Descaro y cinismo en el poder
Es curiosa la manera en que los acontecimientos actuales
repercuten en todos los ámbitos. El cine está obligado a “narrar” los sucesos y
los personajes que marcaron la historia, incluso cuando esas marcas tan nítidas
nos pasaron desapercibidas. Las biopics
son traicioneras, pero parece que Adam McKay se siente muy cómodo en las películas basadas en hechos reales, tanto que me da la impresión de que ya se acomodó en la silla de honor
bajo los reflectores gracias a Vice (El vicepresidente: Más allá
del poder).
McKay tuvo
sus inicios en la comedia y de repente le dio por ponerse serio, aunque sin
perder el humor de tonos sombríos que lo caracteriza. The Big Short (La gran apuesta) fue la antesala para Vice, con ella consiguió, no sólo el Oscar al mejor guion adaptado, sino que además logró que todo el mundo lo tomara en serio;
ahora ya será cuestión de suerte su recuento final en la temporada de
premiaciones.
La cinta gira
entorno a Dick Cheney (Christian Bale), un hombre que no figuraba para mucho y
que gracias a una promesa que hace a su mujer (Amy Adams) terminó convirtiéndose
en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos
durante el mandato de George W. Bush (Sam Rockwell).
Los estragos que este hombre causo en su
paso por la vicepresidencia siguen dando de qué hablar en la política mundial
actual. Y no vaya usted a pensar que esto es algo que ni le va ni le viene, no,
no, no, no… El señor McKay se encargará de hacerle notar que los culpables de
poner en el lugar que están a los líderes mundiales, somos nosotros. El sentido
del humor, del alguna vez guionista de Saturday
Night Live, raya en lo despiadado, por lo que para mí es difícil saber que
tan apegado a realidad está la historia, pero digamos que para fines prácticos,
nos deja con una clara imagen de los acontecimientos, de la manera en que
cubrieron su rastro, del costo económico y sobre todo, del costo en vidas
humanas.
El director
repite en los créditos de su película anterior a Steve Carell y a Christian
Bale, del primero no hay mucho que decir, salvo que de lo actores que
regularmente hacen comedia, Carell es uno de los que le puede dar buen soporte
a un papel serio, me gusta cuando lo hace. Por otro lado, el ex “Caballero de
la noche”, el señor Bale una vez más hace gala de su extraordinaria capacidad
para transformarse, al grado de resultar irreconocible, su actuación es
soberbia, estoy a nada de perdonarle que echara a perder el perfecto abdomen de
lavadero que uso en The Dark Knight Rises.
Amy Adams sigue diversificando sus
papeles y creciendo como actriz, va por su sexta nominación al Oscar, pero me
temo que éste tampoco será su año, mucho tendrán que ver las tendencias
actuales que la señalan con el tono de piel equivocada, lo mismo que a Sam
Rockwell.
Vice
tiene todo para ser parte de la reducida lista de las mejores películas del
año. Un gran elenco con muy buenas actuaciones, McKay mejora en la dirección y
con el guion se pone cínico y desafiante, hace añicos la cuarta pared para mirarnos
a los ojos mientras reduce a un breve monólogo todo lo que quería decir a lo
largo de la cinta, sólo para asegurarse de que no nos quede duda alguna. Así que ponga atención y no abandone la sala
hasta el final, que eso aplica a todos los que tienen en sus manos el poder del
voto.
Excelente
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