Claire Foy, la mejor
y la peor
Lisbeth Salander
Existe en el cine una rara, y cansina por lo general,
obsesión por mantener con vida a personajes o películas que fueron un éxito en
su momento. En el caso de The Girl in the Spider's Web (La
chica en la telaraña) la obsesión llega hasta la saga literaria conocida como Millennium, misma que reconozco disfruté
bastante; por desgracia Stieg Larsson murió y la saga terminó, o debería haber
terminado, hasta que aparece David Lagercrantz para alargar la vida de Lisbeth
Salander, por lo que hoy la tenemos de nueva cuenta en la pantalla; pero,
¿valió la pena todo esto?
Lisbeth
Salander es un personaje fantástico, al menos lo fue en sus orígenes, y tal vez
lo seguiría siendo si se hubiera apegado a esos orígenes. La escuálida hacker
sueca ha sido interpretada por Noomi Rapace (versión Suecia), Rooney Mara (versión
EEUU) y ahora por Claire Foy, quien bajo
la dirección del uruguayo Fede Álvarez se convierte en una Lisbeth un poco más
rellenita, menos “freak” y mucho más violenta.
Si ustedes
recuerdan, porque a mí la memoria ya me falla un poco, esta chica era el terror
del falo opresor, la fría y descorazonada defensora de las causas feministas,
una hacker endemoniadamente paranoica, cual buen hacker debe ser, y en
apariencia desligada de todo lazo emocional, con algún switch desconectado en la psique. Ahora aparece con habilidades que
ya quisiera James Bond para un domingo por la tarde.
Tal como
las tendencias feministas lo demandan, las mujeres son las todopoderosas, pero
al poner una antagonista femenina traicionan la esencia del personaje, ya que
aquí el asunto era poner en su lugar a los hombres que no aman a las mujeres,
no ponerle en la torre a la hermanita. Sylvia Hoeks interpreta a Camila, la
hermana de Lisbeth (ni siquiera me acuerdo que tenía una hermana); pero vaya
usted a saber cómo fue que se convirtió en una terrorista internacional,
dispuesta a destruir el mundo. El caso que Lisbeth deja de patear traseros y
vaciar cuentas masculinas por ir a salvar a la humanidad de un montón de
misiles. Además, el personaje de Mikael Blomkvist (Sverrir Gudnason) pudo no haber
existido, borraron la importancia del rol masculino. Mal, muy mal.
Pero, y
este es un pero a la inversa; es decir, la cinta tiene sus cosas buenas y vamos
a empezar por mencionar a su protagonista Claire Foy (The Crown). Me es prácticamente
imposible decir si su actuación es buena o no, lo que puedo garantizar es que
es muy diferente a lo que ha hecho con anterioridad. Foy no sólo suavizó las
facciones de Salander, sino que la llenó de una personalidad que no tenía, y
bueno, no es que la necesitara, pero me encantó verla en esta faceta. Podría
decir que Claire Foy es la mejor Lisbeth Salander, si ésta Lisbeth Salander no
fuera tan mala.
Los amantes del cine de acción se pueden
dar por bien servidos. La película resulta emocionante, tiene buenas secuencias
y persecuciones. Usted no sabrá quién es quién, o quién es bueno y quién es
malo, pero en fin, puede ser tan entretenida como Fast & Furious.
Para mí La
chica en la telaraña vale la pena el boleto por ver la transformación y la
capacidad actoral de Claire Foy, no sufrí ataques por la falta de lógica o por lo
predecible de todo el asunto. Tal vez si hubieran dejado a Lisbeth Salander
morir con su creador la cosa hubiera sido diferente y ahora estuviéramos
festejando por todo lo alto que Foy logró quitarse de la piel a la Reina Isabel
II, o ya de menos, disfrutaríamos ver cómo Salander le hackea las cuentas a
Winston Churchill.
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