Mary Shelley
En el año 2016 el libro de “Frankenstein” o “El
moderno Prometeo” escrito por Mary Shelley, fue seleccionado para conmemorar el
Día Mundial del Libro. El 23 de abril, miles de personas se dieron cita
para la lectura pública de esta obra maravillosa, sin embargo, pocas personas conocen el
legado literario de la escritora inglesa, ya que sin duda Frankenstein es su
obra más famosa, más no es la única.
Mary Wollstonecraft Godwin mejor
conocida como Mary Shelley, nació en Londres el 30 de agosto de 1797. Hija de
la escritora y filósofa Mary Wollstonecraft, y del escritor y político, William
Godwin. Esta pareja de intelectuales dejaron en su pequeña Mary mucho más que
una herencia genética. Su madre, quien murió al dar a luz a la famosa
escritora, fue una de las creadoras de la filosofía feminista, el matrimonio se
mostró en todo momento, defensor del amor libre y de los derechos individuales.
Mary Wollstonecraft |
William Godwin |
William Godwin crió a su hija en los altos de su librería, no vivieron en la opulencia económica, pero sí en la opulencia literaria. En esa misma librería Mary, siendo apenas una adolescente, conoce a su futuro marido, Percy Bysshe Shelley, quien era discípulo de su padre. El joven aristócrata, escritor, poeta y ensayista, estaba separado de su mujer, con la que tuvo dos hijos, hecho que no lo detuvo para huir con Mary cuando ella apenas tenía 16 años.
Mary Shelley |
Percy Bysshe Shelley |
Los jóvenes amantes viajaron a Suiza junto con la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, a la casa de campo de su amante, George Gordon Byron, en el verano del 1816. En la Villa Diodati, cerca del Lago Leman, también estaba el médico de cabecera de Lord Byron, el doctor John William Polidori. La noche del 16 de junio, como entretenimiento nocturno y arropados por una fuerte tormenta, los jóvenes se dieron a la tarea de leer Fantasmagoriana. Con base en esta lectura, Byron desafió a sus invitados a escribir una historia de terror.
John William Polidori |
Lord Byron |
Percy escribió “Los asesinos”, basada en experiencias de su juventud; Byron apuntó un fragmento de “El entierro”, Polidori dio inicio a “El Vampiro” (1819), y Mary Shelley comenzó a fraguar su novela “Frankestein”, la que completaría un año después. En diciembre mismo año, a pocas semanas del suicidio de Harriet, la esposa de Shelley, Percy y Mary se casaron.
Después de la publicación de “Frankenstein”
en 1818, los Shelley se mudaron a Italia, en donde su dos de sus hijos murieron
antes de que Mary Shelley diese a luz a Percy Florence, su último hijo, el
único que sobrevivió. En 1822 Mary pierde a su esposo al hundirse durante una
tormenta el velero en el que viajaba. Ella regresa a Inglaterra en donde se
dedicó a educar a su hijo y a escribir, aunque nunca pudo publicar algo que
superara, a los ojos de los críticos de entonces, su primera obra. Murió a los 53 años
mientras dormía, víctima de un tumor cerebral.
“Te juro que hubiera preferido
permanecer siempre en la ignorancia. Antes eso que descubrir la ingratitud y la
depravación de una persona tan querida por mí”.
Mary Shelley fue la primera mujer en
escribir ciencia ficción. La jovencita de menos de veinte años plantea en el
cuento que se convirtió en novela, el poder de crear vida, entrando en un
contexto moral, científico y religioso. Lo que pocos saben es que la finalmente
célebre escritora gótica, tiene una faceta feminista. Siempre alejada de los
convencionalismos gracias a la educación de su padre, se mostró como una mujer
rebelde. Se fugó con un hombre casado y escribió novelas con fuertes tintes
políticos o con temas como la educación o el rol social de las mujeres.
“La guerra es el juego del estadista,
la dicha del sacerdote, la burla del abogado y la profesión del asesino
mercenario”.
La madre de “El moderno Prometeo”
utilizó la novela histórica para recrear las relaciones entre hombres y mujeres.
A través de sus personajes femeninos, Shelley cuestiona a las instituciones
políticas y a la iglesia. Describe al protagonista masculino como compulsivo y
sanguinario, mientras que las mujeres personifican la razón y la sensibilidad.
Los valores femeninos propuestos por la autora llegaron a triunfar frente la
violencia masculina.
“No deseo que las mujeres tengan más
poder que los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas”.
Sacó a las mujeres del segundo plano
para hacerlas protagonistas, desafiando así al prototipo de novela vigente de
aquellos tiempos, tal cual como la sociedad se comportaba. Mary Shelley
afirmaba que los hombres, para ser mejores, debían tener comprensión,
generosidad y compasión. Se negó a dar nombre propio al personaje por el que
será siempre recordada. Mientras el Dr. Victor Frankenstein intenta desentrañar
el alma del hombre, crea un cuerpo formado de partes de cadáveres. Su creación
atroz será nombrada de diferentes maneras: monstruo, ser demoníaco, engendro,
horrendo huésped, la criatura. Un personaje muy masculino, más nunca realmente
humano.
“¿Cómo es posible contemplar a un ser
tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?”.
Mary Poovey, historiadora y crítica
literaria, considera que la primera edición de “Frankenstein” marca el estilo
presente en todas las obras de la autora, el cual se caracteriza por las
autorreferencias y por la narrativa feminista convencional, “Shelley puede
mostrarse y pasar desapercibida al mismo tiempo”. El miedo a ser descubierta
mediante sus trabajos, se refleja en la perdida de todos los seres queridos del
Dr. Víctor Frankenstein. Poovey también asegura que Shelley no quería
promoverse a sí misma como escritora, “esta vergüenza contribuyó a la creación
de imágenes ficticias de la anormalidad, la perversión y la destrucción”.
Su talento y la importancia de la obra
de Shelley se han visto mermadas por sus seres queridos. Tuvo el “mérito” de
ser hija de grandes figuras, en su tiempo vivió a la sombra de su marido, quien
en repetidas ocasiones fue elogiado a expensas de Mary por otros escritores. Su
hijo y su nuera en un afán por “Victorianizar” su memoria, censuraron
documentos biográficos y contribuyeron a crear una imagen más ad hoc a la
época, convirtiéndola en una mujer convencional, menos reformista.
En las últimas décadas, la reedición
de sus obras ha permitido estudiarla más a detalle y conocer su nivel de
estudios reflejado en sus trabajos, los cuales ahora son más apreciados. Para muchos
su carrera desapareció junto con Percy y es por eso nadie más le prestó mucha
atención, pero fue en ese momento que describió sus ambiciones como escritora:
“Creo que puedo mantenerme a mí misma, y hay
algo inspirador en la idea”.
Frankenstein es el glorioso hijo de
Mary Shelley, más no es la única gloria en ella. Su legado literario, sus ideas
reformistas, la convierten no sólo en una de las principales figuras del
romanticismo, sino en una mente brillante y un ejemplo de la mujer liberal.
“Estamos ligados por vínculos tenues,
a la prosperidad o a la ruina”
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