Deux jours, une nuit
Jean-Pierre Dardenne, Luc
Dardenne
Crisis económica, un tema
redundante en todos los medios de comunicación, un problema mundial del que ni
las grandes potencias económicas se escapan. Como mexicanos casi podría decir
que estamos tan acostumbrados al término que podríamos pensar que la peor
crisis económica es la de nosotros y nos situamos muy lejos de lo que la comunidad
europea pueda sufrir, pero lo cierto es que la economía en cuestiones de crisis
es sobre todo muy democrática.
Haciendo honor a este tema los
hermanos Dardenen, cineastas de origen
belga nos dan una muestra de lo que es la austeridad en tiempos de crisis con
su nueva y muy premiada película Dos días, una noche.
Sandra (Marion Cotillard) se
está recuperando de un padecimiento psicológico, al reintegrarse a su trabajo
se encuentra en que en vista de la crisis económica se pone sobre la mesa una
decisión que deberá ser tomada por sus compañeros de trabajo en la que todos
votaran, ya sea, por conservar su bono
de productividad o porque Sandra sea despedida. Si Sandra se queda pierden su bono, si se va
lo tienen garantizado.
Su amiga y compañera de
trabajo Juliette (Catherine Salée) junto con su esposo Manu (Fabrizio Rongione),
animan a Sandra a llevar a cabo una hazaña que le requerirá dos días y una
noche para convencer a todos sus compañeros de trabajo de que voten por ella y
pierdan el suculento bono.
Así a simple vista pareciera
que no hay mucho por transmitir, digo, además de la ya mencionada crisis
mundial, pero lo que los hermanos Dardenen muestran magistralmente es la labor
titánica que le requiere a una persona, con el agravante de una depresión, ir a
parase frente a alguien con las mismas o peores condiciones que ella a
renunciar a un bono que significa un descanso a sus problemas. Definitivamente
es difícil calzarse esos zapatos en cualquiera de los dos bandos.
Dejar a un lado una
injusticia a cambio de una bonificación sacrificando el bien personal por un
acto de solidaridad es mucho más complicado de lo que parece y eso lo pudo
demostrar de manera magnifica Marion Cotillard, su actuación es brillante,
lejos de cualquier muestra de glamour nos da una representación de lo que puede
ser la fragilidad emocional de una persona. Un paciente depresivo es una bomba
de tiempo ante presiones de esta magnitud.
Dos días, una noche no tiene
grandes pretensiones, pero está colmada de un realismo increíble, retrata en la
vida de una sola persona las repercusiones de la situación económica actual a nivel
mundial. Nos invita a pensar en la postura que podríamos tomar ante una
decisión así. Un thriller social con un gran desenlace y una Marion Cotillard
brillante.
Muy buena, sencilla casi diáfana.
ResponderEliminarExacto!
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