Misión Imposible: Nación Secreta
Christopher McQuarrie
Ethan
Hunt ataca de nuevo con Misión Imposible, Nación Secreta. Quinta entrega de la
saga que nació inspirada por un programa de televisión. Esta vez los miembros
de la FMI responden a la dirección de Christopher
McQuarrie, quien ya tiene una larga lista de
churros con chocolate en compañía del Sr. Cruz: Valkyrie, Edge of
Tomorrow, Jack Reacher y próximamente Top Gun 2. Lo cual me deja pensando que
quizá tengo un personal bloqueo
artístico con la mancuerna McQuarrie/Cruise, salvo lo simpática que me pareció Al filo del
mañana, no creo que éste parecito ha conseguido algo memorable. En cuanto al
resto de la filmografía de McQuarrie, me
quedo con The Usual Suspects y tan tan.
La
FMI (IMF Impossible Mission Force por sus siglas en inglés) viene acarreando un
montón de problemas, en su misión pasada dejaron un cráter en donde solía estar
el Kremlin, perdieron a su secretario y a un par de agentes; cosa que no tiene
muy contenta a la CIA. Ethan Hunt (Tom
Cruise) es emboscado por el Sindicato (oh sí, también por allá pegan con ganas)
y queda abandonado a su suerte con el agravante de demencia senil, ya que se
sospecha que el Sindicato sólo está en su imaginación.
William
Brandt (Jeremy Renner o Hawkeye como guste) tiene que dar la cara por lo
acontecido en Rusia y lidiar con el jefe de la CIA (Alec Baldwin), quien se ha
propuesto eliminar definitivamente a la FMI. Con Luther Stickell (Ving Rhames) prófugo y Benji
Dunn (Simon Pegg) pegado al polígrafo no hay mucho que hacer para ayudar a
Hunt. Una agente inglesa de inclinación por determinar Ilsa Faust (Rebecca
Ferguson) trabaja junto con el mero patrón del Sindicato Solomon Lane (Sean
Harris) en ausencia de Elba Esther Gordillo.
No
me quiero ver entre el fuego cruzado de los amantes del cine de acción y los
férreos defensores del buen cine; sé que no lo voy a conseguir pero bueno,
vamos a los hechos. La saga de Misión Imposible ha tenido sus altos y bajos,
con cada entrega nos da una muestra de avances tecnológicos, nos confirma que
cuando Ethan Hunt lo quiere, no hay imposibles y que los años le pasan en vano
a Tom Cruise. Leyó usted bien. Dije “le pasan en vano”, y no lo digo
queriéndole restar importancia a las cantidades de botox que se inyecta, ni al
hecho de que esos cachetitos de Risky Business se ven sospechosamente
intervenidos. Don Tomás es poseedor de 53 bien vividas primaveras y se avienta
tremendas escenas que todo el mundo asegura son suyas de su propiedad y no requiere
dobles.
Tom
Cruise se pasa por salva sea la parte las leyes de la física, la lógica y las
tablas de requerimiento de oxígeno. Colgado de un avión en movimiento por
varios minutos, como lo vimos en el tráiler, no sólo nos da una muestra de su
fuerza física y falta de un par de
tornillos, también nos demuestra que para romperse la madre hay que hacerlo con
clase, nada de zapatos deportivos y ropa cómoda. No romper el pantalón parece
mayor reto que permanecer colgado del avión.
MI es famosa por sus escenas de
acción, se han encargado de hacerlas memorables, pero esta vez creo que les
faltó un poco más de emoción entre escenas, podemos cabecear un poco mientras
nos tratan de explicar el hilo negro, y si cierra los ojos tantito se va a
perder en la explicación. Ese asunto de la máscara parece que lo meten con
calzador, fue genial en su momento pero ya chole. Si se la hubieran puesto a
Jeremy Renner se justifica, porque su expresión facial se reduce al número de
arrugas que tiene en la frente. Preocupado 3 arrugas, ligeramente encabronado 5
arrugas, feliz… ¡ah caray! Esa no la tengo registrada. Renner vino de más a
menos, en vez de entrarle a más escenas de acción, tiene menos. Ojo de Halcón
es todo un burócrata mal encarado, 15 arrugas.
La
que sí le entra a los trancazos y logra hacerle sombra a Tom Cruise, fue la
sueca Rebecca Ferguson, creo que le pasó lo mismo con Emily Blunt en Al filo
del mañana. La señorita Ferguson se sacudió su cara inocente con tinte para el
cabello. El color de cabello la hizo ver más grande, más fuerte y más buena (Al
César lo que es del César). La carita pecosa enmarcada en rojizos cabellos que
usa en White Queen quedó muy lejos de la sensual agente Ilsa Faust. Esta chica
de 31 años le dará nuevos recuerdos al Teatro de la Opera de Viena con ese
vestido maravilloso, que dicho sea de paso, salió ileso, al igual que sus
zapatos. Y hablando de zapatos, yo no sé si es casualidad, pero los Stilettos
se han vuelto protagónicos en el 2015. Ni Cannes salió ileso del tema, en MI tienen más participación que Renner.
¡Todos tienen más participación que Renner!
Recapitulando.
Renner nulo, Baldwin abotagado como es su costumbre. Los malos no fueron tan
malos, entre las llaves de lucha de la Ferguson y el Windex no dieron mucha
pelea, les hizo falta usar zapatos de tacón. Ving Rhames casi tan perdido como
el agente Brandt. Simon Pegg se mostró más participativo, más simpático (según
ellos) y menos master tecnológico. Rebecca Ferguson, mamacita. Christopher
McQuarrie más o menos igual de mediocre de lo que nos tiene acostumbrados.
Hay
buenas escenas con toque de adrenalina, el abordaje del avión en movimiento y la parte de las motos me
parecen las mejores, aunque un pequeño toque de la slow motion de John Woo les
hubiera ayudado un poquito para hacernos babear un poco más. La escena pasada
por agua perdió encanto por los tiempos y el descenso del edificio quedó
opacado por la manera de acomodarse el rifle de Rebequita.
El
señor Cruise, perdió muchos puntos conmigo cuando le dio por ponerse a brincar
en el sofá, pero no por eso puedo negar que le echa los kilos a las escenas de
acción, está en excelente forma y lo hace notar. No entiendo ese tórrido
romance que agarró con el director, al que le apuesta todo, incluyendo la
cartera. Insisto. Tal vez sólo sea yo la que no le ve el lado bueno, pero lo
cierto es que todas esas películas no han alcanzado la gloria.
Lo
imposible no existe para Tom Cruise, no deje de pensar en eso cuando busque una
explicación lógica a las partes más absurdas, en la entrega número 5 poco queda
del estilo del programa original y los edificios perdieron aproximadamente 40
pisos en comparación a la entrega pasada. Tal vez sea el momento de dar un
descanso a la saga y hacerle más caso al Palomero de Cinescopia, pero ya sabemos que la van a ver de cualquier manera.
Por suerte Misión Imposible: Nación Secreta tiene una nueva chica mala que está
muy buena.
Esta
película está patrocinada por:
Windex
“Las ventanas limpias son como si no
existieran”
Koleston
“Libera tu interior, transfórmate”
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