4 oct 2018

Venom


¿Villano o Antihéroe?


Es difícil imaginar a Venom, el archienemigo del Spider-man, sin Spider-man. De hecho, es mucho más complicado tratar de entender, por más que se vea en un gran formato y con lujo de detalles, cómo es que pasa un villano tan oscuro a convertirse en un antihéroe, aunque héroe al fin. Con esta premisa el panorama para el simbionte más temido de Marvel, no luce nada favorecedor, pero no se vaya, que no todo está perdido.


        El periodista, Eddie Brock (Tom Hardy), intenta desenmascarar al científico multimillonario Carlton Drake (Riz Ahmed), la obsesión lo lleva a perder su trabajo y a echar por la borda su relación sentimental con su prometida Anne (Michelle Williams). Cuando Brock se cuela en los laboratorios de la Fundación Vida, uno de los especímenes extraterrestres se fusiona con su cuerpo, obligándolo a hacer su voluntad.

        Ruben Fleischer (Zombieland, Santa Clarita Diet) no parecía el candidato perfecto para dirigir esta cinta, sin embargo su toque zombi comelón con divagaciones entre el bien y el mal, le agrega a todo esto un toque de humor que la hace más ligera. Los guionistas Scott Rosenberg y Jeff Pinkner aprovecharon las características simbióticas del personaje creado por  Todd McFarlane y David Michelinie para darle un nuevo comienzo a la historia, para “desimbiotizarla” del sorprendente Hombre Araña, por decirlo de alguna manera, y bueno, ese origen queda bien cimentado en la película, aunque aquí los fans más puristas de los comics puedan no estar de acuerdo, por lo que se les concede el derecho de tirarse al suelo y patalear.


        Sin duda la presencia de Tom Hardy puede atenuar el efecto devastador que esto pueda tener, porque la transformación no se queda sólo en Venom, el mismo personaje de Eddie Brock ha sido modificado para hacerlo más carismático y esta extraña sociedad alienígena-reportero funciona medianamente bien.

        La cinta se toma su tiempo para hacer el planteamiento, los diálogos están bien estructurados, al menos en la primera mitad de la película, cuando comienza la acción es cuando todo cambia de velocidad y pasa tan rápido que se vuelve confuso, hasta puedes pensar que te perdiste de algo y no tienes el control remoto para regresar y ver nuevamente pero en cámara lenta.


A mi gusto se extendieron demasiado en las escenas de acción, hay un abuso de las imágenes creadas por computadora, las cuales pasan a todo volumen y de manera tan vertiginosa que lo único que sientes es un ruido espantoso, supongo que la intención era expulsar a todos los simbiontes de la sala, así que si sospecha estar poseído por uno de esos, no olvide llevar sus tapones para los oídos.

        Ludwig Göransson le da a la banda sonora una variedad que la aleja de lo común, no funciona perfecto, tiene un par de temas muy buenos, pero me temo que quedará sin pena ni gloria; justo como el papel de Michelle Williams, ¡qué cosa más desangelada! (e ilógica, si nos apegamos de manera fiel a la historia).


        Venom llega a la pantalla grande con ganas de brillar por sí mismo, sin telarañas, sin Peter Parker, pero con el mismo traje. Tom Hardy podría rescatarlo totalmente, si la cinta se mantuviera constante y coherente, cosa que no sucedió; sin embargo esta nueva versión del villano con conciencia que es capaz de reírse de sí mismo merece otra oportunidad, al menos yo se la daba sin problema, porque en una segunda entrega el resultado podría ser mucho mejor, sobre todo si se piensa en un mejor antagonista.


        No abandone la sala hasta el final de los créditos que tenemos dos escenas adicionales y por favor, respete la clasificación de la cinta, no es una película para niños pequeños


       

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