La maraña perfecta
Con las últimas películas
en las que ha aparecido de Ben Affleck, cada
vez escucho más eso de que: “¡cómo ha crecido como actor!”, y la verdad es que
no veo eso por ningún lado, será que como dice mi abuelita, le tengo tirria o
sencillamente no le perdono el haberse puesto el traje de Batman. Bueno, pues para parchar mi descontento con el
Affleck les diré que con “The Accountant” (“El contador”) por fin encontró un
papel que le viene bien. El de autista.
Resulta que Christian
Wolff (Ben Affleck) es un contador con una brillante destreza para las
matemáticas, destreza que no se extiende a su trato con las personas, ya que
padece una variante de autismo conocida como Síndrome de Asperger, que le hace
complicado relacionarse. Sus clientes van desde empresarios multimillonarios
hasta traficantes de armas, a los cuales mantiene al margen con su faceta de
asesino despiadado.
Antes que nada, quiero
emitir una disculpa si mi tono sarcástico llega a herir la susceptibilidad de personas con familiares que padecen de este
trastorno, mi elevado tono oscuro en el humor va enfocado únicamente a la
película y al mal enfoque que le dieron a este padecimiento.
Yo no sé para dónde iba
Bill Dubuque (The Judge) cuando escribió el guion para esta cinta, o si de
plano Gavin O’Connor (Warrior) perdió el norte en la dirección y entre los dos
no pudieron desenredar esta gran maraña que resultó “The Accountant”. Haga de cuenta que hicieron un nudo ciego
con “Rain Man”, “Good Will Hunting”, “The
Professional” y Sheldon Cooper, pero sin su carisma.
Cuando cuentas con un
elenco que incluye actores como: J.K. Simmons, Anna Kendrick, John Lithgow, Jon
Bernthal y Ben Affleck, debes tener es un guion muy inteligente, ya sea para
hacerlos lucir bien o al menos un guion divertido para no desperdiciarlos. Todo
empieza muy bien, promete, promete, promete, promete y se desploma al final.
Cuando la madeja tiene tantos cabos
sueltos está en chino desenredarla y el resultado se torna absurdo.
La película tiene sus
altos y sus bajos, logrando quedar en entretenida gracias a las secuencias de
acción, que he de reconocer que esas sí le quedaron bien a O’Connor. Tiene el
asomo de una buena actuación de Simmons, y no me lo va a usted a creer pero
tendrá sus momentos que lo matarán de risa con Ben Affleck, digo,
definitivamente no es Jim Parsons interpretando a Sheldon Cooper, pero su cara
de palo ayuda bastante.
En resumen:
1.-Una trama muy larga y
complicada, con unos antecedentes que no terminan de mostrarse hasta unos
minutos antes del final y un cierre que no le dejará más opción que reírse de
todo lo tremendamente ilógico que quedó
atrás.
2.-Ben Affleck tan mal
actor como siempre, pero en mucho mejor forma y con más destreza para las
escenas de acción.
3.- J.K.
Simmons y Anna Kendrick reducidos en sus interpretaciones
Con “The
Accountant”, será incapaz de volver a
ver a su contador como un profesional sin chiste, si usted es uno de esos que
anda lidiando con sus “daddy issues”,
déjese de lloriqueos porque a moquetes le componen cualquier trastorno que
pueda tener. Recuerde que hasta los Pollock tienen su lado y que las personas
autistas en cualquier espectro son en extremo inteligentes, por lo que no
requieren ninguna terapia de choque que el General MacArthur o, en
su defecto, Rambo les pueda proporcionar.
p.d. Si usted
tiene fantasías eróticas con Siri, aléjese de esta película.
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