30 sept 2017

Wind River

Sheridan completa su trilogía western
Taylor Sheridan se ha ganado el respeto de la comunidad cinematográfica con su trabajo como guionista de los últimos años.  Con Wind River (Muerte misteriosa)  completa (dicen) su “Trilogía de Western Moderno”.

El guionista de Sicario y Hell or High Water se dio la oportunidad de dirigir por primera vez una película de su autoría, un drama filmado en las heladas montañas  de Wyoming, en donde Jane Banner (Elizabeth Olsen) una inexperta agente del FBI que es enviada para investigar el asesinato de una joven en una reserva de nativos americanos.  Para poder resolver el caso  le pide ayuda a  Cory Lambert (Jeremy Renner) un experto rastreador en la zona, quien reconoce a la víctima como: Natalie (Kelsey Asbille), la mejor amiga de su hija adolescente, que también murió misteriosamente unos años antes.

Sheridan parece sentirse cómodo en los ambientes hostiles y esta no es la excepción. En Wind River la desolación se viste de imponentes montañas nevadas, fue ese el marco que escogió para su versión de indios contra vaqueros. Hemos estado tan al pendiente de su trabajo que ya sabemos qué esperar y qué no, es muy bueno desarrollando personajes masculinos atormentados, los puede crear con lujo de detalles, no así con los femeninos.  Las figuras femeninas de Sheridan están despojadas de todo glamour, casi de toda su feminidad. Son mujeres que están al “tú por tú” con los hombres, pese a que no tiene reparos en señalar que todavía necesitan ser salvadas. De romance nada. En serio nada, no insista, la melcocha no se le da al texano. Sus protagonistas no pelean por amor, pelean por sobrevivir y la naturaleza no les ayuda.

En Wind River alterna las escenas aceleradas y violentas con largos planos de tranquilidad en donde se da el tiempo de desmenuzar la psicología de sus personajes. Hace un ensamble de escenas muy buenas en el clímax de la cinta, justo antes de entrar en un cambio de tiempo. Como es su costumbre  asoma la problemática social del entorno y temáticas racistas. Desvía las consecuencias de la condición humana a los factores ambientales, sin tener remordimiento por eso. En un intento de denuncia  quiere señalar los casos de mujeres desaparecidas en esta reserva india, mensaje que no logra transmitir del todo.

La cinta tiene una excelente fotografía, Ben Richardson (Beasts of the Southern Wild) sabe su oficio y salió bien librado en el manejo de la luz en los contrastes entre las tomas oscuras y el impactante blanco de la nieve. Otro acierto fue sin duda la selección de la dupla infalible de Nick Cave y Warren Ellis (Hell or High Water) para la musicalización.

Elizabeth Olsen se me hizo débil en su papel, pero tal vez esa era su intención,  muy bien por Renner, Graham Greene que es todo un veterano y por Gil Birmingham a quien le supieron meter en el personaje un humor negro que acompaña a su tragedia.

Taylor Sheridan logró un guion con equilibrio en la dureza y sensibilidad, las notas musicales ayudan en mucho a marcar esta dualidad, tiene un buen elenco para soportar la historia de sus protagonistas. Su poca experiencia como director fue suficiente para llevarse el Premio del Jurado en la sección Una Cierta Mirada, en el festival de Cannes. Todavía no tiene la destreza de los directores que hicieron grandes sus letras: Denis Villeneuve  (Sicario)  y David Mackenzie  (Hell or High Water), pero creo que era necesario entrar junto con ellos en la trilogía.

Sheridan como director no deslumbra, pero tampoco decepciona. Con esta cinta da razones sólidas para pensar que lo mejor en esta faceta está por venir, espero no equivocarme.






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