Resucitar o morir
The Frankenstein Chronicles se presenta con un título muy atractivo, más si se
considera usted un fiel seguidor del moderno Prometeo de Mary Shelley y todavía
no se cansa de todo el jugo que le han sacado a este personaje. Sin embargo,
esta serie poco tiene de Frankenstein, es más una historia policiaca,
ambientada en Londres en 1827, unos años después de la publicación del famoso
libro y que Netflix tuvo a bien rescatar del congelador en la que la habían
metido.
La primera temporada de The
Frankenstein Chronicles, llegó a Netflix Latinoamérica el pasado mes de
febrero, pero tal parece que para la misma plataforma en Estados Unidos,
llegaron simultáneamente la temporada 1 y 2. Aunque tiene la etiqueta de “original”
de la casa, en realidad pertenece (o perteneció) a la cadena ITV Encore de
Reino Unido, en donde se estrenó la primera temporada en noviembre del año 2015
y dos años más tarde la segunda.
Esta
historia corre, digamos de manera paralela, al libro de Shelley; en donde
veremos a su protagonista, el inspector John Marlott (Sean Bean) al momento de
encontrar el cuerpo de lo que parece ser una niña con espantosas cicatrices,
pero al pedir la autopsia médica, se dan cuenta de que en realidad es un
ensamble de partes de al menos siete niños diferentes; por lo que asumen que se
trata de una conspiración contra la escuela de medicina en un momento en que
tratan de aprobar la Ley de Anatomía de la Gran Bretaña, que permitirá a los
médicos disponer de los cadáveres de los pobres para investigación.
Debo decir
que no me pareció maravillosa, cuenta con sólo seis episodios y debido a eso, los sucesos se dan de manera precipitada, así como de rayo se
plantea y se resuelve todo. El cierre es predecible y no todos los actores
alcanzan el nivel de Sean Bean. Pese a eso, tiene su buena dosis de misterio y
es fácil engancharse con ella. Después del primer episodio, se puede pensar que
todo será en extremo terrorífico o pervertido, pero no es así. De hecho logra tocar con buen tino y gracia, temas bastante densos como puede ser la
prostitución infantil; el robo de cuerpos, ya sea por cuestiones de ciencia o
hasta por necrofilia, y abordan, con toda la vergüenza que significaba en ese
entonces, el hecho de que el protagonista padece sífilis.
The Frankenstein Chronicles, creada por Benjamin Ross y Barry Langford, funciona
muy bien como un relato histórico. La mejor
actriz del reparto resulta ser la ciudad
de Londres, con toda esa suciedad y pestilencia característica de la época. La
ambientación es perfecta y el retrato y caracterización de sus personajes
también, casi puedes olerlos, o al menos te da la seguridad de que apestan.
Sean Bean convence en un personaje que carga con una culpa enorme y está
desquiciado por conseguir la redención.
La
historia mantiene su verosimilitud gracias a su apego a ciertos personajes
reales, tal es el caso de Anna Maxwell Martin como Mary Shelley, Steven Berkoff
como el poeta y grabador William Blake, Tom Ward da vida a Sir Robert Peel, quien en 1828, reorganizó el
cuerpo de policía de Londres, los Bow
Street Runners, antes de ser Primer Ministro. Otro suceso importante y
sobre el que se basa toda la trama, tiene que ver con el Galvanismo (Giovanni
Aldini), y aunque en el libro de Shelley no se menciona como tal, la autora no
era ajena a esta teoría de resucitar muertos por medio de descargas eléctricas.
En
resumen, esta serie, que también cuenta con la participación de Richie Campbell, Ed Stoppard, Vanessa Kirby y Samuel West, funciona
bien como una aventura de detectives. Es entretenida gracias a sus bases
históricas, no está a la par de Peaky Blinders,
pero al menos deja la curiosidad suficiente para seguir los pasos del inspector
Marlott en una segunda temporada; sólo espero que Netflix no se tome mucho tiempo,
porque corre el riesgo de no poder resucitarla.
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