No llores, vuela
Claudia Llosa
La peruana Claudia Llosa (en efecto,
la sobrina de ese Llosa que están pensando) regresa para presentar su tercer
largometraje en el Festival Internacional de Cine de Berlín 2014, el mismo
festival que alguna vez le diera el Oso de Oro por La Teta Asustada en el 2009, en
esta ocasión no se portó tan complaciente con ella, tal vez sus competidores se
le impusieron por mucho opacando el crecimiento artístico de esta directora y
guionista latinoamericana.
Nana (Jennifer Connelly) tiene dos
hijos, Iván (Zen McGrath/ Cillian Murphy) y Gully (Winta McGrath), la
enfermedad de Gully la lleva a buscar a un curandero para que la ayude, Newman (William
Shimell) descubre en ella un poder de sanación por lo que la toma como
aprendiz. Iván y Nana se separan a raíz de un accidente y vuelven a encontrarse
años más tarde gracias a la periodista Jannia Ressmore (Mélanie Laurent) quien busca a Nana para entrevistarla.
Tomando en cuenta su última película
(La Teta Asustada) se pude decir que al menos en producción dio un salto gigantesco,
invitando a dos actrices muy reconocidas a su película cuando anteriormente las llenaba más que con actores con extras. Deja
su tierra natal para filmar en Canadá bajo condiciones climáticas complicadas y
dirigiendo a dos niños. El presupuesto de sus cintas anteriores se vio rebasado
mucho permitiéndole lucir más en la fotografía, el sonido y en la dirección; pero… y aquí viene el pero,
en esta ocasión fue el guion lo que se le patinó un poco.
Será coincidencia, herencia genética
o mero gusto personal pero Llosa es muy dada a asomar el realismo mágico propio
de la literatura latinoamericana a sus películas, en Aloft no sólo toca un tema
de alto contenido esotérico con una “hacedora de milagros”, sino que agrega la ruptura
de planos temporales alternando el pasado y el presente entre una escena y
otra. Atrapa a sus protagonistas en la intensidad de los primeros planos para después abrir la toma haciéndolos lucir
pequeños. La música no deja de ser un ingrediente que ayuda a embellecer la
imagen.
Para una temática complicada como
puede ser la culpa en una relación madre-hijo llena de reproches, se abre un
hueco enorme entre el perdón y la justificación de los hechos que al final de
cuentas no convence. Algo no le cuajó bien a Llosa, los diálogos se quedan
cortos y dejan la sensación de quedar inconclusos, el cierre abrupto me dejó
más desconcertada que conmovida.
Mélanie Laurent y Jennifer Connelly
a estas Alturas son expertas en los temas dramáticos, son muy buenas para
imprimir intensidad a sus rasgos (muy bellos por cierto), pero esas miradas no
son suficiente para soportar la historia; su desempeño actoral me parece muy
bueno, aunque han tenido mejores. El que si me vino a sorprender de manera muy
grata fue Cillian Murphy ¡sabe actuar! No le conozco de pe a pa su trayectoria, y aunque su nombre ha estado en muy buenas producciones el famoso
Espantapájaros de ciudad gótica no había dado pie a alabar su participación.
Los hermanos McGrath fueron la otra sorpresa, especialmente Zen que le entra al
drama con todo y se pone al tú por tú con la ganadora del Oscar. Oona
Chaplin (El juego de Tronos) sin pena ni gloria, su personaje sobra en la
película.
Madeinusa y La Teta Asustada
hicieron notar la presencia de Perú dentro del mundo cinematográfico y Claudia
Llosa fue la encargada de firmar ese precedente, en Aloft da la impresión que
el presupuesto opacó sus letras. Refleja su evolución en la fotografía, y su capacidad para sacar
lo mejor de sus protagonistas pero en contenido quedó muy por debajo de sus predecesoras,
confío en que la experiencia le sea enriquecedora y esté de vuelta al carril
muy pronto.
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