Tierra de Cárteles
Matthew Heineman
¿No les ha pasado que se alegran de
haberse equivocado? Honestamente dudaba mucho que Cartel Land se iba a presentar en México y menos en una sala comercial, por fortuna ya lo tenemos
aquí, en una o dos salas por ciudad pero bueno, eso ya es mucha ganancia para
una película como esta. Antes de seguir debo mencionar que esa alegría de
haberme equivocado no tiene nada que ver con mi reacción al ver la película.
Creo que Matthew Heineman no tenía
idea de en qué se estaba metiendo cuando decidió filmar esta película, da la
impresión de que quería abordar un tema
y terminó atrapado en otro. Quiso hablar de lo que pasa cuando los
gobiernos fallan, o sea, casi no tenía
tela de dónde cortar; y por asomarse a la manera en que la guerra del narco
afecta a las personas y al sufrimiento que puede provocar, al grado de
orillarlos a un levantamiento armado, terminó, sin pensarlo, sin desearlo
siquiera, como un corresponsal de guerra.
Tierra de Carteles tiene dos protagonistas, por parte de México
el Dr. José Manuel Mireles, líder de las Autodefensas en Michoacán (actualmente
preso). Su carisma le consiguió el cariño y la confianza de la gente, sus
ideales lo llevaron a declarar la guerra al cartel que durante muchos años ha
tenido a la población de Michoacán
sometida y aterrorizada. Por EEUU Tim
“Nailer” Foley defiende con su grupo
paramilitar la zona de Altar Valley en Arizona, una franja de aproximadamente
48 kilómetros de desierto conocido como “El Callejón de la Cocaína”, ¿su
propósito?, evitar que la guerra contra las drogas se filtre por la frontera e
invada su país.
El documental ya cuenta con el
premio a Mejor Documental y Mejor Fotografía en el reciente festival de
Sundance, su peregrinar por los festivales apenas está comenzando. Kathryn
Bigelow, la ganadora del Oscar por The Hurt Locker, se agregó al proyecto
después de haber visto el documental en Sundance, ahora su nombre como
productora ejecutiva le ha dado mayor proyección.
El narrar hechos diferentes en
lugares diferentes me provocó algo de desconcierto, porque si bien están
relacionados de alguna manera, la problemática de las Autodefensas opaca por
mucho la problemática de la frontera de EEUU. El autonombrado “El Martillo”
Foley queda como uno de tantos personajes pseudo-nacionalistas gringos, perdón
pero es un tipo de personajes que no soporto y aunque es admirable su llamado
al deber por proteger la frontera de su amado país de las alimañas mexicanas, a
mí no me la pega con eso de que sabe identificar perfectamente a los buenos de
los malos; me deja más con un sabor a “Racist Vigilante” que a un defensor de
la soberanía.
En cuanto al lado mexicano de la
historia… “¡Ay como me dueles México!” puedo quedarme abrazando esa frase y
sentarme a llorar, porque a pesar de tan bellos amaneceres y ocasos que Tierra
de Cárteles nos regala pareciera que no hay un mañana para nosotros.
Manuel Mireles pregonaba lleno de
convicción: "No nos vamos a convertir en los criminales que andamos
combatiendo", cual Mesías esparcía su palabra tratando de abarcar la mayor
parte del Estado michoacano, rescatando
del dolor a la gente con la promesa de justicia, señoras octogenarias se levantaban al grito
de guerra, mientras las veinteañeras se rendían a los encantos del héroe del
momento.
La historia de México se ha tejido
entre traiciones, el poder corrompe a los más férreos idealistas y al final no
hay manera de romper el ciclo. Lejos del ciclo del día y la noche, el neoyorquino de moda nos muestra el ciclo
de nuestra propia destrucción. Vamos a ver caer líderes, vamos a ver
funcionarios sonrientes y civiles armados hasta los dientes sin el menor
entrenamiento táctico o de inteligencia militar. ¿A quién siguen? A quien les
conviene, ¿quién les da las armas? El mejor postor. Las marionetas se mueven al
ritmo que marca el titiritero.
Cartel Land es un extraordinario
trabajo periodístico, llevado, en medida de lo posible, lejos del morbo que
caracteriza al blog del narco, sin que esto quiera decir que no tiene imágenes
bastante perturbadoras, imágenes que van de un dolor inconsolable hasta una
crueldad inhumana.
No quiero decir en qué termino la
alegría de ver llegar este documental a México, cada uno de ustedes se formará
su propia opinión cuando los créditos en la pantalla le indiquen que la
película ha llegado a su fin. Sigo afirmando que un trabajo digno de verse,
porque nadie va a venir a decirle lo que verá en él. Para mi la
moraleja fue: “be careful what you wish for… you might get it!”
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