Depresión en tiempos de Redes Sociales
La Depresión se define como un trastorno mental, actualmente la depresión afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, dependiendo
de su intensidad puede considerarse como
una enfermedad grave. La depresión se
caracteriza por sentimientos de tristeza, melancolía, apatía, desesperación,
desesperanza, etc.
Todos en algún momento
podemos tener estos sentimientos en nuestra vida. Sin embargo, lo
que diferencia a la depresión de estos sentimientos transitorios es que las
emociones negativas incapacitan a la persona en su actividad diaria. El no
tratar las depresiones es algo grave que puede llevar a situaciones extremas. La
OMS afirma que hay 1 millón de suicidios anuales producto de la depresión.
Al día de hoy no se sabe
exactamente las causas de la depresión pero se ha avanzado en la identificación los
factores que pueden predisponer a ella. Estos factores pueden ser bioquímicos,
situacionales o genéticos, sí, así es, la depresión a menudo se
transmite de padres a hijos; un hecho estresante o infeliz en la vida generalmente
desencadena esta afección.
La depresión es tan antigua
como la historia misma, pero hoy es algo que parece como “muy de moda”. En la
era de las comunicaciones todas las
noticias corren más rápido y nos enteramos de más casos de depresión entre los
famosos o entre nuestros más allegados. Las publicaciones melancólicas en los
muros de las redes sociales son más comunes que las optimistas, tal vez porque
en gran parte del tiempo es la computadora la única que está con nosotros y la
utilizamos como un micrófono para gritarle al mundo que estamos ahí y necesitamos
compañía.
Tirarse al drama en las
redes sociales no ayuda, no es terapéutico y la depresión no es algo para
tomarse a la ligera. Son buenos los desahogos, pero vivir pegado
a las redes sociales en busca de compasión para tu tristeza no te va servir de
mucho. Ya han sonado muchos casos de suicidios vía webcam o videos en donde se
exponen las razones para quitarse la vida, ya no hay una nota, ahora la evidencia quedará ahí para que sus contactos se encarguen de volverla viral, ¿suicidios en Facebook? ¿una selfie antes de morir? No necesitamos más de eso.
La lista de personas
depresivas famosas es muy larga, en algunos casos se le ha llegado a atribuir a
la depresión su genialidad, como en el caso de Ludwig van Beethoven, la Novena
Sinfonía se ha descrito como: “la cosa más triste jamás dicha con notas”. "La
tristeza durará para siempre" fueron las últimas palabras de Vincent Van
Gogh antes de darse un tiro. Los escritos de Virginia Woolf han resultado muy
útiles para entender cómo se vive desde dentro esta enfermedad. Ernst Hemingway
es uno de los ejemplos de la depresión se trasmite por herencia genética, él y su hija se
suicidaron. Miguel Ángel Buonarroti, el que fuera gran amante de la belleza
sobre todas las cosas se veía incapaz de mostrar al mundo su horrible nariz y
sufría depresión por eso.
La lista sigue y sigue, ser
una celebridad o contar con grandes riquezas no significan nada: actores,
músicos, miembros de la realeza o escritores están más expuestos a la depresión
y a las adicciones que el más común de los mortales. La relación
depresión-drogas es muy frecuente, muchos de
los que han quedado registrados como muertes por sobredosis son en realidad
suicidios, no accidentes (Heath Ledger, Marilyn Monroe (caso por confirmar),
Philip Seymour Hoffman, Brittany Murphy, etc).
Entre los famosos que están entre nosotros hay muchos depresivos confesos, algunos ya con tratamiento o con algún intento de suicidio en su haber: Catherine Zeta-Jones, Jean Claude Van Damme, Jim Carrey, Owen Wilson, Robert Pattinson, Demi Lovato.
Ejemplos hay muchos, pero no
busquemos entre los reflectores, seguramente entre nuestros más allegados hay
pacientes depresivos sin tratamientos, créame que no se trata de “échale ganas”,
la depresión es mucho más que un estado de ánimo, los cambios a nivel
bioquímico por los que atraviesa su cerebro los ponen al límite.
Aprovechemos este día para hacer una llamada a esos amigos que sabemos no andan muy bien de ánimo, mantener contacto cercano con otras personas es importante para prevenir la depresión. La depresión necesita tratamiento médico y psicológico, una vez que se ha asentado en nuestro organismo no hay manera de sacarla sin ayuda.
¿Estás triste? ¡No te aísles!
La soledad por momentos es buena pero más de 15 días con estos síntomas
requiere atención médica:
- Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
- Pérdida de placer en actividades habituales.
- Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.
- Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
- Cansancio y falta de energía.
- Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
- Dificultad para concentrarse.
- Movimientos lentos o rápidos.
- Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
- Sentimientos de desesperanza y abandono.
- Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
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