28 oct 2016

The Accountant

La maraña perfecta
Con las últimas películas en las que ha aparecido de Ben Affleck,  cada vez escucho más eso de que: “¡cómo ha crecido como actor!”, y la verdad es que no veo eso por ningún lado, será que como dice mi abuelita, le tengo tirria o sencillamente no le perdono el haberse puesto el traje de Batman.  Bueno, pues para parchar mi descontento con el Affleck les diré que con “The Accountant” (“El contador”) por fin encontró un papel que le viene bien. El de autista.

Resulta que Christian Wolff (Ben Affleck) es un contador con una brillante destreza para las matemáticas, destreza que no se extiende a su trato con las personas, ya que padece una variante de autismo conocida como Síndrome de Asperger, que le hace complicado relacionarse. Sus clientes van desde empresarios multimillonarios hasta traficantes de armas, a los cuales mantiene al margen con su faceta de asesino despiadado.

Antes que nada, quiero emitir una disculpa si mi tono sarcástico llega a herir la susceptibilidad de  personas con familiares que padecen de este trastorno, mi elevado tono oscuro en el humor va enfocado únicamente a la película y al mal enfoque que le dieron a este padecimiento.

Yo no sé para dónde iba Bill Dubuque (The Judge) cuando escribió el guion para esta cinta, o si de plano Gavin O’Connor (Warrior) perdió el norte en la dirección y entre los dos no pudieron desenredar esta gran maraña que resultó “The Accountant”.  Haga de cuenta que hicieron un nudo ciego con   “Rain Man”, “Good Will Hunting”, “The Professional” y Sheldon Cooper, pero sin su carisma.

Cuando cuentas con un elenco que incluye actores como: J.K. Simmons, Anna Kendrick, John Lithgow, Jon Bernthal y Ben Affleck, debes tener es un guion muy inteligente, ya sea para hacerlos lucir bien o al menos un guion divertido para no desperdiciarlos. Todo empieza muy bien, promete, promete, promete, promete y se desploma al final. Cuando la madeja tiene  tantos cabos sueltos está en chino desenredarla y el resultado se torna absurdo.  

La película tiene sus altos y sus bajos, logrando quedar en entretenida gracias a las secuencias de acción, que he de reconocer que esas sí le quedaron bien a O’Connor. Tiene el asomo de una buena actuación de Simmons, y no me lo va a usted a creer pero tendrá sus momentos que lo matarán de risa con Ben Affleck, digo, definitivamente no es Jim Parsons interpretando a Sheldon Cooper, pero su cara de palo ayuda bastante.


En resumen:

1.-Una trama muy larga y complicada, con unos antecedentes que no terminan de mostrarse hasta unos minutos antes del final y un cierre que no le dejará más opción que reírse de todo lo  tremendamente ilógico que quedó atrás.

2.-Ben Affleck tan mal actor como siempre, pero en mucho mejor forma y con más destreza para las escenas de acción.

3.- J.K. Simmons y Anna Kendrick reducidos en sus interpretaciones

Con “The Accountant”,  será incapaz de volver a ver a su contador como un profesional sin chiste, si usted es uno de esos que anda lidiando con sus “daddy issues”, déjese de lloriqueos porque a moquetes le componen cualquier trastorno que pueda tener. Recuerde que hasta los Pollock tienen su lado y que las personas autistas en cualquier espectro son en extremo inteligentes, por lo que no requieren ninguna terapia de choque que el General MacArthur  o,  en su defecto, Rambo les pueda proporcionar.


p.d. Si usted tiene fantasías eróticas con Siri, aléjese de esta película.





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