Sheridan completa
su trilogía western
Taylor
Sheridan se ha ganado el respeto de la comunidad cinematográfica con su trabajo
como guionista de los últimos años. Con Wind
River (Muerte misteriosa)
completa (dicen) su “Trilogía de Western Moderno”.
El
guionista de Sicario y Hell or High Water se dio la
oportunidad de dirigir por primera vez una película de su autoría, un drama
filmado en las heladas montañas de Wyoming,
en donde Jane Banner (Elizabeth Olsen) una inexperta agente del FBI que es
enviada para investigar el asesinato de una joven en una reserva de nativos
americanos. Para poder resolver el caso le pide ayuda a Cory Lambert (Jeremy Renner) un experto
rastreador en la zona, quien reconoce a la víctima como: Natalie (Kelsey
Asbille), la mejor amiga de su hija adolescente, que también murió
misteriosamente unos años antes.
Sheridan
parece sentirse cómodo en los ambientes hostiles y esta no es la excepción. En Wind
River la desolación se viste de imponentes montañas nevadas, fue ese el
marco que escogió para su versión de indios contra vaqueros. Hemos estado tan
al pendiente de su trabajo que ya sabemos qué esperar y qué no, es muy bueno
desarrollando personajes masculinos atormentados, los puede crear con lujo de
detalles, no así con los femeninos. Las
figuras femeninas de Sheridan están despojadas de todo glamour, casi de toda su
feminidad. Son mujeres que están al “tú por tú” con los hombres, pese a que no
tiene reparos en señalar que todavía necesitan ser salvadas. De romance nada.
En serio nada, no insista, la melcocha no se le da al texano. Sus protagonistas
no pelean por amor, pelean por sobrevivir y la naturaleza no les ayuda.
En
Wind
River alterna las escenas aceleradas y violentas con largos planos de
tranquilidad en donde se da el tiempo de desmenuzar la psicología de sus
personajes. Hace un ensamble de escenas muy buenas en el clímax de la cinta,
justo antes de entrar en un cambio de tiempo. Como es su costumbre asoma la problemática social del entorno y temáticas
racistas. Desvía las consecuencias de la condición humana a los factores ambientales,
sin tener remordimiento por eso. En un intento de denuncia quiere señalar los casos de mujeres
desaparecidas en esta reserva india, mensaje que no logra transmitir del todo.
La
cinta tiene una excelente fotografía, Ben Richardson (Beasts of the Southern
Wild) sabe su oficio y salió bien librado en el manejo de la luz en los contrastes
entre las tomas oscuras y el impactante blanco de la nieve. Otro acierto fue
sin duda la selección de la dupla infalible de Nick Cave y Warren Ellis (Hell
or High Water) para la musicalización.
Elizabeth
Olsen se me hizo débil en su papel, pero tal vez esa era su intención, muy bien por Renner, Graham Greene que es
todo un veterano y por Gil Birmingham a quien le supieron meter en el personaje
un humor negro que acompaña a su tragedia.
Taylor
Sheridan logró un guion con equilibrio en la dureza y sensibilidad, las notas
musicales ayudan en mucho a marcar esta dualidad, tiene un buen elenco para
soportar la historia de sus protagonistas. Su poca experiencia como director
fue suficiente para llevarse el Premio del Jurado en la sección Una Cierta
Mirada, en el festival de Cannes. Todavía no tiene la destreza de los
directores que hicieron grandes sus letras: Denis Villeneuve (Sicario)
y David Mackenzie (Hell or High
Water), pero creo que era necesario entrar junto con ellos en la trilogía.
Sheridan
como director no deslumbra, pero tampoco decepciona. Con esta cinta da razones sólidas
para pensar que lo mejor en esta faceta está por venir, espero no equivocarme.
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