20 de Noviembre
la Revolución es otra
la Revolución es otra
La Revolución tomó un nuevo
significado, ayer México no clamó por glorias pasadas, México clamó para que la
justicia aparezca. Los mexicanos se pusieron en movimiento una vez más, decenas de miles de personas salieron a las
calles en todo el territorio nacional, de Aguascalientes a Zacatecas para decir
“Ya basta” para pedir justicia por los muertos y desaparecidos. Los mexicanos
en todos los rincones del mundo también se hicieron escuchar, cientos de
imágenes desde Rusia, Australia, España, Argentina, Chile, Francia y muchos otros países circularon por las redes sociales para mostrar su apoyo con el
pueblo mexicano.
Es cierto que también
circularon imágenes de violencia y de abuso de autoridad, la presencia de
anarquistas, infiltrados o no, dejaron algunos sucesos que lamentar, sobre todo
en las marchas que se realizaron en el Distrito Federal, pero sin desviar la
atención del tema (que es lo que pretenden), puedo decir que esta marcha
mundial es la más grande manifestación de solidaridad no nacida de un desastre
natural que he visto en México.
Hablando específicamente de
lo que me tocó ver, puedo decir que me siento orgullosa de mi ciudad,
Guadalajara dio señales de vida, a un mes de la primera marcha que se realizó
en esta ciudad, la cantidad de manifestantes en esta segunda marcha se
multiplicó. Guadalajara desgraciadamente es apática por naturaleza, pero en
esta ocasión en vez ver menguar la cantidad de tapatíos en las calles, los
tapatíos dieron muestra de estar saliendo de esa apatía.
Pacífica, ordenada y limpia
fue la manifestación de ayer, sin actos de violencia, con incontables muestras
de inconformidad, de coraje e indignación pero manteniendo la calma. No sólo la
comunidad universitaria estaba presente, había hombres y mujeres adultos, había
personas de la tercera edad, había niños; familias enteras caminando tomados de
la mano y alzando sus voces.
Marchamos por algunas de las
principales avenidas de la ciudad, mucha gente se fue uniendo a la marcha,
muchos no tenían la intención de participar pero finalmente se unieron al
movimiento. Fui testigo de los que se bajaron de la bici para caminar con
nosotros, de otros tantos que dejaron a un lado su tarde de compras por el
centro para gritar “Guerrero aguanta, Jalisco se levanta”. Muchos mirones,
muchísimos que sólo nos vieron pasar, pero que aun sin quererlo fueron parte
del movimiento.
La policía y los agentes
viales estuvieron ahí para ir cerrando calles a los automovilistas y permitir
el paso a los manifestantes, algunos no aguantaron y hasta sacaron su celular
para tomar fotografías. Me dio gusto también ver la unión de las comunidades
universitarias, los frentes estudiantiles de las universidades del estado
estaban ahí, dejando a un lado cualquier tipo de rivalidad, propia o heredada
que pudieran tener.
¿Quiénes fueron los
ausentes? Los representantes del gobierno, las grandes cadenas televisoras de
México que habían prometido cámaras y micrófonos para los manifestantes y nunca
llegaron, los representantes del clero, que en otros estados se han mostrado
solidarios con el movimiento en Guadalajara cerraron las puertas de sus
iglesias, ni siquiera los comerciantes hicieron eso, en serio que la
manifestación nunca se mostró como una amenaza.
Faltaron los apáticos,
faltaron los que se quedaron en casa a renegar por toda esa gente que no tiene
nada que hacer más que estar causando problemas y congestionamientos viales,
los que piensan que no se conseguirá nada y que no vale la pena desgastarse en
el intento. Faltaron los quejumbrosos de sofá, los que llenan sus muros en las
redes sociales maldiciendo al gobierno
que tienen, pero sin mover un dedo por lograr un cambio, los que nos toman como
un dolor de cabeza o al menos como una piedrita en el zapato. Faltaron los que
aplauden a lo lejos, los que comparten tus fotos y echan muchas porras porque
está “in” ser inconforme, pero postean desde el cafecito de las 6 de la tarde ¡Faltaste
tú!
Guadalajara dio señales de vida,
Guadalajara marchó y gritó por justicia, es cierto que hace falta mucho más que
eso para conseguirla, es cierto que el camino es largo y que tal vez el cambio
no se consiga de la manera cómoda en que lo queremos pero hoy el gobierno sabe
que estamos inconformes, sabe que ya no puede dar más atole con el dedo porque
sus intentos por pararse frente a nosotros de manera digna y señalarnos ya no
le funcionan. No más explicaciones estúpidas y reprimendas con aires de
solemnidad, de eso ya estamos cansados.
Poner a México en movimiento
ha costado grandes cantidades de sangre, mantener la marcha tal vez pueda
costar más sangre aún, pero desistir ahora sería como pensar que esa sangre no
tiene valor. Solidarios no sólo con Ayotzinapa, solidarios con esa larga lista
de “eventos aislados” a lo largo de todo el territorio nacional. Solidarios con
México, pero sobre todo solidarios con nosotros mismos y con el valor que como
mexicanos tenemos.
Fotografías de Eduardo Juárez
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