29 jun 2015

Aloft

No llores, vuela
Claudia Llosa

La peruana Claudia Llosa (en efecto, la sobrina de ese Llosa que están pensando) regresa para presentar su tercer largometraje en el Festival Internacional de Cine de Berlín 2014, el mismo festival que alguna vez le diera el Oso de Oro por La Teta Asustada en el 2009, en esta ocasión no se portó tan complaciente con ella, tal vez sus competidores se le impusieron por mucho opacando el crecimiento artístico de esta directora y guionista latinoamericana.

Nana (Jennifer Connelly) tiene dos hijos, Iván (Zen McGrath/ Cillian Murphy) y Gully (Winta McGrath), la enfermedad de Gully la lleva a buscar a un curandero para que la ayude, Newman (William Shimell) descubre en ella un poder de sanación por lo que la toma como aprendiz. Iván y Nana se separan a raíz de un accidente y vuelven a encontrarse años más tarde gracias a la periodista Jannia Ressmore (Mélanie Laurent) quien busca a Nana para entrevistarla.
Tomando en cuenta su última película (La Teta Asustada) se pude decir que al menos en producción dio un salto gigantesco, invitando a dos actrices muy reconocidas a su película  cuando anteriormente  las llenaba más que con actores con extras. Deja su tierra natal para filmar en Canadá bajo condiciones climáticas complicadas y dirigiendo a dos niños. El presupuesto de sus cintas anteriores se vio rebasado mucho permitiéndole lucir más en la fotografía, el sonido  y en la dirección; pero… y aquí viene el pero, en esta ocasión fue el guion lo que se le patinó un poco.


Será coincidencia, herencia genética o mero gusto personal pero Llosa es muy dada a asomar el realismo mágico propio de la literatura latinoamericana a sus películas, en Aloft no sólo toca un tema de alto contenido esotérico con una “hacedora de milagros”, sino que agrega la ruptura de planos temporales alternando el pasado y el presente entre una escena y otra. Atrapa a sus protagonistas en la intensidad de los primeros planos  para después abrir la toma haciéndolos lucir pequeños. La música no deja de ser un ingrediente que ayuda a embellecer la imagen.


Para una temática complicada como puede ser la culpa en una relación madre-hijo llena de reproches, se abre un hueco enorme entre el perdón y la justificación de los hechos que al final de cuentas no convence. Algo no le cuajó bien a Llosa, los diálogos se quedan cortos y dejan la sensación de quedar inconclusos, el cierre abrupto me dejó más desconcertada que conmovida.

Mélanie Laurent y Jennifer Connelly a estas Alturas son expertas en los temas dramáticos, son muy buenas para imprimir intensidad a sus rasgos (muy bellos por cierto), pero esas miradas no son suficiente para soportar la historia; su desempeño actoral me parece muy bueno, aunque han tenido mejores. El que si me vino a sorprender de manera muy grata fue Cillian Murphy ¡sabe actuar! No le conozco de pe a pa su trayectoria, y aunque su nombre ha estado en muy buenas producciones el famoso Espantapájaros de ciudad gótica no había dado pie a alabar su participación. Los hermanos McGrath fueron la otra sorpresa, especialmente Zen que le entra al drama con todo y se  pone al tú por tú con la ganadora del Oscar. Oona Chaplin (El juego de Tronos) sin pena ni gloria, su personaje sobra en la película.

Madeinusa y La Teta Asustada hicieron notar la presencia de Perú dentro del mundo cinematográfico y Claudia Llosa fue la encargada de firmar ese precedente, en Aloft da la impresión que el presupuesto opacó sus letras. Refleja su evolución en la fotografía, y su capacidad para sacar lo mejor de sus protagonistas pero en contenido quedó muy por debajo de sus predecesoras, confío en que la experiencia le sea enriquecedora y esté de vuelta al carril muy pronto.






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