31 ago 2015

Teatro Cabaret en Guadalajara

Entre Machos, Machas y Mochos
Somos Bien Muchos

Director: César Enríquez
“Entre machos, machas y mochos, somos bien muchxs” es una obra que tiene como protagonistas a las mujeres más representativas de Guadalajara. Las imponentes estatuas de Minerva y Beatriz Hernández, cobran vida para mostrarnos a través de su personalidad la personalidad de la ciudad misma.

Con todo el toque del cabaret político mexicano y una dramaturgia que parece se terminó de escribir ayer, Lucía Cortés (La Minerva) y Sara Isabel Quintero Coronado (Doña Beatriz Hernández) hacen gala de su talento, frescura y simpatía para hablar de ese río de aguas negras que corre por debajo de nuestra bella ciudad. Ese río del cual se nutre la intolerancia y el juicio de una sociedad con moral de doble cara.

Mine y Betty entretejen la sátira política y el determinismo conservador con el rol que ocupan las mujeres tapatías. Esas que forzosamente llevan colgada una etiqueta que  marca la manera en que deben de ser a los ojos de la sociedad que se rige por la ley de Dios y las buenas costumbres. Cada una habla de su condición femenina, de sus batallas, sus demonios y su orientación sexual.

A pesar de lo complicado  que puede resultar tratar temas como: violencia contra la mujer, homosexualidad, machismo, gobierno, iglesia, clasismo y subversión. Estas dos mujeres maravillosas, lo hacen de una manera amena y simpática. Con un humor de oscuras tonalidades, que no tiene más intención que crear conciencia de una manera divertida.

Con esta obra usted tendrá música, baile y muchas carcajadas por más de una hora. Jonathan Cortez Castillo (El Músico) marca el ritmo con el que Mine y Betty cantan gran cantidad de improperios, para dejar con la boca abierta a unos y con lágrimas de risa a otros.

Excelente trabajo también el de César Enríquez  en la dirección y el libreto, en el que también colaboró Andrea Belén SánSa. La temática es tan actual que parece que minutos antes de salir a escena le dan los últimos retoques. 

El productor Javier Rodríguez logró conjuntar un gran equipo y el resultado es extraordinario. La escenografía, el diseño de vestuario y maquillaje también dan su razón de ser a este espectáculo de cabaret. En pocas palabras una obra muy tapatía que bien se puede representar en cualquier parte del país. ¡No la deje pasar!
















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