22 ene 2019

Mis huellas a casa


Melcocha perruna


Estamos en la era en que los perritos y gatitos mueven al mundo, estamos además en la era de lo políticamente correcto; por lo tanto es muy difícil hablar francamente, sin temor a ser vapuleada, de una película que tiene que ver con todo esto. El poster de A Dog's Way Home (Mis huellas a casa) es suficiente para desatar suspiros, pero la cinta no es capaz de despertar emociones desenfrenadas.


        Bella (voz de Bryce Dallas Howard) es una perrita a la que Lucas (Jonah Hauer-King) rescata de una casa abandonada.  Por desgracia los perros pitbull no están permitidos en la ciudad, así que en su afán por protegerla, Lucas la envía lejos, pero Bella escapa para recorrer 400 millas en su regreso a casa.

        Aunque el actor y director Charles Martin Smith (Air Bud) ya tiene experiencia trabajando con animales y paisajes abiertos, esa experiencia no se nota en la película. Al menos a mí me parece que un perro (o cualquier animal) que no sea animado no necesita tener una voz. Estos animales no necesitan palabras para expresarse, y  pese a que al principio funcionan los chistes, en poco tiempo se vuelven repetitivos y sosos.


        Las actuaciones de todo el elenco resultan forzadas en sus gestos, incluida Ashley Judd. Me sorprendió ver aparecer a Edward James Olmos, pero su participación es muy breve y está muy lejos de ser memorable. Otro problema de la cinta es la mala calidad de la animación CGI con la crearon el puma que acompaña a Bella en su trayecto, esto sin mencionar la mediocridad del guion de W. Bruce Cameron, autor del libro homónimo y Cathryn Michon.


        Dog's Way Home tiene sus esporádicos momentos, tanto de emotividad como de humor, y es eso lo que la hace no sólo soportable, sino que le ha valido para repuntar en la taquilla, su recaudación no ha sido mala, pero repito, estamos en la era en que los perritos venden, y venden mucho.


        Yo dejaría esta cinta para los más pequeños de la casa y para los amantes de los perros que les gusta rayar en la ñoñez. Es imposible odiarla, pero si lo suyo no es la infancia o no se considera un vocero Pet Friendly mejor absténgase.




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