciones como escritora:

 “Creo que puedo mantenerme a mí misma, y hay algo inspirador en la idea”.

Frankenstein es el glorioso hijo de Mary Shelley, más no es la única gloria en ella. Su legado literario, sus ideas reformistas, la convierten no sólo en una de las principales figuras del romanticismo, sino en una mente brillante y un ejemplo de la mujer liberal.


“Estamos ligados por vínculos tenues, a la prosperidad o a la ruina” 




No hay comentarios:

Publicar un comentario