Belleza en el horror de la explotación sexual
Del mundo del
cine me gusta todo. No tengo un género de preferencia, disfruto de todo tipo de
cine y trato de encontrar algo bueno en cada película, negándome a aceptar que
los grandes genios del cine ya llegaron y ya se fueron. Desde cine comercial y
totalmente dominguero, hasta el cine de arte y documentales, no le digo que no
a nada; sin embrago, creo que he encontrado un especial gusto por el cine
comprometido. Por ese cine que demanda y que propone.
Cuando me toca
ver una película así, de ese género que algunos llaman “Cine de Conciencia”,
muchas veces me olvido de valorar técnicas cinematográficas, actuaciones y todo
lo demás, porque me dejo llevar por el tema. En el caso de “Las Elegidas” del
director David Pablos (La vida después), puedo decir que no se sacrificó la
calidad cinematográfica, y que además cumple perfecto con señalar actos de
explotación que deben detenerse.
David Pablos hace
una nueva versión de la novela homónima del escritor Jorge Volpi, basado en entrevistas
con jovencitas víctimas de la explotación sexual. Para dar vida a estos
personajes, el director se apoyó en adolescentes sin experiencia en la
actuación, pero que compartían rasgos físicos con los verdaderos protagonistas.
Pablos nos cuenta
la historia de Ulises (Óscar Torres), un adolescente que se enamora de Sofía (Nancy
Talamantes), una jovencita que se deja llevar por el primer amor y entrega su inocencia a Ulises. Por desgracia el negocio familiar obliga a Ulises a
entregar a Sofía a Marcos (Edward Coward), su padre, quien maneja una red de
prostitución en Tijuana.
Nada habla mejor
de “Las Elegidas” que la actuación de su protagonista, Nancy Talamantes es
capaz de desatar la indignación y la rabia en los espectadores a través de gruesas
lágrimas que corren el rímel de sus expresivos ojos y el carmesí subido de sus
labios. Un maquillaje forzado que convierte a las niñas en carne para los
depredadores, aunque el maquillaje sea
incapaz de cubrir su dolor.
La cinta logra
cimbrar las emociones sin mostrar apenas nada, ecos que estremecen porque
sabemos de dónde nacen, no hay necesidad de llegar a una escena que nos pudiera
hacer abandonar la sala. La fotografía de Carolina Costa embellece lo que debería resultar
aterrador, sutiles imágenes que pueden estremecernos sin llegar al escándalo, pero sí a la conciencia.
Tal vez lo más
doloroso de ser una víctima de la explotación sexual no es el miedo, ni las
amenazas con las que son sometidas estas niñas. Lo que más duele es el amor
involucrado. El primer amor para muchas, la pérdida de la inocencia ante aquel
al que adoraban, y todo en beneficio de un “negocio familiar”, de esos que, por
desgracia, no son exclusivos de México, sino de todo el mundo.
La cinta es del
año 2014, tuvo su recorrido por los festivales el año pasado, Festival de
Cannes: Selección oficial (Un Certain Regard), y Festival de San Sebastián: Sección oficial
competitiva ("Horizontes Latinos"), en donde recibió muy buenas críticas.
En el 2016 cuenta con 13 nominaciones a
los premios Ariel, incluyendo mejor película, mejor guion, mejor fotografía y
director. Está próxima a estrenarse en salas comerciales, más no tendrá un
estreno nacional, se irá estrenando por regiones.
Ojalá el público
se dé la oportunidad de dejarse estremecer por “Las Elegidas”. El horror es
real, tan real y tan doloroso como puede ser el primer amor. Es imperativo detener el tráfico
de blancas en nuestro país, hacer conciencia sobre este tema es dar un primer
paso.
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