Cero y van dos
Aleksander
Bach
Hitman Agente 47, es el segundo intento de llevar al videojuego
de manera gloriosa a la pantalla. Tal vez con la intención de hacer algo así
como “borrón y cuenta nueva”, pero ¿qué
creen? ¡No les salió!
Extremadamente ilógica, y me refiero
a todo lo ilógico que se puede incluir
en una película. Dirigida por Aleksander who?
Aleksander Bach pasa de comerciales para televisión a su primer trabajo
en el cine, es decir, le apostaron a un novato el rescate de una película de acción
de presupuesto millonario. La pasada entrega no salió perdiendo en taquilla a
pesar de su mala recepción por parte de la crítica, pero me temo que no lo
lograrán esta vez.
Bach asegura que vio la primera
película, que se dio cuenta del por qué no había funcionado, aprendió de ella y
no podía cometer los mismos errores. ¿Y entonces?, me pregunto yo.
Los videojuegos no son lo mío, sin
embargo, con la oleada de películas que se viene con esta temática, creo que no
me va a quedar de otra más que entrarle al tema con fines de investigación. Entonces,
con lo poco que pude sacar de echarme un clavado en Hitman el videojuego, me
topo en repetidas ocasiones con la frase: “Trata de matar con discreción y no
ser detectado”. ¡Hey Bach!, ¿y la discreción “aquioras”? Tres guionistas y ni
uno sirvió para nada, Michael Finch, Kyle Ward y Skip Woods(Historia).
Ya estoy despotricando y no les he
dicho de qué va la dichosa película. Si usted no es adicto a los videojuegos y
tuvo la dicha de no apersonarse en la primera película de diré que Hitman,
Agente 47 (Rupert Friend) trata de un
asesino de élite, ¿no le encantan esos toques de poesía en las descripciones de
los psicópatas? ¡A mí sí! Pues esta máquina de matar perfecta, enfundada en su
impecable traje y su fina corbata color escarlata trae su número de registro en
la nuca. Ha sido genéticamente modificado para hacerlo más fuerte, resistente y
más listo. Anulando en él las emociones, no siente compasión, arrepentimiento,
amor…nada.
Por alguna razón que nadie se
explica, ese ser sin sentimientos quiere terminar con el programa por el que
fue creado y para eso debe localizar al científico que lo llevó a cabo (Ciarán Hinds), la única
pista que tiene para encontrarlo es la hija de dicho científico Katia van Dees
(Hannah Ware). Los chicos del bando contrario, son los que claro, quieren
seguir creando asesinos y ponen a su mejor elemento John Smith (Zachary Quinto)
para ir detrás de la chica.
Regresando a la cadena de cosas
ilógicas, tenemos un asesino sin sentimientos, sin emociones pero con
conciencia ¿o sea cómo?, tenemos a una organización secreta buscando la fórmula
de los asesinos modificados cuando ya tienen
a su propio Mr. Smith (Matrix) con modificaciones bastante interesantes
y el mismo peinado, pero sin lentes. Tenemos a la chica temerosa de apariencia
escuálida que como por arte magia sale del closet para mostrarse como….chan,
chan, chan, chan.
Y hablando de la chica, que no está
tan chica (32 años), poseedora de un diminuto traserito, tipo Miley Cyrus. No
sé usted caballero pero a mí esas escualideces como que no; pero bueno, por ahí
asoma un poquito, pero muy poquito de curvita y harto colágeno en el labio que
es lo más sexy que tiene. Sin tener la seguridad de si estaba parada de manos o
eran sus torneadas piernas nos enteramos que no hace falta más que una liga para
sacar sus mejores cualidades. (Una disculpa por mi comentario sexista, pero eso de lo políticamente correcto le está dando al traste a los chistes)
¿Actuaciones? Una espantosa X. A
pesar de que mejoraron el nivel de sus actores y le dieron ese toque europeo a
los personajes, entre los ingleses de buena escuela, los bellísimos alemanes (Thomas Kretschmann)
y los gringos vulcanizados no dieron una. Rupert Friend entrega algo novedoso
porque deja atrás a los personajes ñoños que lo han caracterizado, de repente
el Sr. Keira Knightley puede imprimir algo de frialdad a su mirada, cosa que
resultaba imposible para Paul Walker si hubiera sobrevivido para ponerse la
corbata roja.
La acción no muestra nada nuevo, por
más de alguna razón me pareció una mala copia de Matrix (muy mala en serio). Es
una acción, digamos lenta, no encuentro otra manera de describirla. Si usted ha
visto el tráiler de la película, le puedo decir que lo ha visto todo. La escena
en donde “arponean” el auto pudo ser maravillosa, si hubieran tenido idea de
qué hacer con el auto una vez que lo tienen enganchado.
La acción en cámara lenta no es
acción, está bien para dar un descanso a lo vertiginoso del asunto y babear un
poco, pero Bach exageró con eso. Predecible, predecible, predecible; mientras
no se levante por más palomitas a media película ya sabe cómo va a terminar.
Esa hiperflexión lumbar con chanfle y doble giro le pertenece a Neo y a nadie
más, como parodia resulta simpática, como copia es de mal gusto.
Mucho me temo que los amantes de
Hitman el videojuego saldrán decepcionados una vez más. El Agente 47 no
entiende el concepto de discreción y necesita destruir media ciudad para
cumplir con su contrato. Los científicos deben de parar con las modificaciones
genéticas que tienen que ver con la eliminación de las emociones porque en
ninguna película les ha salido bien. Y por último, Bach debe de aprender que la
carne vende más que las balas y que si tienes una película mala, lo menos que
debes hacer es incluir una chica bien buena.
p.d. ¡Qué bonito es Singapur!
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