“El hogar es donde está el corazón”
Como ya va
siendo una buena costumbre durante su paso por Jalisco, el festival de
documentales Ambulante siempre hace una parada en el Centro de Atención a
Migrantes, FM4 Paso Libre. En el año 2017 presentó en este centro dos
documentales relacionados con la migración, “Artemio” de Sandra Luz López
Barroso y “"Al otro lado del muro" de Pau Ortíz.
“Artemio”, documental que contó con apoyo del Estímulo Gabriel García Márquez para la
Creación Cinematográfica en México y Centroamérica, en la modalidad de
Comercialización y distribución, sigue los pasos de un niño que nació y creció
en Estados Unidos, lleno de dudas sigue a su madre, oriunda de la Costa Chica
guerrerense, de regreso a México después de ser deportada.
Sandra Luz
López Barroso sólo necesitó 48 minutos para abrir un panorama al cambio tan
drástico que pude resultar cambiar de un país a otro. En el caso de Artemio, la
transición está acompañada de su madre, pero cada vez son más los menores que
viajan solos en el gran fenómeno migratorio que estamos viviendo.
“Artemio” habla de la relación entre madre e hijo, al
tiempo que expone el choque de culturas entre ellos, pese a la tierna edad de “Arte”,
como cariñosamente lo llama su madre, es sorprendente darse cuenta de su
madurez y de su visión de las cosas. El
documental en un principio trataría
sobre el regreso de Artemio a los Estados Unidos, pero en último momento, el
pequeño de diez años cambia de opinión y decide quedarse con su mamá.
López Barroso deja a la historia viajar en
libertad, el carisma de la familia se encarga de absorbernos mientras la
directora sabe con exactitud desde qué ángulo retratarla. Ambos protagonistas hablan un perfecto inglés
y español. Pese a su sencillez y su
origen humilde, la madre de Artemio posee una filosofía de vida muy abierta y
sensata, misma que sabe cómo transmitir a su hijo, preparándolo para afrontar
un mundo multicultural.
Al terminar la
proyección, Luis Enrique González Araiza, titular del área jurídica de FM4 Paso
Libre, acompañado de Laura (trabajadora social) y Adrián (médico) de Médicos
Sin Fronteras (MSF), hablaron a los asistentes sobre el tránsito de los menores
de edad que viajan solos por territorio mexicano. La colaboración entre MSF y
FM4 ha servido para cerrar la pinza en el acompañamiento de los migrantes,
sobre todo de los niños, en quienes se busca dar prioridad a su salud mental y
a la reinserción a la sociedad.
“En
América latina, los niños y los adolescentes suman casi la mitad de la
población total. La mitad de esa mitad vive en la miseria. Sobrevivientes: en
América latina mueren cien niños, cada hora, por hambre o enfermedad curable,
pero hay cada vez más niños pobres en las calles y en los campos de esta región
que fabrica pobres y prohíbe la pobreza. Niños son, en su mayoría, los pobres;
y pobres son, en su mayoría, los niños. Y entre todos los rehenes del sistema,
ellos son los que peor la pasan. La sociedad los exprime, los vigila, los
castiga, a veces los mata: casi nunca los escucha, jamás los comprende”
Eduardo
Galeano
González
comienza su intervención haciendo referencias a las leyes y sanciones de tipo
migratorio, tanto en EEUU como en México, dejando claro que son básicamente las
mismas. En “Artemio”, la antropóloga Sandra Luz López Barroso, ahora cineasta,
aborda el tema de los “retornados”, que son aquellos quienes han sufrido una
sanción migratoria que puede ser desde uno hasta cinco años para que ellos vuelvan
al país que los está expulsando de su territorio, como es el caso de la madre de
Artemio en el documental.
Los mayores
expulsores de migrantes en tránsito por México son Honduras, El Salvador y
Guatemala. FM4 Paso Libre está brindando atención humanitaria a menores de edad
no acompañados provenientes de estos países; tal es el caso de Maiker, un chico
de 16 años originario de Honduras, pretende llegar a EEUU porque en su
país natal no hay trabajo, quiere el “sueño americano” para ayudar a que su
familia crezca. Reconoce que el camino no es fácil, a pesar de que todos en
Honduras dicen lo contrario, ya que aseguran que sólo bastan quince días para
cruzar México.
“Lo más
difícil en este camino, es migración y lo segundo son los “garroteros”, ellos
nos apean (secuestran). A mí me apearon los “Zetas” en Orizaba, me quitaron
todo, no les importa si sufrimos de frío o calor, si tenemos con qué cubrirnos
o qué comer. Salí hace 22 días de Honduras, mi hermana me espera en EEUU ya con
un trabajo, pero el trayecto es más difícil
para mí porque viajo solo, aunque yo siempre le digo a mi familia que estoy bien para no preocuparles”
Maiker
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