Íntima, humana y elocuente
Hay una sombra cayendo
sobre las ceremonias de premiaciones cinematográficas del 2017. Los premios de
la Academia de Artes y Ciencias
Cinematográficas nunca han escapado de las tendencias de la época ni de los
tintes políticos, para empeorar la cosa, este año el Sr. Trump se encargó de abrir una
puerta que no podrá cerrar por más muros que intente poner de por medio.
El año pasado las cintas
afroamericanas brillaron por su ausencia, y con razón, no digo que fue una
injusticia, hubo otras injusticias eso que ni qué, pero bueno, hay quien dice
por ahí que no hay premio mal otorgado, quien paga el premio se lo da a quien
le da su real gana y eso quedará más que demostrado en el conteo de la
repartición de las estatuillas doradas.
Entre las cintas
afroamericanas que figuran en las nominaciones, y que ya se han llevado algunos
premios, tenemos a ‘Moonligth’ del
director y guionista Barry Jenkins, una historia basada en el libro: ‘In
Moonlight Black Boys Look Blue’ de Tarell Alvin McCraney, el cual nos habla de Chiron,
un joven afroamericano con una difícil infancia, adolescencia y madurez, que
crece en una zona conflictiva de Miami. Chiron (Alex Hibbert/Jharrel Jerome/Trevante
Rodas) viene de una familia desintegrada, con un padre ausente y una madre (Naomie
Harris) adicta. Se descubre así mismo haciendo amistad con Juan (Mahershala Ali)
un traficante de drogas que lo tiene bajo su cobijo y protección.
Barry Jenkins dota de una
elocuencia maravillosa y un grado supremo de humanidad a su segunda película,
cosa que sólo es posible de conseguir cuando te ves a ti mismo en ella. Jenkins
alimentó el guion con su propia historia,
cosa que ya había hecho a su vez Tarell Alvin McCraney en su libro.
Hechos autobiográficos que aunados a su forma narrativa culminan en un guion
excelente.
Jenkins divide la cinta
en tres actos, dedicados a la niñez, adolescencia y edad madura de Chiron, los
tres actores involucrados hacen un muy buen trabajo en la representación de un
personaje taciturno, temeroso, silente y con una guerra en su interior. La
identidad, sus preferencias sexuales, su visión del bien y el mal se proyecta a
través de su mirada en cada una de las edades.
Tanto Mahershala Ali como
Naomi Harris conceden una actuación destacada, en mi opinión su lugar está bien
merecido en las listas de las nominaciones, al menos les corresponde el mérito
de ser candidatos. Contrario a los que otros opinan, para mí es difícil pensar
en un premio por actuación a un papel en una comedia romántica o incluso en una
película de comedia. Los dramas siempre dan los mejores desempeños, porque sin
duda son los más demandantes emocionalmente.
Sin embargo y pese a todo
esto, ‘Moonligth’ se mantiene simple arriesgándose a condenarse por eso, tal vez en su afán por cuidar la parte LGTB de
la cinta, bajaron la intensidad y la crudeza en ella. La fotografía de James
Laxton la expresa por sí misma, sus tonos subidos y colores intensos dicen lo
que los personajes no gritan. La banda
sonora con temas originales de Nicholas Britell es una delicia, creo que en
este punto en particular las películas afroamericanas siempre sobresalen, el
lenguaje musical suaviza o intensifica su fuerza interpretativa.
Acepto que tal vez no
será todo lo memorable que demanda una película con tremenda lista de premios y
nominaciones, su guion tiene suficiente para dar batalla a ‘La la land’ aunque
no tenga la misma genialidad, y a ‘Manchester by the sea’, aunque no tenga
(intencionalmente) la misma intensidad. Mientras tanto (para bien o para mal)
ya cuenta con el Globo de Oro a Mejor Película, el SAG para Mahershala Ali como
Mejor Actor de Reparto y ocho nominaciones al Oscar que incluyen: Mejor
Película, Guion, Director y Actores de Reparto.
Nada de esto es gratis,
repito, ‘Moonligth’ se merece al menos, estar en esas listas de nominados. Los
tonos azul de luna de Jenkins merecen su lugar sin depender de su color de piel
o su orientación sexual, están acreditados por el deleite de presenciar un drama
íntimamente humano, de compases lentos,
suavizado por una bella fotografía, un gusto impecable y una música deliciosa.
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