Rowling dice ¡Accio!, y la magia está de regreso
Cuando tienes a
la autora de una de las sagas literarias más famosas de lo que va del siglo, en la posibilidad de
seguir escribiendo, es imposible tratar de detenerla. No importa que los
millones se desborden en su cuenta bancaria, o que no tenga nada más que decir
sobre los personajes que la hicieron famosa, su gran legión de admiradores en todo el mundo
le siguen pidiendo más. ¡Más magia por
favor señora Rowling!
Rowling dice:
“accio” y la magia está de regreso, esta vez muy lejos de Hogwarts y muchos
años antes de que Harry Potter se escabullera invisible por sus pasillos. Año
1926 ciudad de Nueva York. El magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne) llega
a la ciudad con una misteriosa maleta llena de animales del mundo mágico a los cuales
quiere proteger. Por accidente intercambia su maleta con la de un panadero,
Jacob Kowalski (Dan Floger), quien sin querer, libera las criaturas en su
interior. El MACUSA (Magical Congress of USA) tendrá que intervenir.
Un espacio en
el cine para hablar de cualquier libro del universo mágico de Rowling siempre
es insuficiente, a pesar de que sea ella misma quien escriba el guion de la
cinta. Si no ha leído el libro, creo que ya es muy tarde para correr a hacerlo,
porque esta película es para verse en grande, la versión 3D le sienta de
maravilla, así que o se apura a leer, o le quitan la película de cartelera.
Es importante
destacar que estamos ante una nueva saga, esta cinta es la primera de cinco que
se desarrollarán dentro del mismo universo que ya conocemos, lo cual es
sumamente complicado, más si estamos esperando más de lo mismo o poco de lo
mismo. Para que me entienda, le diré que
usted, fanático de la saga, se podrá quejar de igual manera de lo mucho o poco
que pueda tener en relación con las historias anteriores. Queremos innovación, pero extrañamos lo que
ya conocemos.
Cuando hablaba del
espacio insuficiente, me refería al espacio que fuera capaz de albergar a 75
criaturas mágicas, que son las que se incluyen en el libro, ya que no hay manera hacerlas entrar en otro lugar que no sea nuestra imaginación,
o en este caso, en una maleta mágica. A pesar de que en la película se le da
espacio a unas cuantas, se siguen sintiendo amontonadas. Estos animales
fantásticos son la espina dorsal de la historia, y no se les da el espacio
suficiente para lucir en ella. Llevan el protagónico: Niffler, una mezcla de
topo y ornitorrinco, Bowtruckle, una planta tímida y pequeñita, Swooping
Evil, combinación entre un reptil y
mariposa con espinas, Demiguise, algo
parecido a un perezoso que se hace invisible,
el Occamy que es la versión Rowling de Quetzalcóatl, y por último
el Ave
Trueno, inspirada en las
leyendas norteamericanas y que como toda criatura mágica alada de Rowling,
resulta impresionante.
En cuanto a la dirección
de David Yates no hay mucho que decir, sigue repitiendo la misma fórmula, que
de alguna manera u otra ha medio convencido a la audiencia. Su finísimo elenco
se desarrolla con normalidad, demasiada normalidad para estar hablando de personajes
mágicos. Con excepción de Eddie Redmayne
(a quien ya le hace falta dejar de ser tímido y mostrar más carácter en un
personaje) y Samantha Morton, así como los jovencitos Ezra Matthew Miller y
Faith Wood-Blagrove, nadie más sobresale. Ni siquiera Colin Farrell, lo cual es
una gran tragedia porque se supone que es el malo de la película. Si algo hace
muy bien la escritora, es desarrollar personajes con una maldad pura, malos,
malditos, crueles y desalmados, Farrell se dedicó a ser guapo y le salió muy
bien. El malo que vendrá a ocupar el
lugar de “el que no debe ser nombrado”, Grindelwald, sólo tuvo un cameo
diminuto, así que no hay nada que decir de él, hasta ahora.
Llegando a la parte
técnica les diré que “Fantastic Beasts and Where to Find Them” hace gala de sus
efectos especiales, es ahí en donde está la magia de la película. Una
ambientación perfecta de la ciudad de Nueva York de los años veinte, lo mismo
que el vestuario y la caracterización de los personajes. Un ejército de
aurores muy al estilo de “The
Untouchables”. El 3D llevará a las fantásticas criaturas directo a su asiento.
La banda sonora de James
Newton Howard es otro de los aciertos de esta película. La música se mimetiza
tanto con la magia como con la época. La parte instrumental suena a esperanza y
por ahí tendrán un asomo de John Williams y un toque de jazz en la taberna que
dirige Gnarlack, un goblin gangster a quien Ron Perlman representa como a él
mismo.
Con “Animales fantásticos
y dónde encontrarlos” tendremos muchos guiños para recordarnos a su saga
antecesora, habrá que darle tiempo a que la gente se ponga a leer o a que nos muestren
un poco más los antecedentes de los personajes. A mi punto de vista no me
pareció ni más oscura, ni más pensada en adultos, al contrario, el toque
ambientalista en la historia la hace más infantil y la mayoría de las criaturas
mágicas resultan muy tiernas. Más que maldad hay represión en el ambiente
(Estados Unidos al final de cuentas), y tal vez está mal que lo diga, pero me
encantaría ver una segunda entrega con más dosis de maldad, dos rayitas más
oscura.
El final te lleva a
perdonar todos sus errores, porque te deja ver que el mundo mágico sigue ahí,
latiendo entre nosotros; o tal vez, porque como dice Jacob Kowalski: “no tenemos
el cerebro como para inventarnos algo así”,
y no nos queda más remedio que recurrir a J.K. Rowling para alimentar nuestra
imaginación con seres fantásticos. En mundo mágico los muggles (ahora nomajs),
tenemos la esperanza de nunca llegar a
ver un mundo despedazado, porque la magia todo lo puede.
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