¿Existe mejor y peor película en el repertorio del "Infante Terrible"?
Para hablar de este niño
terrible, cinco películas no parecen mucho, sin embargo, la intensidad de cada
una es extraordinaria. Es cierto que no son películas fáciles de digerir,
pueden rayar en lo exagerado y hasta en lo teatral; sus contenidos son siempre
temas complicados: incomprensión, soledad, homosexualidad, búsqueda de
identidad y por supuesto, la relación madre-hijo. Como antesala al estreno de “Juste
la fin du Monde” (Solo el fin del mundo), y cumpliendo más con un placer que
con una obligación, les dejo una retrospectiva de “L’enfant terrible”, Xavier
Dolan.
1.-J'ai tué ma
mère (Yo maté a mi madre). 2009
“Amamos
a nuestras madres casi sin saberlo, y sólo nos damos cuenta de lo arraigado que
es ese amor en la separacón última”
René
Albert Guy de Maupassant
Así comienza Xaviel Dolan
su opera prima. Escribió el guion de esta película a los dieciséis años, la actúa, produce y dirige a los
diecinueve. “Yo maté a mi madre” fue su
tarjeta de presentación en Cannes a los intempestivos veinte. Ahora con
veintisiete años, seis películas en su haber (como director) y una en
producción, todo sigue apuntando a que Dolan mantiene su ascenso acelerado.
Hubert Minel (Xavier
Dolan) vive con su madre Chantal Lemming (Anne Dorval), quien se hace cargo de
él desde su divorcio. Hubert un adolescente de 16 años lidiando con todos los
problemas propios de la edad y descubriéndose a sí mismo como homosexual. Un
prometedor estudiante de pintura comienza un romance con su compañero de clase
Antonin (François Arnaud) sin saber cómo decírselo a su madre.
La intensidad de los
diálogos en la cinta convierte esa titánica lucha madre-hijo en un duelo entre
los actores. La tragedia se asoma durante los cien minutos de la película, lo
que deja una sensación incómoda en los
espectadores, porque más que en una sala de cine, te sientes en medio de una
discusión, o inclusive como parte de ella. Si algo tiene “Yo maté a mi madre”,
es que es 100% visceral y honesta. Su primera cinta le valió a mozalbete de 20
años una ovación de pie y tres premios en la Quincena de Realizadores en
Cannes.
2.- Les amours imaginaires
(Los amores imaginarios). 2010
Marie (Monia
Chokri) y Francis Riverekim (Xavier Dolan) son los mejores amigos, siempre van
juntos para todos lados, son confidentes y se conocen perfecto uno al otro. Francis es homosexual así que no hay manera de
que surja una relación de pareja entre ellos. En una reunión conocen a Nicolas
(Niels Schneider) un joven recién llegado del campo por el que los dos se
sienten atraídos. Conforme su enamoramiento aumenta su relación comienza a
fraccionarse.
“Los amores
imaginarios” bien podrían pasar como una película testimonial, y no sólo
hablando de la vida del director, sino hablando de la vida de todos en algún
momento. La cinta habla de amor, al menos así la titula, pero eso de
“imaginarios” para mí lo traduce, por un lado, en enamoramiento, y por el otro,
en algo que sólo pasa en nuestro universo personal porque el objeto de deseo ni
siquiera está enterado.
Dolan se vuelve
más estético en su segunda película, llena la cinta de tomas lentas y en corto,
tan en corto que puedes ver el abrir y cerrar de los poros en piel de los
personajes. Para su fotografía utiliza una paleta de colores otoñal (muy
representativo de su tierra natal), para después pasar al rojo y al verde.
Vintage es una palabra que la puede definir, en los
amores imaginarios de Dolan destila el estilo de James Dean. Monia Chokri, pasa de
Paula Nelson (Anna Karina) en “Made in usa” a Holly Golightly (Audrey Hepburn) en “Breakfast
at Tiffany's”, cosa que le queda perfecto. La referencia a sus figuras de
admiración también están presentes, Andy Warhol bien pudo firmar el póster de
la película.
“Les amours
imaginaires” no supera a su opera prima (Yo maté a mi madre) en intensidad, pero es una película más
estilizada. Con esta cinta se nota que la música comienza a ser un detalle
importante para el neófito director canadiense, ayuda bastante a generar una
atmósfera alrededor de los personajes, más cuando los acompaña de esas tomas
lentas que los hacen parecer irreales.
3.-Laurence
Anyways. 2012
Laurence Alia (Melvil
Poupaud) es escritor y profesor de literatura, tiene una relación con Fred Belair (Suzanne Clement) en la que todo
parece ir de maravilla, más que amantes son los mejores amigos y confidentes, se
aman y saben que son el uno para el otro hasta que Laurence confiesa a Fred que
tiene un problema: hay una mujer habitando en su cuerpo. No se dice a sí mismo homosexual,
pero asegura que no está hecho para ser hombre y está decidido a cambiar de
sexo.
“Sobre aviso no hay
engaño” y Dolan lo advierte: vamos a ser testigos y espectadores de una
historia de dolor e incomprensión. Una mujer en el cuerpo de un hombre.
El estilo visual de Dolan en esta cinta es impactante. Es con “Laurence
Anyways” que este niño berrinchudo alcanza la madurez. Una película llena de
escenas que te roban el aliento por su belleza e intensidad, quisiera dar el
crédito a cada una pero la nota resultaría eterna, así que si se trata de
escoger me voy por la de llegada a la Isla Negra en donde les llueve ropa de
colores, o tal vez la de Fred leyendo los poemas de Laurence en el sillón de su
casa, o cuando llega a su casa desecho y lo recibe su madre, claro que también
está la escena de la fiesta… ¡No puedo decidirme por una!
La música pudo haber sido
nominada a mejor actriz, como fue el caso de Suzanne Clément, porque la mitad
de la película gira en torno a ella, una década musical en donde interviene The
Cure, Depeche Mode, Celine Dione, Duran Duran, alternando con Beethoven, Brahms
y la música electrónica de Moderat. Más que escenas podemos decir que
Laurence Anyways está ensamblada por videoclips y maquillada en los tonos
chillantes y escandalosos de los 90’s.
Casi tres horas de
película que resultan en algo más que
una denuncia a la intolerancia. Más que la narración de una transformación, es
un grito de libertad que tomó una década para ser escuchado.
4.- Tom à la
ferme (Tom en el granero). 2013
Tom (Xavier Dolan) viaja
la granja en donde vive la familia de su novio quien acaba de fallecer, cuando
llega a la casa conoce a la madre de su novio (Lise Roy), quien ignora la
homosexualidad de su hijo muerto, y a Francis (Pierre-Yves Cardinal), el hermano que se ha propuesto que su madre se
mantenga dentro de esa supuesta ignorancia.
Dolan envuelve a su personaje
en un ambiente lleno de violencia y agresividad propia de los que disfrazan su
homosexualidad con homofobia. Los matices van de la dominación a la sumisión,
extrañas y destructivas relaciones fincadas en el miedo y la atracción sexual
de un psicópata. Este desquiciado director es capaz de extender al espectador
el miedo y dolor de Tom y al mismo tiempo ese inconsciente deseo de posesión
del ser que lo somete.
El guion es excelente
y la música lleva el mismo ritmo de este
thriller psicológico armado como un mosaico de tonalidades sepias. “Tom à la
ferme” tiene un final que te deja con las ganas de
volver a ver la película en ese mismo instante.
5.- Mommy (Mamá).
2014
Steve (Antoine Olivier
Pilon) sufre de TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), ha
sido expulsado del internado en donde estaba por provocar quemaduras a un
compañero, su madre Diane (Anne Dorval), Die como se dice a ella misma, se
rehúsa a abandonar a su hijo, aunque esto le signifique una avalancha de
problemas. Su vecina Kyla (Suzanne Clément) se ofrece a ayudarles, formando un
triángulo caótico y misterioso con ellos.
Xavier Dolan ha creado un
universo paralelo para su quinta película. “Mommy” se desarrolla en un Canadá
que no existe, en donde se acepta una
nueva ley que da los padres de hijos problemáticos y enfermos el derecho de
“depositarlos” en un hospital para que el gobierno se haga cargo de ellos.
La manera en que viven
Die y Steve nos hacen pensar en “la
maldita condición humana”, línea que se asoma en el film así como no queriendo
la cosa. Por un momento pensé que había un error en la proyección cuando me
encontré con una “imagen cerrada”, unos segundos después tuve la certeza de que
era intencional. Formato 1:1 se llama, y este puberto insolente no contento con
sus maravillosos encuadres, lo avienta así como si nada.
Dolan te hace sentir
encerrado con los actores, tan metido en la trama, que cuando el formato se
abre sientes que puedes respirar y salir corriendo para huir de los gritos y la
desesperación. En la música, un repertorio fantástico. “Wonderwall” de Oasis
perdió su significado original para convertirse en un himno. Canciones tan
famosas, tan cantadas, tan ajenas unas de otras y sin embargo, parece que van orientadas al
mismo lugar.
“Mommy” le valío a Dolan
su corona en Cannes, sin duda una película tan terrible como maravillosa, pero
esa Palma de Oro parece una compensación por todo lo que ya le debían y que por
ser tan berrinchudo no se lo habían dado.
6.-Juste la fin
du monde
(Solo el fin del mundo). 2016
Para su sexta película
Dolan, se basa en la obra del dramaturgo francés Jean-Luc Lagarce quien muere
en 1995, a los 38 años víctima de SIDA.
En esta obra conoceremos a Louis
(Gaspard Ulliel), un enfermo terminal que, tras 12 años de ausencia, regresa a
casa para dar a su familia la mala noticia. Marion Cotillard, Vincent
Cassel, Nathalie Baye y Léa Seydoux se convierten en las nuevas caras del
infante terrible. “Juste la fin du monde”, con todo y que no fue por todos bien
recibida, trae bajo el brazo el Premio del Jurado Ecuménico Cannes 2016, así
que considere eso una invitación para ir a verla, ahora que ya tiene todos los
antecedentes de este niño genio del cine.
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