Javier Valdez
Editorial Aguilar
El Premio
Internacional de Libertad de Prensa 2011, el periodista sinaloense Javier
Valdez (“Los morros del narco”, “Miss Narco”) dedica su nuevo libro a los que él
llama “los olvidados de la guerra del narcotráfico”. A los niños que han
perdido a sus padres en ese mar de narcoviolencia que es nuestro país el día de
hoy.
Durante la presentación
del libro, Valdez habló de las razones que lo llevaron a escribir estas
historias. Habla de su recorrido por las zonas afectadas por la violencia. En
su faceta de reportero, se ha dado cuenta que los periodistas y los medios le
dan cobertura al espectáculo, a las balaceras, al operativo y al
enfrentamiento. El escritor cree que estas zonas se deben recorrer después
de las balaceras, porque en ellas hay vidas, vidas que están o vidas que se
fueron, vidas que merecen la pena contarse porque eso es más importante que el
recuento de los casquillos.
El detonante
que lo llevo a escribir “Los huérfanos del narco” fue conocer a María Herrera
Magdaleno, una activista que conoció en una mesa redonda el año pasado. María le
reclamó el por qué los medios habían dejado de cubrir estas historias, lo acusó
de estar “invisibilizando” a los desaparecidos al igual que lo hace el
gobierno.
De los hijos de María Herrera, cuatro están desaparecidos o muertos, el vivir estas tragedias la llevó a encabezar un movimiento llamado “Enlaces
Nacionales”. La magnitud de este movimiento y las historias que se entrelazan
entre los diferentes Estados del país le dieron la pauta a Javier para comenzar a
escribir.
Historias
fuertes y muy dolorosas que en todos los casos asoman a niños que no han
perdido la esperanza, que sueñan con el regreso de su madre o de su padre, de
los dos en algunas ocasiones. Conocer estas historias, es conocer los nombres
de los protagonistas, es sacarlos de las estadísticas, de esos miles de muertos
y desaparecidos que se han perdido en el
territorio mexicano, para volverlos visibles, para hacer que existan otra vez.
Sus familias los buscan con vida, las madres buscan sin descanso sus osamentas.
Miles y miles
de historias pero, ¿por qué son pocos los que hablan de esta problemática? ¿Qué
se está haciendo en el país para cobijar a un grupo tan vulnerable? El cerco de
todas esas personas desaparecidas se cierra cada vez más cerca de nosotros,
ayer fue el vecino, mañana será un primo. Conciencia, voz de denuncia y
solidaridad con las familias que están en la búsqueda, aunque de la esperanza
sólo queden “los huesitos”
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