Entre ¡Plop! y ¡Reflauta!
Es
complicado hablar con dureza de un personaje tan querido por toda Latinoamérica.
Para muchos de nosotros, Condorito, el personaje creado en 1949 por el chileno
René Ríos Boettiger “Pepo”, fue quien dio sonrisas a nuestras desquehaceradas
tardes. El tiempo pasó y poco a poco fue desapareciendo de nuestras vidas
quedando en un lindo recuerdo. Condorito, la película tiene ese
recuerdo a favor y en contra, ahora les
voy explicar la razón.
Los
adultos de al menos dos generaciones lo vemos con nostalgia, podríamos
perdonarle casi cualquier cosa con tal verlo de nuevo con todos los personajes
que lo acompañan. Sin embargo, para los más jóvenes aparece como una nueva
figura, buscándose un espacio entre el mundo de figuras animadas que ya son de su
devoción, recordemos que las últimas
generaciones no son precisamente chicos de tiras cómicas, son más bien chicos
Pixar y de televisión por cable.
Para
ayudar a despertar la empatía con los más jóvenes Arannax Animation Studios
(compañía peruana), apuesta por modernizar al Condorito que nosotros conocemos,
cayendo en el primer error, ya que lo saca de la cotidianidad de Pelotillehue, que
era su sello distintivo, para lanzarlo en una aventura alienígena en el espacio
exterior.
Condorito
(Omar Chaparro) acompañado de su sobrino Coné (Paolo Fillio) tendrá que
recuperar un antiguo medallón de sus antepasados para poder rescatar a su
suegra Doña Tremebunda (Coco Legrand), madre de Yayita (Jessica Cediel), quien
fue abducida por unos extraterrestres. Mientras Condorito está atrapado en esta
misión, Pepe Cortisona (Cristián de la Fuente) intentará de todo para
conquistar a Yayita.
Condorito,
la película se ha convertido
en la mayor producción de cine peruano, la cinta se estrenará en toda América Latina
dándole un trato especial a Chile en donde el doblaje será hecho exclusivamente
por chilenos. Para lograr esto, la productora trajo a los directores: Alex
Orrelle, quien fue animador en The Incredibles
y Yogi Bear, y al peruano Eduardo Schuldt (El
delfín: La historia de un soñador). Como guionistas están: Rodrigo Moraes,
Martín Piroyansky e Ishai Ravid.
El
trabajo que hicieron con la animación me pareció fantástico, respetaron cada detalle, inclusive su gama de color. Incluyeron
a todos los personajes, hasta el sonámbulo que anda por ahí. Le echaron ganas a
los efectos especiales y se dieron tiempo de hacer espacio a varios guiños de
diferentes películas. El doblaje me resultó irregular, unos muy bien otros
desangelados, me dio la impresión de que Omar Chaparro no se sintió cómodo con
el personaje, no así el caso de Coco
Legrand, Cristián de la Fuente y Paolo
Fillio.
Hubo
serios problemas con la banda sonora, y no estoy segura si esto tiene algo que
ver con el presupuesto, pero a pesar de tener canciones muy populares y pegajosas,
las escuchamos por lapsos muy breves y con una edición de sonido fatal.
La
historia, que es la cosa más sensible de todo esto tuvo muchos problemas y casi
me temo que en parte tuvo que ver con tratar de adaptar ese humor de sesenta
años atrás a la época actual. Si usted recuerda, Condorito era un tipo de
barrio, de buenas intenciones y noble, pero no dejaba de ser pícaro y un poco sinvergüenza.
Las burlas constantes entre él y su suegra, las adicciones de los personajes y
los defectos de cada uno se mostraban de manera tan abierta como sus
cualidades, y no me mal interprete, no estoy tratando de desprestigiar la historia
original. La aceptación de todos esos defectos y virtudes logró hacer la historia maravillosa,
era humana vaya. El grado tan alto de humanidad era justamente lo que lo hacía
tan querida por todos, porque todos nos podíamos identificar en algún punto con
ellos, había uno de esos personajes en nuestra colonia, en nuestra familia.
El
problema está en que el humor incluía bromas que ahora pueden rebasar lo que es
políticamente correcto y ahí es en donde a los que conocimos al anterior
Condorito, el nuevo no nos hace mucha gracia. No sé cómo lo podrán tomar los
niños, aunque me preocupa más cómo lo tomarán los papás de esos niños.
En
Pelotillehue pasaba de todo y pasó por más de sesenta años, miles de aventuras
envolvieron a cada personaje, salían cocodrilos de las alcantarillas y uno que
otro OVNI figuró por ahí. Vivimos el romance de Condorito y Yayita muy a pesar
de tremenda suegra, los amigos estaban unidos por cariño, una que otra estafa y
futbol callejero. El sonámbulo nunca se fue al pozo y Pepe Cortisona nunca dejó
de ser un saco de plomo.
Condorito,
la película, tiene sus aciertos y errores, seguro se vio en la disyuntiva de
mantener o no el tipo de humor, pero temieron que la censura acabara con ella.
Al final todo resultó en bellas imágenes que mutilaron la personalidad de los
personajes al pasarlos por el cedazo de lo políticamente correcto.
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