19 feb 2015

Somos la unidad funcional del caos

Guadalajara, una ciudad sin educación vial


En una encuesta reciente de Castrol stop-start la ciudad de Guadalajara aparece en el número 9 de las 10 ciudades con el tráfico más complicado del mundo, la Ciudad de México está en el número 3, pero que eso no lo consuele porque estamos, por mucho, muy lejos de Nueva York.

La cantidad de vehículos circulantes en la zona metropolitana ha venido en aumento, el precio de la gasolina sigue en su carrera ascendente; estos problemas han fomentado  el aumento en el  número de personas  que en su afán de mejorar la vialidad o de tener un ahorro en su gasto mensual deciden moverse en moto o en bicicleta.

Hasta este momento esto, en vez de mejorar las vialidades las ha empeorado ¿cómo es  posible?, si a todas luces parece una muy buena opción de transporte. Bueno, creo que el problema somos los pobladores, todos, absolutamente todos, seamos peatones, usuarios del transporte público, automovilistas, ciclistas o motociclistas. Cualquier persona que circule por la vía pública es considerado la unidad funcional del caos.


Altos índices de muertes causadas por el transporte público, larga lista de ciclistas y motociclistas que mueren en accidentes de tráfico, infinidad de colisiones por alcance o causadas por la necedad de no ceder el paso. Peatones arrollados justo debajo de los inutilizados puentes peatonales. Ausencia de banquetas o transformación de las mismas en estacionamientos por los que aparte, ¡te cobran! ¿No les parece demasiada insensatez?

Ante un caos descomunal es imposible señalar un culpable y aquí los culpables somos todos en mayor o menor grado. Desde los organismos gubernamentales con sus proyectos relámpago y mal estructurados, la pésimas condiciones de calles, banquetas y sistemas de alcantarillado, lo contradictorio de los reglamentos de movilidad y transporte, la falta de compromiso de los agentes viales, etcétera, etcétera; pero casi podría asegurar que todo radica en la ignorancia y falta de educación vial de la población.


Los automovilistas, sean chóferes públicos o privados, han sido considerados como los dueños del territorio asfaltado. El tamaño o la resistencia de la lámina de sus vehículos los van situando en lo más alto de esta cadena alimenticia; aquí literalmente el pez grande se come al chico, aunque tampoco falta algún vochito envalentonado. Los enemigos son todos: el que se quiere meter delante de ti, el que maneja muy rápido o muy despacio, los inconscientes ciclistas que tienen la estúpida idea de que tienen derecho de circular por las calles, los gandallas e irresponsables motociclistas que piensan que el tamaño de su vehículo les da permiso de pasar por los recovecos o posicionarse en cualquiera de los puntos ciegos que puede tener un carril. Los peatones, los malditos peatones que se creen de hule y me miran feo cuando me estaciono en la franja del paso peatonal esté pintada o no.


No voy a describir el punto de vista de todos los involucrados porque no tiene caso, sólo es cuestión de cambiar la perspectiva del párrafo anterior y ubicarla en cada uno de los mencionados. A lo que voy es que todos pensamos que la culpa está en todos menos en nosotros. Nada hay más lejos de la realidad.

Un tema que está muy de moda en estos días es el de los ciclistas, es admirable la manera en que han trabajado por hacer valer sus derechos como usuarios de las vialidades, pero, y aquí viene un gran pero, la ciudad no está lista para un cambio así. Sería maravilloso que se lograra, en verdad creo que precisamente con ellos puede venir la solución a muchos problemas, sin embargo así de la noche a la mañana aparecen como por arte de magia señalamientos nuevos, cambios en la preferencia de las calles, lo que antes era zona de estacionamiento ahora ya no lo es, espacios improvisados para dar  cabida al programa “MiBici”. Poca información, no muchos comprenden los nuevos señalamientos, me incluyo entre ellos, y ahora hay que lidiar con un problema nuevo que pudo ser un gran proyecto.


Todos tenemos derechos y obligaciones, desconocerlos no nos justifica de no aplicarlos. En el reglamento de la Ley de Movilidad y Transporte del Estado de Jalisco el Artículo 12 dice:

Adicionalmente a los derechos que corresponden a los peatones en general, las personas con discapacidad tendrán preferencia de paso en todos los cruceros o zonas de paso peatonal; asimismo, deberán dárseles las facilidades necesarias para que puedan abordar las unidades de transporte público. De igual manera, los ciclistas tienen derecho a una movilidad segura y preferencial antes que el transporte público, con la responsabilidad de utilizar los espacios de circulación designados, de respetar las indicaciones de la autoridad correspondiente, así como los señalamientos y dispositivos que regule la circulación vial compartida o la exclusiva, de respetar los espacios de circulación o accesibilidad peatonal, la de dar preferencia a las personas con discapacidad y peatón.


¿Sabía usted que el transporte público tiene preferencia al circular, sobre el transporte de motor en general? Confieso que yo lo ignoraba, y aprovecho la confesión para decir que no me gusta tener un camión delante de mí, ¡no me deja ver! Por lo tanto es muy raro que yo les ceda el paso. Los chóferes del transporte público también tienen la responsabilidad de respetar sus carriles de circulación, respetar las paradas y respetar el ascenso y descenso de los peatones, dando preferencia a los niños, adultos mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas; deben proteger también el espacio de circulación vial compartida de los ciclistas. De preferencia dará posibilidades de intermodalidad con el transporte privado y en bicicletas. ¡Ah verdad! Esto de la educación vial es una calle de dos sentidos.

Ahora, los ciclistas tienen derecho a:
  • Disponer de vías de circulación exclusiva o compartida
  • Contar con derecho de paso en la vía pública sobre vehículos motorizados
  • Transportar las bicicletas en áreas asignadas del transporte público
  • Registrarse y registrar su vehículo ante la Secretaría
  • Estacionar y resguardar sus vehículos en espacios exclusivos
  • Los prestadores de servicios deberán de contar con espacio destinado para estacionar y resguardar los vehículos no motorizados


A cambio de eso tienen obligación de:
  • Preferentemente deberán contar con un casco protector
  • Preferentemente deberán portar un chaleco, chaqueta o chamarra con materia reflejante
  • Circular con precaución sobre la extrema derecha o en vialidades donde exista ciclovía o vía exclusiva para ellos
  • Abstenerse de circular sobre las aceras o áreas reservadas a los peatones
  • Tienen prohibido circular en sentido contrario o por vías rápidas
  • Deberán detener su trayecto durante la duración de la luz roja de cualquier semáforo
  • Los ciclistas que circulen de noche deben llevar aditamentos luminosos o bandas reflejantes
  • Deben indicar la dirección de un giro o cambio de carril mediante señales con el brazo y la mano
  • Deberán ceder el paso a los peatones y usuarios del trasporte público


En esto de las obligaciones puedo decir que esos dos puntos de “preferentemente” deberían ser cambiados por obligatorios, el casco es lo más parecido al concepto de seguridad con que cuentan, lo mismo que la ropa que los haga ser visibles. Un automovilista nunca va a ver a un ciclista de la misma manera que un ciclista ve a un auto, en serio que mal comienza a oscurecer y ya no se ven. De 2009 a la fecha se han colocado 146 bicis blancas, tal vez por estos días ya sean un par de bicis más o tal vez ya no tienen bicis blancas para poner porque la demanda es alta. 

En la jungla de asfalto los autos y camiones se pelean el territorio, el camión va sobre el auto, el auto sobre la moto, la moto sobre la bici y la bici sobre el peatón y al revés y en todos los sentidos, no lo podría ilustrar como una cadena esto es más parecido a una telaraña, es un todos contra todos.


La solución: Educarnos.

Educarnos todos y en base a la educación exigir a las autoridades que hagan su parte, manteniendo la seguridad vial e implementando proyectos viales “viables”. Mi seguridad depende en gran parte de mi persona, dejar de pensar y actuar de manera egoísta nos acerca más a la civilización. El respeto es un derecho y estamos en posición de exigirlo siempre y cuando actuemos de la misma manera.

Es importante mejorar, ampliar e individualizar los exámenes para las licencias de conducir, hasta el momento no hay uno que incluya a los ciclistas y el examen para licencia de motociclista es el mismo que el de automovilista. La educación vial debería ser obligatoria  en las escuelas, porque puede ser una cuestión de vida o muerte para todos y cada uno de nosotros.


Si bien es cierto que el automovilista puede ser el depredador más fuerte, también es cierto que muchos de los accidentes son causados por la imprudencia de los peatones, ciclistas y motociclistas, sin embargo las responsabilidades en ese punto no los alcanzan a ellos. En cualquier accidente el que paga es el automovilista tenga la culpa o no, creo que eso debe cambiar. 

Quiero dejar muy claro que no estoy defendiendo la postura de los automovilistas, estoy a favor del uso de la bicicleta y la moto, así como de la seguridad por sobre todas las cosas para el peatón y las personas con discapacidad. Mi planteamiento tal vez no tenga solución, al menos no inmediata, pero apunta a hacernos notar que todos somos causantes del caos en que vivimos.

Multas  para los peatones por no cruzar en los lugares asignados para eso y multa a los automovilistas por bloquear estos lugares. Igualdad de derechos y responsabilidades. Si queremos una ciudad de primer mundo hay que comportarnos como una población de primer mundo, mientras tanto no salga de casa sin la bendición, cruzando la puerta la va a necesitar.
   






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