Guadalajara,
una ciudad sin educación vial
En una encuesta reciente de Castrol
stop-start la ciudad de Guadalajara aparece en el número 9 de las 10 ciudades
con el tráfico más complicado del mundo, la Ciudad de México está en el número 3,
pero que eso no lo consuele porque estamos, por mucho, muy lejos de Nueva York.
La cantidad de vehículos circulantes
en la zona metropolitana ha venido en aumento, el precio de la gasolina sigue en
su carrera ascendente; estos problemas han fomentado el aumento en el número de personas que en su afán de mejorar la vialidad o de
tener un ahorro en su gasto mensual deciden moverse en moto o en bicicleta.
Hasta este momento esto, en
vez de mejorar las vialidades las ha empeorado ¿cómo es posible?, si a todas luces parece una muy buena opción de transporte. Bueno, creo
que el problema somos los pobladores, todos, absolutamente todos, seamos peatones, usuarios del transporte público, automovilistas, ciclistas o
motociclistas. Cualquier persona que circule por la vía pública es considerado
la unidad funcional del caos.
Altos índices de muertes
causadas por el transporte público, larga lista de ciclistas y motociclistas que
mueren en accidentes de tráfico, infinidad de colisiones por alcance o causadas
por la necedad de no ceder el paso. Peatones arrollados justo debajo de los
inutilizados puentes peatonales. Ausencia de banquetas o transformación de las
mismas en estacionamientos por los que aparte, ¡te cobran! ¿No les parece
demasiada insensatez?
Ante un caos descomunal es
imposible señalar un culpable y aquí los culpables somos todos en mayor o menor
grado. Desde los organismos gubernamentales con sus proyectos relámpago y mal
estructurados, la pésimas condiciones de calles, banquetas y sistemas de
alcantarillado, lo contradictorio de los reglamentos de movilidad y transporte,
la falta de compromiso de los agentes viales, etcétera, etcétera; pero casi
podría asegurar que todo radica en la ignorancia y falta de educación vial de
la población.
Los automovilistas, sean chóferes públicos o privados, han sido considerados como los dueños del territorio asfaltado. El tamaño
o la resistencia de la lámina de sus vehículos los van situando en lo más alto
de esta cadena alimenticia; aquí
literalmente el pez grande se come al chico, aunque tampoco falta algún vochito
envalentonado. Los enemigos son todos: el que se quiere meter delante de ti, el que maneja muy rápido o muy despacio, los inconscientes ciclistas que tienen la
estúpida idea de que tienen derecho de circular por las calles, los gandallas e
irresponsables motociclistas que piensan que el tamaño de su vehículo les da
permiso de pasar por los recovecos o posicionarse en cualquiera de los puntos
ciegos que puede tener un carril. Los peatones, los malditos peatones que se
creen de hule y me miran feo cuando me estaciono en la franja del paso peatonal
esté pintada o no.
No voy a describir el punto
de vista de todos los involucrados porque no tiene caso, sólo es cuestión de
cambiar la perspectiva del párrafo anterior y ubicarla en cada uno de los
mencionados. A lo que voy es que todos pensamos que la culpa está en todos
menos en nosotros. Nada hay más lejos de la realidad.
Un tema que está muy de moda
en estos días es el de los ciclistas, es admirable la manera en que han
trabajado por hacer valer sus derechos como usuarios de las vialidades, pero, y
aquí viene un gran pero, la ciudad no está lista para un cambio así. Sería
maravilloso que se lograra, en verdad creo que precisamente con ellos puede
venir la solución a muchos problemas, sin embargo así de la noche a la mañana
aparecen como por arte de magia señalamientos nuevos, cambios en la preferencia
de las calles, lo que antes era zona de estacionamiento ahora ya no lo es,
espacios improvisados para dar cabida al
programa “MiBici”. Poca información, no muchos comprenden los nuevos
señalamientos, me incluyo entre ellos, y ahora hay que lidiar con un problema
nuevo que pudo ser un gran proyecto.
Todos tenemos derechos y
obligaciones, desconocerlos no nos justifica de no aplicarlos. En el reglamento
de la Ley de Movilidad y Transporte del Estado de Jalisco el Artículo 12 dice:
Adicionalmente a los
derechos que corresponden a los peatones en general, las personas con
discapacidad tendrán preferencia de paso en todos los cruceros o zonas de paso
peatonal; asimismo, deberán dárseles las facilidades necesarias para que puedan
abordar las unidades de transporte público. De igual manera, los ciclistas
tienen derecho a una movilidad segura y preferencial antes que el transporte público,
con la responsabilidad de utilizar los espacios de circulación designados, de
respetar las indicaciones de la autoridad correspondiente, así como los
señalamientos y dispositivos que regule la circulación vial compartida o la
exclusiva, de respetar los espacios de circulación o accesibilidad peatonal, la
de dar preferencia a las personas con discapacidad y peatón.
¿Sabía usted que el transporte
público tiene preferencia al circular, sobre el transporte de motor en general?
Confieso que yo lo ignoraba, y aprovecho la confesión para decir que no me
gusta tener un camión delante de mí, ¡no me deja ver! Por lo tanto es muy raro
que yo les ceda el paso. Los chóferes del transporte público también tienen la responsabilidad
de respetar sus carriles de circulación, respetar las paradas y respetar el
ascenso y descenso de los peatones, dando preferencia a los niños, adultos
mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas; deben proteger también el espacio
de circulación vial compartida de los ciclistas. De preferencia dará
posibilidades de intermodalidad con el transporte privado y en bicicletas. ¡Ah
verdad! Esto de la educación vial es una calle de dos sentidos.
Ahora,
los ciclistas tienen derecho a:
- Disponer de vías de circulación exclusiva o compartida
- Contar con derecho de paso en la vía pública sobre vehículos motorizados
- Transportar las bicicletas en áreas asignadas del transporte público
- Registrarse y registrar su vehículo ante la Secretaría
- Estacionar y resguardar sus vehículos en espacios exclusivos
- Los prestadores de servicios deberán de contar con espacio destinado para estacionar y resguardar los vehículos no motorizados
A
cambio de eso tienen obligación de:
- Preferentemente deberán contar con un casco protector
- Preferentemente deberán portar un chaleco, chaqueta o chamarra con materia reflejante
- Circular con precaución sobre la extrema derecha o en vialidades donde exista ciclovía o vía exclusiva para ellos
- Abstenerse de circular sobre las aceras o áreas reservadas a los peatones
- Tienen prohibido circular en sentido contrario o por vías rápidas
- Deberán detener su trayecto durante la duración de la luz roja de cualquier semáforo
- Los ciclistas que circulen de noche deben llevar aditamentos luminosos o bandas reflejantes
- Deben indicar la dirección de un giro o cambio de carril mediante señales con el brazo y la mano
- Deberán ceder el paso a los peatones y usuarios del trasporte público
En esto de las obligaciones
puedo decir que esos dos puntos de “preferentemente” deberían ser cambiados por
obligatorios, el casco es lo más parecido al concepto de seguridad con que
cuentan, lo mismo que la ropa que los haga ser visibles. Un automovilista nunca
va a ver a un ciclista de la misma manera que un ciclista ve a un auto, en
serio que mal comienza a oscurecer y ya no se ven. De 2009 a la fecha se han
colocado 146 bicis blancas, tal vez por estos días ya sean un par de bicis más
o tal vez ya no tienen bicis blancas para poner porque la demanda es alta.
En la jungla de asfalto los
autos y camiones se pelean el territorio, el camión va sobre el auto, el auto
sobre la moto, la moto sobre la bici y la bici sobre el peatón y al revés y en
todos los sentidos, no lo podría ilustrar como una cadena esto es más parecido
a una telaraña, es un todos contra todos.
La
solución: Educarnos.
Educarnos todos y en base a
la educación exigir a las autoridades que hagan su parte, manteniendo la
seguridad vial e implementando proyectos viales “viables”. Mi seguridad depende
en gran parte de mi persona, dejar de pensar y actuar de manera egoísta nos
acerca más a la civilización. El respeto es un derecho y estamos en posición de
exigirlo siempre y cuando actuemos de la misma manera.
Es importante mejorar,
ampliar e individualizar los exámenes para las licencias de conducir, hasta el
momento no hay uno que incluya a los ciclistas y el examen para licencia de
motociclista es el mismo que el de automovilista. La educación vial debería ser
obligatoria en las escuelas, porque
puede ser una cuestión de vida o muerte para todos y cada uno de nosotros.
Si bien es cierto que el
automovilista puede ser el depredador más fuerte, también es cierto que muchos
de los accidentes son causados por la imprudencia de los peatones, ciclistas y
motociclistas, sin embargo las responsabilidades en ese punto no los alcanzan a
ellos. En cualquier accidente el que paga es el automovilista tenga la culpa o
no, creo que eso debe cambiar.
Quiero dejar muy claro que no estoy defendiendo la postura de los automovilistas, estoy a favor del uso de la bicicleta y la moto, así como de la seguridad por sobre todas las cosas para el peatón y las personas con discapacidad. Mi planteamiento tal vez no tenga solución, al menos no inmediata, pero apunta a hacernos notar que todos somos causantes del caos en que vivimos.
Multas para los peatones por no cruzar en los lugares
asignados para eso y multa a los automovilistas por bloquear estos lugares. Igualdad
de derechos y responsabilidades. Si queremos una ciudad de primer mundo hay que
comportarnos como una población de primer mundo, mientras tanto no salga de
casa sin la bendición, cruzando la puerta la va a necesitar.
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