3 dic 2014

Article 19 Disentir en silencio


Violencia contra la prensa y criminalización de la protesta, México 2013


El 2013 se convirtió el año con más agresiones a periodistas, 330 reportes para ser exactos, en México se agrede a un periodista cada 26.5 horas, pero esto no es lo más perturbador del asunto, el problema radica en que en 6 de cada 10 casos las agresiones fueron por parte de un funcionario público.

Con estos números inicia el  informe de Artículo 19 año 2013, asociación que dirige el periodista Darío Ramírez, este informe fue presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Ramírez en compañía de Juan Villoro, Carmen Aristegui y Lydia Cacho hablaron sobre este efecto masivo que se está registrando en el país, en donde por mucho tiempo se le achacó este tipo de ataques al crimen organizado y es cierto hasta cierto punto, las agresiones que culminan con la muerte de un periodista son, en su mayoría, perpetradas por el crimen organizado, pero el alarmante aumento de estas cifras está en las agresiones que realizan las autoridades.

El informe menciona la relación de este aumento en las agresiones con las movilizaciones sociales masivas en el país y precisamente el Article 19 reivindica la protesta social como una herramienta fundamental para construir una democracia fuerte. Los medios y las leyes han satanizado las protestas en las calles. La protesta social es la única forma en la que la ciudadanía puede alzar la voz. La protesta social es una respuesta a un Estado que no escucha.

El escritor y periodista Juan Villoro habló sobre el cambio que se vive en México, los ciudadanos hoy pueden influir en las cosas que pasan, las agresiones por parte del gobierno, de las autoridades, los políticos y hasta del ejercito intentan pasar por el  filtro de lo ilícito a lo aparentemente lícito. Nos hace una invitación a seguir buscando la verdad. Habló también del cambio moral que el periodismo está teniendo en nuestro país, al día de hoy la noticia no es la sangre sino la vida que se pierde con la sangre. Los tintes amarillos han disminuido en los periodistas que buscan ante todo mantener su prestigio, pero callar los crímenes no ayuda, se tienen que documentar y difundir. Documentar no es un delito.



Un México devastado y violento trata de reconstruir una ausencia, y aunque las ausencias son demasiadas los tiempos de criminalizar a las victimas están pasando, por mucho tiempo se justificaron las muertes violentas por sus nexos con el crimen organizado, no se pudo colgar sobre la impunidad una cortina más densa que esta.

Carmen Aristegui se refirió al caso Ayotzinapa como el detonante, un caso emblemático que está dando registro de las decenas de miles de muertos y desaparecidos que ha llevado al pueblo mexicano a un estado de conciencia, nos ha sacado del letargo, ha logrado que la sociedad se esté manifestando y la prensa está obligada a informar.


Aristegui habló también el peso de las redes sociales en este momento de cambio, sin dejar de advertir que pueden inclinar la balanza para el lado incorrecto, ya que también se han visto utilizadas como un instrumento de agresión a la prensa, el gobierno ha financiado campañas mediáticas para desacreditar a los periodistas por eso siempre es importante tener una mirada objetiva hacia las noticias para identificar cuando la información ha sido alterada. Muchos periodistas han sido desprestigiados a través de las redes sociales en campañas que nuestros propios impuestos están pagando.

Por su parte la periodista y escritora Lydia Cacho habló sobre la agresión que sufrió por la publicación de su libro Los demonios del Edén en el año 2006, por órdenes del gobernador de Puebla Mario Marín “El gober precioso”, Cacho se niega a referirse a sí misma como una víctima y dice que hubiera preferido morir que desmentirse. Su caso, como muchos otros, sigue coronado por la impunidad. Muchos periodistas se ven afectados por poner la verdad sobre la mesa, además del desgaste físico, emocional y psicológico tienen que lidiar con el miedo de ser agredidos o de ser agredidos una segunda o tercera vez, ya sea ellos o sus familias; pero con todo eso está a favor de documentar la vida, sigue apostando por el prestigio no por la fama.


Darío Ramírez  en las primeras páginas del Informe Article 19 2013, nos dice que:

Las calles de la Ciudad de México se han convertido en campos de batalla. La violencia durante la protesta, venga de quien venga, es criticable y no aceptable. Sin embargo, debemos de ser claros. La violencia por parte de civiles contra instalaciones físicas o bien contra la policía  deben ser reconocidos como delitos. Por otro lado, ver a policías lanzar piedras contra manifestantes, usar extintores como método de disuasión o detener arbitrariamente a manifestantes es violencia de Estado y deben ser reconocidas como violaciones a los derechos humanos. La violencia es diferenciada y se equivocan quienes la equiparan.




Este es nuestro momento como ciudadanos que queremos un cambio, hoy somos parte de un movimiento sin precedentes en México y es el momento en que podemos ser escuchados.  Tenemos derecho a ser informados con veracidad sobre los acontecimientos en nuestro país y también es nuestro derecho documentar desde nuestra trinchera los actos de corrupción e injusticias de los que hemos sido testigos. Si todavía te estás preguntando ¿sirve de algo manifestarse? La respuesta es sí. Hoy el silencio nos hace cómplices

“El periodismo mexicano necesita cada vez más personas de cualquier edad y de cualquier género que sean capaces de buscar donde la gente nos señale, de repetir las historias que el gobierno quiere acallar”
 Lydia Cacho.

“No más disentir en silencio, está es una invitación a hacerlo fuerte y claro”
Darío Ramírez




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