Artesano sí, Fotógrafo no
Saul Landell
La fotografía conceptual es
una expresión artística que puede nacer de un sueño, pude nacer de un
sentimiento, de la urgencia de expresar algo que se ha visualizado en las
entrañas de la mente. Definitivamente hace falta mucho más que una cámara para
conseguir plasmar una idea. La incursión en los medios digitales ha facilitado la
labor de materializar el concepto, ha dotado de recursos prácticamente
ilimitados a los amantes de este género que viven entre el sueño y la realidad.
A Clockwork Orange
Saúl Landell ha rebasado los
límites de lo posible, está más allá de la frontera de lo real, quienes admiran
su trabajo tal vez se han dado cuenta de eso, su obra está ahí, la tenemos al
alcance de la mano para admirarla, para hablar de ella; porque cada imagen es una invitación a mil
cosas que decir, la tenemos justo ahí para identificarnos con ella, para
volverla nuestra, aunque pareciera que él no existe fuera del arte que nos
regala todos los días.
Diario de un Viaje Imposible
Su trabajo se caracteriza
por la desolación, hay un dolor de ausencia, un vacío que nos toca a todos de
alguna manera; no nos da respuestas, pero si nos da pie a plantearnos muchas
preguntas. Adentrarse en su fantasía es comenzar una fantasía propia. Landell
nos platica sobre cómo se ha forjado autodidacta, lejos de la técnica
fotográfica, sin más orientación que su visión del mundo, su necesidad de
expresar y de trasmitir sus emociones es lo que lo lleva a entrar en un proceso
creativo.
¿Cómo
se retrata un concepto?
“Del
mismo modo que harías un retrato de Dios, el concepto de Dios está asociado a
un sinfín de interpretaciones subjetivas, la razón dirá no existe y sin embargo
existe la idea de Dios, aún para alguien no creyente como yo. Así la fotografía
puede ser o no ser documental, cuando es completamente subjetiva y se
descontextualiza para añadirle una carga emocional, la fotografía pasa a ser
narrativa en vez de testimonial, cuenta una historia que intenta desencadenar
una reacción en el espectador”
El Interior del Vértigo
Saúl apuesta por construir
una historia más que por la opción de congelar un momento, quiere compartir una
complicidad con el espectador en donde lo importante es la idea, no el sujeto,
no el entorno, no el fotógrafo. Para eso se vale de personajes comunes y
corrientes, colocados intencionalmente de espalda, con rostros inexpresivos,
ocultos, en ambientes desérticos, vacíos, alejados de la ciudad y sus
espejismos, donde el horizonte es el camino.
Epitafio para un Poeta
¿Cómo
se retrata el interior del alma?
“Compleja
tarea, si no es porque existe el arte, la poesía, diría que es labor casi
imposible; si para la literatura es posible dotar de alma a un tal Pedro
Paramo, la fotografía puede hacerlo a través de la luz. Cuando caminando
encuentras poesía en las cosas que ves, encuentras una forma de comunicarte sin
las barreras del idioma, la cultura, la distancia y la lógica. ¿Cómo fotografiar el interior del alma? Con
un poco de locura y un mucho de honestidad para mostrarte tal cual, con miedos,
culpas, lágrimas, heridas abiertas, cicatrices expuestas, pecados y fantasías,
sólo así, siendo honesto con tu fotografía. Sí se puede fotografiar el alma,
aunque yo esté muy lejos de lograrlo”
Autorretrato
¿Qué
es la soledad para ti? ¿Tu trabajo es una manera de mantenerte en ella o una
manera de escapar de ella?
“Soledad
es fidelidad, no es cuestión de tiempo, ni de compañía, tampoco es egoísmo, ni
mascara, ni demonio, ni salvación, ni depresión, ni tristeza; es la mejor forma
que encuentro para aprender de mí mismo
y mostrarme a los demás, es una forma de comunicación, una fuente de
pensamiento donde rescato lo individual del inmenso peso de lo colectivo y
masificado. Mi fotografía habla de soledad porque la vivo, la siento, convivo
con ella, me peleo y me reconcilio con ella, es amiga y enemiga, a través de
ella muestro mis silencios y fantasías. No intento mostrar una soledad
lastimera, más bien, es una forma de mostrarme desnudo. Es cierto que prefiero
el anonimato, me gusta ser el último de la fila, no busco el protagonismo, no
escapo de la soledad, simplemente es mi estudio de trabajo”
Clavos Ocultos
Al mencionar la obvia
presencia de Magritte y algún dejo de Dalí en su obra, él sonríe, habla de
otros artistas a los que admira, como los escultores Sergio Bustamante o Javier
Marín. Su trabajo no deja de ser una manera de hacer honor a todos ellos. Su obra abraza las artes visuales
sin dejar fuera de su abrazo a la literatura. Landell entrecruza la pintura, la
escultura, el cine, la fotografía y el arte digital, cada imagen es una invitación a decir algo porque
en muchas de ellas se esconde un escritor: Borges, Saramago, García Marquéz,
Poe, Mahfuz, Kafka; la lista podría ser tan extensa como la cantidad de
fotografías. En este punto se podría decir que sólo le faltó incluir a la música en sus
fotografías, sin embargo la música también está ahí, vuelva a mirar y la
encontrará.
Azul Profundo
Descubrir el arte dentro del
arte es maravillarse de nuevo con cada imagen, su trabajo se ha descrito como
un realismo mágico, a mí me gustaría que Franz Roh, volviera a dar significado
a esa definición después de ver la obra de Saúl Landell. Saúl es habitante de un
mundo surreal y desde ahí nos arroja imágenes que nos invitan a entrar a nuestra
propia realidad introspectiva. Su arte ha recorrido el mundo a través de las
redes sociales y es a través de ellas que cada día nos hace un regalo.
Para él poco importa si la
imagen es fiel o editada cuando se intenta mostrar las entrañas, lo importante
es lo que la imagen transmite. Yo pienso que el desierto nunca fue tan fecundo
hasta que se cruzó por la lente de Saúl Landell, su desolación es una
invitación a visitar su mundo entrando por nuestra propia ventana.
No
No hay comentarios:
Publicar un comentario