Violencia
contra la prensa y criminalización de la protesta, México 2013
El 2013 se convirtió el año
con más agresiones a periodistas, 330 reportes para ser exactos, en México se
agrede a un periodista cada 26.5 horas, pero esto no es lo más perturbador del
asunto, el problema radica en que en 6 de cada 10 casos las agresiones fueron
por parte de un funcionario público.
Con estos números inicia el informe de Artículo 19 año 2013, asociación
que dirige el periodista Darío Ramírez, este informe fue presentado durante la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Ramírez en compañía de Juan
Villoro, Carmen Aristegui y Lydia Cacho hablaron sobre este efecto masivo que
se está registrando en el país, en donde por mucho tiempo se le achacó este
tipo de ataques al crimen organizado y es cierto hasta cierto punto, las
agresiones que culminan con la muerte de un periodista son, en su mayoría,
perpetradas por el crimen organizado, pero el alarmante aumento de estas cifras
está en las agresiones que realizan las autoridades.
El informe menciona la
relación de este aumento en las agresiones con las movilizaciones sociales
masivas en el país y precisamente el Article 19 reivindica la protesta social
como una herramienta fundamental para construir una democracia fuerte. Los
medios y las leyes han satanizado las protestas en las calles. La protesta
social es la única forma en la que la ciudadanía puede alzar la voz. La
protesta social es una respuesta a un Estado que no escucha.
El escritor y periodista
Juan Villoro habló sobre el cambio que se vive en México, los ciudadanos hoy
pueden influir en las cosas que pasan, las agresiones por parte del gobierno,
de las autoridades, los políticos y hasta del ejercito intentan pasar por el filtro de lo ilícito a lo aparentemente lícito.
Nos hace una invitación a seguir buscando la verdad. Habló también del cambio
moral que el periodismo está teniendo en nuestro país, al día de hoy la noticia
no es la sangre sino la vida que se pierde con la sangre. Los tintes amarillos
han disminuido en los periodistas que buscan ante todo mantener su prestigio,
pero callar los crímenes no ayuda, se tienen que documentar y difundir.
Documentar no es un delito.
Un México devastado y
violento trata de reconstruir una ausencia, y aunque las ausencias son
demasiadas los tiempos de criminalizar a las victimas están pasando, por mucho
tiempo se justificaron las muertes violentas por sus nexos con el crimen
organizado, no se pudo colgar sobre la impunidad una cortina más densa que
esta.
Carmen Aristegui se refirió
al caso Ayotzinapa como el detonante, un caso emblemático que está dando
registro de las decenas de miles de muertos y desaparecidos que ha llevado al
pueblo mexicano a un estado de conciencia, nos ha sacado del letargo, ha
logrado que la sociedad se esté manifestando y la prensa está obligada a
informar.
Aristegui habló también el
peso de las redes sociales en este momento de cambio, sin dejar de advertir que
pueden inclinar la balanza para el lado incorrecto, ya que también se han visto
utilizadas como un instrumento de agresión a la prensa, el gobierno ha
financiado campañas mediáticas para desacreditar a los periodistas por eso
siempre es importante tener una mirada objetiva hacia las noticias para
identificar cuando la información ha sido alterada. Muchos periodistas han sido
desprestigiados a través de las redes sociales en campañas que nuestros propios
impuestos están pagando.
Por su parte la periodista y
escritora Lydia Cacho habló sobre la agresión que sufrió por la publicación de
su libro Los demonios del Edén en el año 2006, por órdenes del gobernador de
Puebla Mario Marín “El gober precioso”, Cacho se niega a referirse a sí misma
como una víctima y dice que hubiera preferido morir que desmentirse. Su caso,
como muchos otros, sigue coronado por la impunidad. Muchos periodistas se ven
afectados por poner la verdad sobre la mesa, además del desgaste físico,
emocional y psicológico tienen que lidiar con el miedo de ser agredidos o de
ser agredidos una segunda o tercera vez, ya sea ellos o sus familias; pero con
todo eso está a favor de documentar la vida, sigue apostando por el prestigio
no por la fama.
Darío Ramírez en las primeras páginas del Informe Article 19
2013, nos dice que:
Las
calles de la Ciudad de México se han convertido en campos de batalla. La violencia
durante la protesta, venga de quien venga, es criticable y no aceptable. Sin embargo,
debemos de ser claros. La violencia por parte de civiles contra instalaciones físicas
o bien contra la policía deben ser
reconocidos como delitos. Por otro lado, ver a policías lanzar piedras contra
manifestantes, usar extintores como método de disuasión o detener
arbitrariamente a manifestantes es violencia de Estado y deben ser reconocidas
como violaciones a los derechos humanos. La violencia es diferenciada y se
equivocan quienes la equiparan.
Este es nuestro momento como
ciudadanos que queremos un cambio, hoy somos parte de un movimiento sin
precedentes en México y es el momento en que podemos ser escuchados. Tenemos derecho a ser informados con
veracidad sobre los acontecimientos en nuestro país y también es nuestro
derecho documentar desde nuestra trinchera los actos de corrupción e
injusticias de los que hemos sido testigos. Si todavía te estás preguntando ¿sirve
de algo manifestarse? La respuesta es sí. Hoy el silencio nos hace cómplices
“El
periodismo mexicano necesita cada vez más personas de cualquier edad y de
cualquier género que sean capaces de buscar donde la gente nos señale, de
repetir las historias que el gobierno quiere acallar”
Lydia Cacho.
“No
más disentir en silencio, está es una invitación a hacerlo fuerte y claro”
Darío
Ramírez
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