Charles Chaplin
Más que con palabras
quisiera describir con risas lo que fue ver esta película, aunque la historia
es triste yo le quedé a deber a Chaplin mi lagrima, sencillamente fue imposible
soltarla, bueno tal vez de risa sí me salieron un par.
The Kid se comenzó a filmar
sólo diez días después de que Charles Chaplin perdiera a su hijo a tres días de
nacer, en el inicio de La Gran Depresión y con la crítica encima por su
terrible matrimonio con Mildred Harris.
La historia comienza cuando
una madre soltera (Edna Purviance), se ve en la necesidad de abandonar a su hijo
(Jackie Coogan) en un lujoso auto asumiendo que una familia adinerada podría
criar a su bebé. El auto es robado con el niño abordo y los ladrones abandonan
al pequeño en la calle en donde Charlot (Charles Chaplin) lo encuentra. Aunque Charlot hace varios intentos por deshacerse de él, finalmente decide quedárselo.
Charlot y el niño se abrirán paso en la vida de manera nada legal, pero muy
divertida por los siguientes cinco años.
Es difícil de imaginar cómo
Chaplin transforma tanta crudeza en tan bella obra, su vida había girado entre orfanatos y tragedias, cambió el dolor por la pérdida de su hijo, por el empeño
y dedicación para filmar esta película por nueve meses; repitiendo y repitiendo
infinidad de escenas hasta encontrar la perfección en ellas. La complicidad que
encontró en Jackie Coogan, quien tenía 4 años cuando lo conoció, se plasma
perfecto en la cinta. Jackie está genial en la película, su actuación fue parte
del gran éxito de esta cinta.
Se dice que el cine mudo y
su formato en blanco y negro obligan al espectador a concentrarse más en las
imágenes y en la música para entender lo que está pasando, yo le puedo asegurar
que a esta película no le hacen falta palabras, hasta los letreros están sobrados,
aunque esos letreros forman parte de la esencia de este tipo de cine, las
expresiones de los actores y sus acciones no necesitan la traducción de las
palabras.
La película se estrenó en
1921 y en ella se incluyeron muchos efectos especiales novedosos para la época. La escena del sueño de los ángeles se me hizo un poco fuera de lugar, parece
una película dentro de otra película, pero ver volar a Charlot justifica
cualquier locura.
Feliz salí del cine, no
podía dejar de reír y aunque te advierten que es “Una historia con una sonrisa
y tal vez, una lágrima” el drama de la película nunca llegó a mí. Es claro cómo
reflejan el maltrato y los abusos a los niños en los orfanatos, y qué digo en
los orfanatos, toda la sociedad de la época. La pobreza extrema y el
abandono no dejan de hacerse presentes en esta película y les aseguro que la
idea y el mensaje se quedan, aunque lo divertido de la película los disfrace.
Una hora de risas y
añoranzas es lo que regala The Kid. No hay duda Chaplin es para siempre.
Sin lugar a dudas, Patricia, tu última frase; "Una hora de risas y añoranzas es lo que regala The Kid. No hay duda Chaplin es para siempre", definen en sí mismo todo el mensaje de tu entrada. Muy cierto, Chaplin (Charlot) es para siempre. Brillante y emotiva entrada, me recordó mis años mozos cuando no me perdía ni una de Charlot, cuando la daban por la tele. Un abrazo.
ResponderEliminarTus años mozos? osea ayer? jajajajaja
EliminarMuchas gracias! Espero poder cubrir las 6 películas que forman parte de este ciclo de cine, estoy encantada de poderlas ver en este formato, la remasterización quedó muy bien, es como ver la película por primera vez.